La ciudad de Albi, cuyo centro histórico está construido por un característico ladrillo rojo, tiene una amplia relación con el Tour de Francia. Esta localidad, situada a orillas del río Tarn, en la región de Occitania, ha acogido doce finales de etapa de la ronda gala masculina. Sus calles han sido testigo de las victorias de ciclistas como Eddy Merckx, Alexandre Vinokurov y Cadel Evans en etapas contrarreloj, y también versátiles con dureza previa en la que se han impuesto corredores como Bjarne Riss, Peter Sagan o Wout van Aert. Pero el primero en estrenar el casillero de Albi fue André Darrigade en 1953, que al mismo tiempo consiguió el primero de sus veintidós triunfos en el Tour de Francia.
Este 2023, la ciudad de Albi alberga por primera vez un final del Tour de Francia Femenino. Y lo hace en una jornada en la que el paisaje verdoso y el terreno ondulado de sus inmediaciones volverá a ser protagonista en la batalla entre la fuga y las velocistas por el triunfo parcial. El tramo central es especialmente duro, con algunas cotas por encima del 9%, aunque si las esprinters consiguen superar esta fase, los equipos podrían control la escapada con una parte final más llevadera para rodar en grupo. Esa versatilidad de opciones le aporta incertidumbre e interés a las etapas en el camino del pelotón femenino hacia los Pirineos.
Relacionado – Tour de Francia Femenino 2023: recorrido, etapas y perfiles
Relacionado – Suscríbete a VOLATA, tu revista de cultura ciclista
Hora de salida: 14:00h / Hora prevista de llegada: 17:30h
Recorrido de la 5ª etapa: Onet-le-Château - Albi (126,1 km)
El inicio desde Onet-le-Château, una localidad próxima a Rodez —final de la 4ª jornada— y que se estrena como ciudad de etapa en el Tour de Francia, será relativamente asequible durante cerca de 55 kilómetros. Se trata de una meseta un tanto irregular, con algún pequeño repecho, pero que mantiene una dinámica llana, e incluso descendente camino de la zona baja del río Aveyron. Tras esta primera fase, el escenario cambia por completo durante los siguientes 40 kilómetros, atravesando la parte más dura del día a través de las poblaciones de Najac y Laguépie.
Este tramo central acumula hasta cuatro ascensiones, tres de ellas categorizadas. Este debería ser el punto en el que la fuga, o un contraataque desde el pelotón, intente romper la armonía del grupo y conseguir una renta suficiente que le permita soñar con la victoria de etapa en Albi. Las subidas más exigentes serán la Côte de Najac (2,2 km al 7,4%), con máximas del 9%, y la Côte de Laguépie (1,5 km al 9%), con un kilómetro inicial boscoso por encima del 10%. Esta cota se caracteriza por no tener descenso, sino que mantiene una dinámica ascendente durante seis kilómetros con pendientes que oscilan entre el 4% y el 6% hasta el esprint bonificado de Castelfadèze.
También puedes ver el segmento en Strava
La última dificultad de la etapa llega tras el esprint intermedio, la Côte de Monestiès. No tendrá tanta dureza como sus predecesoras, pero la fatiga acumulada del día podría pasar factura a las velocistas en sus 1.600 metros de longitud al 6,4% de pendiente media. Se trata de la última oportunidad para evitar una previsible volata. Aún así, los 24 kilómetros finales hasta la meta facilitan que el pelotón pueda recortar las diferencias de la escapada. El esprint pica ligeramente hacia arriba, por lo que una figura como la de Marianne Vos (Jumbo-Visma), que ya fue segunda en la tercera etapa, podría plantar cara en un mano a mano con Lorena Wiebes (SD Worx) y Charlotte Kool (Team DSM).
Además de las tres principales candidatas, si la jornada se resuelve en una llegada masiva otras corredoras que podrían tener opciones de victoria de etapa son la italiana Elisa Balsamo (Lidl-Trek), su compatriota Chiara Consonni (UAE Team ADQ) o la danesa Emma Norsgaard (Movistar Team). En un tercer escalón, aparecen ciclistas como la australiana Alexandra Manly (Jayco AlUla), la noruega Susane Andersen (Uno-X) y la también italiana Soraya Paladin (Canyon // SRAM).
Imagen de cabecera: Charly López / A.S.O.
