Euskaltel Euskadi y la historia del robo en el Tour de Eslovenia

Euskaltel Euskadi y la historia del robo en el Tour de Eslovenia

La última noche en el Tour de Eslovenia se convirtió en una pesadilla para el conjunto Euskaltel Euskadi. El robo de la furgoneta con todo su material ciclista para disputar la carrera les impidió tomar la salida en la quinta y definitiva etapa. Un delito planificado que dejó al equipo con una mezcla de rabia y frustración por no haber podido llegar hasta el final.

Euskaltel-Euskadi Texto: Alberto Marcos Tour de Eslovenia

17 de junio en el Tour de Eslovenia. Cae la noche y los equipos se marchan a dormir para coger fuerzas antes de la disputa de la quinta y última etapa, la que une las localidades de Vrhnika y Novo Mesto. Los auxiliares del Euskaltel Euskadi apuran ya de madrugada los retoques definitivos de las bicicletas de sus siete ciclistas, un esfuerzo final antes de la recompensa de terminar cinco días consecutivos de competición.

Sin embargo, no habrá ese quinto día carrera para el conjunto vasco. Esa misma madrugada unos ladrones perfectamente organizados se llevan la furgoneta del equipo en el que hay nada más y nada menos que catorce bicicletas, las siete de competición de cada ciclista y otras siete más de repuesto de cada uno de ellos, amén de un sinfín de accesorios y utensilios valiosos.

Fue la forma más triste que tuvo la escuadra naranja de despedirse de una carrera en la que estaba compitiendo con ánimo y con mucha ilusión. En una prueba para esprinters, Carlos Canal y Gotzon Martín estuvieron peleando por los primeros puestos en las llegadas masivas, mientras que Xabier Mikel Azparren también tuvo su dosis de protagonismo en uno de los días al estar en la escapada. La lista la completaban Andoni López, Xabier Isasa, Txomin Juaristi y Unai Iribar, y todos ellos se quedaron con una mezcla de rabia y frustración por no haber podido llegar hasta el final.

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Unos ladrones organizados

El Euskaltel Euskadi se hospedaba en la noche de aquel 17 de junio en el Four Points by Sheraton Ljubljana Mons, un hotel de cuatro estrellas perteneciente a una cadena hotelera. Este emplazamiento estaba a tan sólo diez minutos del centro de la capital de Eslovenia, así que parecía un lugar seguro para pasar una de las últimas noches en el país centroeuropeo.

Los vascos no eran los únicos del pelotón que pernoctaban en este hotel, así que se respiraba un gran ambiente de ciclismo en aquel sitio antes de la disputa de la última etapa. Precisamente dejando todo a punto, varios auxiliares del Euskaltel Euskadi y de otros conjuntos se quedaron hasta tarde para que las bicicletas de sus corredores estuvieran en perfecto estado a la mañana siguiente. En competición no existen los horarios de trabajo, así que los más rezagados enfilaron el camino de sus habituaciones en torno a la 1 de la madrugada.

El equipo difundió la imagen de la furgoneta durante las horas posteriores para tratar de localizarla

Ellos no lo sabían, pero desde algún punto cercano al hotel les estaban vigilando. Fue durante la madrugada, cuando todo se quedó en calma, cuando se produjo un robo de grandes dimensiones en el parking del hotel. Los más madrugadores abrieron el ojo en torno a las 6 de la mañana, pero su sorpresa fue que cuando bajaron en busca del material la furgoneta principal ya no estaba.

Enseguida corrieron las llamadas y los mensajes preguntando si alguien se había llevado el vehículo con todo el material dentro, pero la respuesta fue negativa. De hecho, las llaves las tenía colgadas al cuello el mismo auxiliar que siempre las porta, así que sólo cabía una única opción, unos ladrones habían robado la furgoneta.

El objetivo era el material ciclista

Esta sustracción se produjo de manera planificada y, a medida que se fueron conociendo más detalles, los indicios se fueron confirmando. En el equipo piensan que los ladrones clonaron las llaves de alguna manera y así consiguieron arrancar la furgoneta y llevársela. Pero no sólo eso, sino que para ello también tuvieron que mover otros vehículos que estaban colocados alrededor a modo de protección para evitar estos robos, aunque no se los llevaron.

A los cacos lo único que les interesaba eran las bicicletas y todo el material ciclista relacionado que había dentro de la furgoneta. Si hubieran estado interesados en los coches, se los habrían llevado, pero ni siquiera la propia furgoneta era su objetivo. De hecho, en el seno del Euskaltel Euskadi piensan que el automóvil puede aparecer cualquier día, aunque no guardan esperanza en recuperar todo lo que había dentro.

También la mala suerte tuvo su punto de importancia en este robo. El Euskaltel suele guardar todo el material en su gran camión, pero en esas mismas fechas el equipo vasco también se encontraba compitiendo en Francia, en la Route d'Occitanie, así que el vehículo grande se fue para allá. Para evitar este tipo de robos, los equipos rodean con otros vehículos los camiones, algo que dificulta la sustracción de cualquier objeto, pero una furgoneta es mucho más vulnerable en ese sentido.

Parte del equipo Euskaltel Euskadi disputando la Route d'Occitanie (Foto: Fundación Euskadi)

Enseguida a todo el equipo se le cayó el mundo encima. Se habían quedado sin la herramienta indispensable para competir, las bicicletas, así que les comunicaron el robo a los ciclistas y después hicieron lo propio con la organización. El Euskaltel tuvo que retirarse del Tour de Eslovenia antes de la disputa de la quinta y última jornada.

Inmediatamente comenzó el tedioso proceso de tratar de esclarecer lo ocurrido durante esa madrugada. El equipo presentó una denuncia ante la Policía de Eslovenia, con las dificultades propias de estar en otro país diferente donde el idioma es un problema. Enseguida las autoridades se pusieron manos a la obra y, de hecho, detrás del caso también está trabajando la Interpol.

Por el momento se desconocen nuevos detalles de la investigación, pero no se trató de un robo improvisado, pues cuando la Policía revisó las imágenes de las cámaras de seguridad del parking del hotel, se encontraron con que habían sido giradas y apuntaban hacia la nada.

Un golpe económico

Los ladrones se llevaron aquella noche un preciado botín valorado en varias decenas de miles de euros. Además de las catorce bicicletas, los objetos más valiosos, dentro de la furgoneta también se almacenaban caballetes, decenas de pares de ruedas, camillas de los masajistas o cajas de herramientas. Todo un arsenal que, estiman en el equipo, puede rondar los 150.000 euros.

Uno de los modelos de bicicleta que fue robado durante el Tour de Eslovenia

Ahora bien, los cacos deberán encontrar la manera de darle salida a todo esto que se han llevado en el mercado negro. Se sospecha que modificarán las Orbea de tal forma que no se pueda saber que pertenecen al Euskaltel Euskadi, aunque cabe la posibilidad de que vendan los componentes por separado, quizás una manera más sencilla de no dejar demasiado rastro.

No en vano, Eslovenia es un país centroeuropeo y delimita con tantos países que hace muy fácil pensar que las bicicletas y el resto de materiales estén ya viajando por diferentes naciones en busca de una salida. Lo que es seguro es que en el Euskaltel ya dan prácticamente por perdidas todas esas bicicletas.

El destrozo a nivel económico y logístico de este robo es gigantesco. Para las competiciones inmediatas hubo que improvisar soluciones de emergencia en algunos casos, aunque el hecho de trabajar con Orbea, una marca de casa, facilitó mucho el suministro de nuevo material. También la estructura de la Fundación Euskadi, que cuenta con tres equipos entre los que se han podido intercambiar algunas piezas.

La investigación sigue abierta, aunque por el momento en el equipo no tienen noticias nuevas. Este último Tour de Eslovenia se convirtió en una pesadilla para el Euskaltel Euskadi.

 

Euskaltel-Euskadi Texto: Alberto Marcos Tour de Eslovenia


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