Tour de Francia 2023 - previa etapa 18: ¿oportunidad para velocistas?

Jornada predominantemente llana en la que el protagonismo podría regresar a los esprinters tras una semana opacados por las grandes etapas montañosas en los Alpes. Sin embargo, en la parte final del Tour de Francia las fugas son más complejas de controlar.

El Tour de Francia se despide del terreno montañoso y se dirige hacia la ciudad de Bourg-en-Bresse, capital del departamento de l’Ain. Esta población, en la frontera de los Montes Jura acoge por segunda vez un final de etapa de la ronda gala. En 2007, el belga Tom Boonen consiguió la victoria al esprint frente a Óscar Freire y Erik Zabel. De hecho, la orografía de la zona, muy llana, favorece que se produzca una volata, pero en aquella ocasión la jornada se disputó durante la primera semana de carrera. 

Este 2023 la etapa llega en circunstancias muy diferentes, donde el desgaste y la fatiga ya es muy alta y las estructuras están mermadas de efectivos. Esa situación equipara las escasas fuerzas con los escapados y será más complicado controlar una fuga numerosa. Sobre todo, porque algunos equipos han visto cómo sus mejores velocistas han tenido que decir adiós a la carrera mientras que el resto tan solo han podido rozar el triunfo ante el dominio de Jasper Philipsen. Aun así, los esprinters que todavía siguen en el Tour no dejarán escapar la oportunidad de luchar por la victoria tan fácilmente.

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Hora de salida: 13:05h / Hora prevista de llegada: 17:30h

Recorrido de la 18ª etapa: Moûtiers - Bourg-en-Bresse (184,7 km)

 

El pelotón del Tour de Francia abandonará de forma paulatina la cordillera alpina a través de la llanura que forma la cuenca del río Isère durante los primeros kilómetros. Será un tramo favorable de alrededor de 50 kilómetros hasta Chambèry que, en cierta manera, revelará si los velocistas serán los principales candidatos a la victoria o si, por el contrario, una escapada podría poner en dificultades al pelotón. Si un pequeño número de corredores se marcha a las primeras de cambio sin oposición, la llegada al esprint es prácticamente inevitable.

Sin embargo, la unión de un grupo grande puede hacer camino y abrir diferencias importantes en la parte central de la etapa, la más escarpada. Serán pequeños repechos y ascensiones no muy exigentes, como la Côte de Chambéry-le-Haut (1,6 km al 4,1%) y la Côte de Boissieu (2,4 km al 4,7%), en la estribación meridional de los Montes Jura. Tras este inciso sinuoso, la etapa regresa a un terreno llano que deja la zona montañosa definitivamente a la derecha. Sin duda, toda la parte final favorece el trabajo del pelotón, pero dependerá de si algún equipo ofrece colaboración a Alpecin-Deceuninck para tratar de echar abajo la escapada.

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En la aproximación hacia Bourg-en-Bresse, a falta de 15 kilómetros, los ciclistas deberán afrontar un pequeño repecho de entorno a 2 km, pero con una pendiente media muy ligera del 3%. Será la única dificultad en un final marcado por varias rotondas dentro de los últimos 5 kilómetros y un giro de noventa grados a 1,5 km de la línea de meta. A pesar de ello, en caso de que la llegada se dispute en un esprint no parece un desenlace excesivamente técnico y la recta de meta es una amplia avenida de más de 700 metros en los que si un equipo llega bien situado puede lanzar a su velocista sin problemas.

Imagen de cabecera: James Startt

 

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