Crónicas del Tour de Francia 2023: segunda semana de diferentes realidades

Desgaste, victorias con significado, el arte de resolver escapadas, el final de una sequía de cinco años, un duelo inacabado en los Alpes... la segunda semana ha sido un cúmulo de situaciones muy distintas. Repasamos todo lo que ha dado de sí este segundo capítulo del Tour de Francia 2023 a través de sus crónicas.

La segunda semana del Tour de Francia 2023 ha cruzado desde el Macizo Central camino de los Alpes. Seis jornadas que han reunido fatiga, emoción, sorpresa, entrega, incertidumbre, estrategias singulares, desconfianza... Ha sido la semana de las fugas, con hasta cinco victorias desde el grupo cabecero, pero también la de la particular partida de póker que siguen jugando Vingegaard y Pogacar desde el inicio de la carrera. Ninguno de los dos se fía del otro. Y ese control férreo entre ambos se ha resuelto con un empate técnico mientras el granadino Carlos Rodríguez ha asaltado la tercera plaza del podio.

Lo hizo tras completar la tercera victoria para el ciclismo español en seis días después de cinco años de sequía en la ronda gala. Porque si algo ha significado la segunda semana ha sido el resurgir del nuestro ciclismo en la carrera francesa, con el emotivo triunfo del vizcaíno Pello Bilbao dedicado a Gino Mäder en la décima etapa, la resolución de una escapada complicada por parte de Ion Izagirre en la decimosegunda jornada para cosechar su segunda victoria en el Tour y la consagración de Carlos Rodríguez como aspirante a grandes vueltas con tan solo veintidós años.

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Antes de que arranque la fase decisiva del Tour de Francia 2023, en el segundo día de descanso hemos recuperado los crónicas de una segunda semana de contrastes y una bonita batalla tanto por las victorias de etapa como por el maillot amarillo. En nuestro perfil de Instagram puedes leer cada día la crónica al término de la etapa.

De Pello para Gino — Etapa 10

Fotografía: Charly López / A.S.O.

“Tenía una inspiración especial y no iba a parar hasta conseguirlo. Me daba igual la general, solo quería dedicarle una etapa. Aquí la tienes, Gino”. Esas han sido las palabras con las que Pello Bilbao nos ha contagiado su emoción a todos los que hemos saltado del sofá en un momento único, emotivo y muy especial para el ciclista de Gernika en la meta de Issoire. Porque no es solo su primer triunfo en el Tour de Francia, es la fuerza de su significado. Un sueño de niño que Bilbao perseguía desde que dio el salto a profesionales...

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El día de la marmota — Etapa 11

“Los equipos que nos dejan un máximo de dos minutos a una fuga de solo tres integrantes cuando han sido batidos en cada esprint por el mismo corredor… Es su problema, pero no es muy motivador”. Con estas palabras, Matis Louvel (Arkea-Samsic), miembro de la escapada en esta undécima etapa, mostraba su decepción ante una situación que está siendo demasiado recurrente en este Tour de Francia. Lo cierto es que ahora mismo una llegada al esprint significa, irremediablemente, la victoria de Jasper Philipsen, y ninguno de sus principales rivales busca una alternativa para remediarlo. Da igual dónde, cómo, cuándo o contra quién, el belga siempre acaba sonriendo. 

Tan solo Mads Pedersen ha sido capaz de doblegar al de Alpecin-Deceuninck. Pero en Moulins todo volvió a la normalidad y Philipsen ha sumado el cuarto triunfo en su cuenta particular, una hazaña que no lograba un belga en el Tour desde Tom Steels en 1998. Y esta vez ha tenido que hacerlo en solitario. Su fiel compañero de fatigas en este Tour de Francia, Mathieu van der Poel, no ha podido lanzarle en los metros finales. Ni siquiera ha tenido piernas para participar en su colocación en los últimos kilómetros.

Aun así, un Philipsen bastante aislado ha demostrado por qué es el rey de las volatas en estos momentos. Ha sido una llegada técnica, en la que había que ser muy meticuloso para sortear el evidente riesgo de caída, pero incluso estando encerrado se ha movido de forma precisa y ha encontrado el carril adecuado siguiendo la rueda de Dyan Groenewegen (Jayco AlUla). Tanto el neerlandés como el resto de velocistas solo han podido disfrutar en primera fila cómo el líder del maillot verde alzaba, de nuevo, los brazos. Una situación que se repite como si se tratara de un bucle temporal.

Otro de los protagonistas del día ha surgido de la frustrada escapada en la que marchaba Matis Louvel. Acompañando al joven francés estaban Andrey Amador (EF Education-Easy Post) y Daniel Oss (TotalEnergies). Precisamente, el italiano ha hecho gala de la veteranía que atesora, curtido en mil batallas —muchas al lado de Peter Sagan—, para tratar de conseguir una gesta imposible.

Con la amenaza de abanicos y la lluvia cayendo sobre el pelotón en la última hora de carrera no ha dado su brazo a torcer, como si necesitara volver a sentirse ciclista en una temporada muy discreta y demostrar que todavía tiene piernas para alguna hazaña. Oss, que durante años fue verdugo de numerosas escapadas, esta vez le ha tocado ver la película de la persecución desde la percepción de la víctima.

¡Aupa Ion Izagirre! — Etapa 12

Fotografía: Pauline Ballet / A.S.O.

Decir que este Tour de Francia tiene acento vasco es una obviedad. Primero fue el colorido y atractivo Grand Départ en las carreteras de Euskadi, después la emotiva victoria de Pello Bilbao y ahora, en la decimosegunda jornada, es Ion Izagirre quien pone la guinda con un nuevo triunfo de etapa. El ciclista de Cofidis ha llegado a la línea de meta eufórico y emocionado, envolviéndose en un abrazo enorme con Cédric Vasseur, el manager del equipo, tras una cabalgada de más de treinta kilómetros eternos...

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Convicción y éxtasis a medias — Etapa 13

Los giros de guión suelen ser maravillosos. Y en las rampas del Grand Colombier, el polaco Michal Kwiatkowski ha sido el protagonista indiscutible de uno de ellos en una decimotercera etapa un tanto anómala, incluso extraña teniendo en cuenta a lo que nos estamos, posiblemente, malacostumbrando. “He descubierto que tenía las mejores piernas de mi vida. No creía que fuera posible, pero… ¡aquí estoy!”. Así reaccionaba el ciclista de INEOS Grenadiers, todavía incrédulo, después de completar una brillante exhibición escaladora para conseguir su segunda victoria en la ronda gala tras la que logró en 2020.

Este triunfo ha llegado tras un tenso pulso entre Kwiatkowski y el equipo UAE Team Emirates. El polaco ha mostrado ese motor que a sus treinta y tres años aún atesora, como en sus mejores años como gregario de lujo para Chris Froome durante su mandato y el del Team Sky en el Tour. Ha resuelto una fuga de diecinueve ciclistas en un día que sobre el papel no era el adecuado para escapadas. Pero Kwiato tenía otros planes. A 11 kilómetros de meta, en la última curva de herradura de los atractivos lacets del Grand Colombier, el polaco ha arrancado mientras Maxims van Gils (Lotto-Dstny), Harold Tejada (Astana-Qazaqstan) y Jake Shaw (EF Education-Easy Post) se pedían, casi suplicando, ayuda mutua con la mirada.

Por detrás, los hombres de UAE apretaban, pero Kwiatkowski mantenía un pedaleo firme y clavaba el ritmo con una gran entereza y convicción. La diferencia caía, pero lo hacía muy lentamente. Todo ello, mientras el polaco se abría paso en un mar de personas que se han dado cita en este coloso de los Montes Jura. Por momentos se han rozado situaciones comprometidas por la aglomeración, aunque el de INEOS simplemente ha disfrutado de ese apoyo en su particular agonía: “Sin los aficionados esta victoria no habría sido posible. No sabía referencias de tiempo, porque no tenía el coche detrás, así que el apoyo del público ha sido fundamental para continuar”. Quizá esa ausencia de silencio, que sí hubo en el Puy de Dôme, le ha dado esa dosis extra de motivación para gestionar el esfuerzo.

El esperado ataque de Tadej Pogačar llegó, pero en los últimos cuatrocientos metros. Se estaba gestando desde que su equipo se puso a trabajar para controlar la fuga, algo que no ha conseguido. Ha sido un movimiento de una explosividad asombrosa que ha avivado el desenlace, aunque la sensación generalizada es de un éxtasis escaso en la batalla por el amarillo. Aun así, el esloveno la ha vuelto a limar ocho segundos a Jonas Vingegaard y se coloca a tan solo nueve antes de las decisivas etapas alpinas. La carrera se adentra en otra dimensión, aquella en la que el potencial de los equipos jugará un papel crucial. En esa batalla, Jumbo Visma parece estar un paso por delante. Y el danés necesita a su escuadra si quiere doblegar a Pogačar.

Carlos Rodríguez también juega a videojuegos en Morzine — Etapa 14

Fotografía: Getty Images

La etapa decimocuarta estaba marcada y ha sido de nuevo una jornada trepidante en la que no han dejado de suceder cosas desde los primeros minutos. Ha empezado con una enorme montonera cuando solo habían transcurrido cinco kilómetros y ha terminado con la victoria en Morzine de Carlos Rodríguez, el granadino del equipo INEOS. ¿Qué ha pasado en los 146 km de entremedias? Una película de acción, una partida vibrante al ProCycling Manager en la que un secundario se ha llevado el gato al agua. “Ha sido el más listo de la clase y hay que felicitarle”. Así comentaba Joxean Matxin, manager del UAE Team Emirates, la victoria de este debutante en el Tour con cara de circunstancias...

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El día del otro Wout — Etapa 15

Hay pocos corredores que tengan un hashtag propio. Wout Poels lo tiene y tras su victoria en la decimoquinta etapa del Tour de Francia su #whereiswout se ha colocado por unos minutos dentro de los 20 temas más concurridos a nivel mundial en Twitter, aunque muy por debajo de #Alcaraz, que ha reventado los marcadores con su triunfo en Wimbledon. Pero en ese universo paralelo que es el ciclismo, y en el submundo del Tour de Francia, Wout ha sido el nombre de moda hoy. Por varios motivos.

Fotografía: Pauline Ballet / A.S.O.

Primero, porque se contestaba a la pregunta de su paradero —"Where is Wout?"—, que empezó como una broma cuando estaba en las filas del equipo Sky: Wout está en el Tour, en la cima del Saint-Gervais Mont-Blanc, pasando en primer lugar la línea de meta, aunque la televisión francesa no lo haya mostrado. Segundo, porque ganaba su primera etapa en una gran vuelta a los treinta y cinco años, después de haber sido siempre uno de esos gregarios infalibles.

"Disfruté mucho los años que pasé con el equipo Sky y contribuyendo a las victorias en el Tour de Chris Froome, pero nunca tuve la oportunidad de luchar por una victoria de etapa. Afortunadamente lo he podido hacer hoy, así que esto es genial", comentó en la antesala de podio, visiblemente emocionado por haber conseguido uno de los sueños de su vida y por poder dedicar también su etapa a Gino Mäder.

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Tercero, porque en la escapada consiguió dejar de rueda al otro Wout del pelotón, el que le dobla en masa muscular. "Hasta que no entré en el último kilómetro no empecé a creerme que de verdad podía ganar, porque como decimos en los Países Bajos: Wout van Aert no es ningún 'pannenkoek', así que tuve que emplearme a fondo" (El pannenkoek es la versión holandesa del panqueque).
Cuarto, porque es un corredor con una simpatía reconocida por gran parte del pelotón. No es de extrañar que uno de los que primero le felicitasen fuera Dylan van Baarle, excompañero de equipo, y ahora en el Jumbo Visma, Visma, con quien le une una buena amistad y con el que recientemente ha empezado el podcast In Koers.

Y mientras Poels se proclamaba vencedor tras escaparse de sus compañeros de fuga Van Aert y Marc Soler —que fue el que inició la cabalgada en solitario en el Col des Aravis, a 46 km de meta—, por detrás, Vingegaard y Pogacar jugaban al póquer de una forma algo extraña.

El danés se había quedado sin compañeros en el Mont-Blanc y todo apuntaba a que Pogacar lo atacaría para ponerlo a pueba de nuevo. Pero tras un primer arranque infructuoso, el esloveno se sentó, se calmó y se dedicó a manterle la mirada al danés, que se mostró muy sólido. Pogacar dio entonces vía libre a Adam Yates para que tirara hacia delante y luchara también por afianzar su cuarto posición en la general. Bueno, es la explicación más razonable que podemos apuntar en una jornada en la que la partida entre Vingegaard-Pogacar se ha saldado en un empate.

Imagen de cabecera: James Startt

 

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