Rafa Valls y la odisea de Jayco AlUla en La Vuelta: “Los ciclistas han crecido a palos”

El equipo australiano llegó a Madrid con tan solo tres integrantes después de una Vuelta muy complicada, con numerosos abandonos. Hablamos con Rafa Valls sobre la gestión de esta situación en carrera, las circunstancias que han envuelto este año a la ronda española y sobre su adaptación a su nueva faceta como director deportivo tras su retirada en 2021.

Hace apenas un par de años que Rafa Valls, uno de los ciclistas españoles más trotamundos de las últimas décadas, colgó la bicicleta. Lo hizo con un bagaje a sus espaldas que ya quisieran muchos para sí mismos: once Grandes Vueltas en sus piernas, cinco Monumentos y cuatro victorias en su palmarés.

Después de más de diez años como profesional y toda una vida dedicada al ciclismo, a Rafa Valls parecía que no le quedaba otra que seguir ligado al deporte de su vida una vez que dejara la competición en activo. Por eso, ahora forma parte del equipo Jayco AlUla, una escuadra World Tour que ya a finales del año pasado depositó su confianza en él y le convirtió en uno de los directores deportivos.

Ahora, el exciclista ha hecho todo un máster en esta última Vuelta a España. Sin duda, ha vivido momentos muy delicados que le han hecho sacar a relucir todas sus dotes de mando y de gestión en un equipo que ha terminado la competición con apenas tres corredores. Y ni siquiera todos ellos han acabado enteros, ya que la cifra podría haber sido incluso menor. Han realizado un puro ejercicio de supervivencia y en el equipo han tenido que hacer malabares para llegar a Madrid. Unas artes que ahora desvela en su charla con VOLATA.

Las cosas del ciclismo

Por mucho que se busque, hay cosas en el deporte, y en el ciclismo más en particular todavía, que a veces no tienen explicación. Por ejemplo, cómo el Jayco AlUla, que llegaba con ilusión y con un equipo que aseguraba batalla en La Vuelta termina sufriendo lo indecible para completar las tres semanas de competición. Lo que iba a ser una experiencia preciosa terminó convirtiéndose casi en un calvario, más por supuesto para los propios ciclistas que para el resto del staff.

“Esto es el ciclismo. Lo puedes preparar todo muy bien, reconocer las etapas, realizar entrenamientos en altitud, tener unos corredores que se cuidan al cien por cien... Y en la contrarreloj por equipos se te va todo al traste”, dice Rafa Valls, sobre la mala suerte que tuvieron en esa etapa inicial por las calles de Barcelona en la que prácticamente todo el equipo besó el asfalto de la ciudad condal.

“Ese día salimos a arriesgar porque teníamos un buen equipo para la crono. Y si arriesgas, puedes ganar. Si no se hubieran hecho daño, no hubiera afectado tanto. Pese a las caídas, tampoco perdimos un tiempo exagerado, fueron unos 50 segundos que no es nada en una Gran Vuelta, pero sí que nos lastró físicamente a varios de nuestros corredores”, relata el actual director deportivo del Jayco AlUla sobre aquel mal inicio de La Vuelta.

Fotografía: Jayco AlUla

Con mucha motivación

Lo cierto es que aunque a la escuadra australiana no le ha salido desde luego una Vuelta ni mucho menos soñada, acudía a la última grande de la temporada con muchas ganas y con un equipo que, sin ser el más puntero, desde luego que prometía batalla. Una mezcla de jóvenes guerreros que querían foguearse en la carrera y veteranos de sobra experimentados aseguraba presencia en varias facetas, pero los planes se fueron al traste demasiado pronto.

El propio Rafa Valls así lo reconoce: “Veníamos muy motivados a La Vuelta. Éramos muy realistas en este aspecto pero veníamos con gente joven y con gente que podía cazar etapas”, alega. Dunbar, Hepburn, Scotson o Sobrero ponían el poso, mientras que otros más noveles como Engelhardt, Hagos Berhe o Zanna eran el contrapunto a un cóctel que hacía presagiar buenos resultados. No en vano, algunos como el propio Zanna ya se exhibieron en el pasado Giro d'talia. “Quisimos hacer un equipo compensado, pensando en ganar etapas. Había gente con mucha experiencia como Sobrero o Scotson, y gente nueva con mucha ilusión como Hagos, a los que puedes ir viendo crecer”, relata.

Sin embargo, todo se fue poco a poco al traste. “Fue progresivo. El primer día tuvimos la caída de todo el equipo. El segundo día más caídas porque estaba todo muy resbaladizo. Fue un cúmulo de circunstancias. Después, en la cuarta etapa Zanna se tiene que marchar por un virus gastrointestinal. Hepburn también se fue para casa con dolor en la rodilla por la caída de la crono. Callum también estaba muy tocado... Llegamos a un punto en el que no tener noticias, ya era una buena noticia”, dice el propio Valls sobre las desgracias sufridas en La Vuelta.

Crecer a palos

La Vuelta se fue convirtiendo progresivamente en una auténtica pesadilla para todo el Jayco AlUla. De llegar a la última grande de la temporada con muchas ganas de convertirse en la revelación, a terminar a duras penas y con muchísimas dificultades. A medida que fueron pasando los días, de hecho, en lugar de que la situación se asentara tan sólo fue a peor y los efectivos siguieron cayendo hasta dejar al equipo en cuadro.

“Intentamos mantener la calma y la motivación, pero está claro que perder a un compañero nunca gusta y cuando pierdes un día a uno, otro día a otro... Tratas de transmitir que estaba siendo una Vuelta muy difícil para nosotros, y además cada día iba a peor, pero nunca se sabía qué podía pasar. Quizás podía salir ese día de inspiración como sucedió en Caravaca donde Sobrero fue segundo y luchó por la etapa. Aquello dio un poco más de moral”, recuerda Rafa Valls sobre esa novena etapa en la que el italiano tan sólo fue superado por Lennard Kämna.

Matteo Sobrero fue uno de los protagonistas en la fuga que se jugó el triunfo de etapa en Caravaca (Fotografía: Sprint Cycling)

Al final, ha sido una experiencia muy dura, sobre todo, para aquellos jóvenes que acudían a La Vuelta a aprender, aunque Valls también sabe que esta es otra manera de aprender que se destila en el ciclismo: “Han crecido a palos. Ha sido una experiencia, porque a veces creces porque todo va bien y tienes victorias, pero a veces viene todo al revés y te toca sufrir. Han aprendido igualmente, han tenido lesiones, muchas caídas, pero se han sabido sobreponer y han demostrado que son duros mentalmente”.

Por suerte, los ciclistas de Jayco AlUla estuvieron acompañados durante esta Vuelta por Rafa Valls y por Pieter Weening como directores deportivos, es decir, dos personas que hasta hace muy poco tiempo estaban montando sobre una bicicleta. Tanto el alicantino como el neerlandés se retiraron en los últimos años, y eso es un plus para estar al lado de los corredores en las circunstancias más complicadas. “Creo que sí, que nos notan bastante cercanos a ellos. Les intentamos transmitir todo lo que pensamos de cada etapa, cuando terminamos hacemos un day brief y todo lo que les intentamos transmitir es que hace muy poco que hemos dejado de competir, que sabemos cómo se compite hoy en día, y ellos te escuchan”, dice Rafa Valls al respecto.

El autobús se queda grande

Cada día los efectivos del Jayco AlUla en La Vuelta fueron menguando hasta quedarse tan sólo con tres únicos supervivientes a su llegada a Madrid. El último en decir adiós fue Berhe, que no tomó la salida en la etapa 16 camino de Bejes, es decir, en el inicio de la última semana de competición.

De hecho, la propia expedición de Jayco AlUla en La Vuelta también perdió efectivos porque no era necesario contar con tanto personal de staff para atender a tan pocos ciclistas que quedan en carrera durante los últimos días de competición. “Yo al final en la última semana ni siquiera estuve en carrera, porque éramos tres directores para tres ciclistas que quedaban. También mandamos a algunos masajistas a casa”, dice Valls.

Sobre esta pérdida de efectivos, ahora ya con más calma se la toma con humor y hasta bromea con la situación: “El autobús se va haciendo más grande cada día, los últimos días ves que sobra espacio y que puede subir todo el mundo ahí. Es triste porque todo el mundo quiere llegar a Madrid y es un gran objetivo, al igual que si se puede celebrar algún triunfo mucho mejor, pero a veces pasan estas cosas, hay que asumirlo, aceptarlo y tomarlo con humor. Dentro de las desgracias también ha habido risas en el equipo, ha habido buen ambiente entre los pocos que quedábamos”.

Quien más sufrió para terminar La Vuelta fue Jan Maas. El ciclista holandés llamó la atención en la última etapa al sufrir lo indecible para terminar en el circuito de Madrid. De hecho, entró en último en la meta del paseo de la Castellana a 13 minutos y medio de los ganadores, una diferencia demasiado grande en circunstancias normales. Rafa Valls desvela el motivo de este suplicio: “Maas tuvo una caída severa en la etapa 12 o 13. Le acompañé al hospital, le vieron que tenía una fractura en la costilla y también hasta tuvo Covid. Después el día de Madrid sufrió un problema mecánico y ya llegó a meta como pudo”.

Las neutralizaciones en La Vuelta

El director deportivo del Jayco AlUla también habla sobre las polémicas que rodearon a La Vuelta, con las neutralizaciones de las etapas de Barcelona y de Caravaca de la Cruz, donde precisamente casi ganan con Sobrero, y apuesta siempre por la seguridad de los corredores en la competición.

“En Barcelona fue algo más incierto, porque es verdad que había un circuito final técnico, y con lluvia sabemos que en las grandes ciudades con el aceite de los coches el asfalto se pone muy resbaladizo. Todos los equipos preparan una carrera durante meses y que por una caída se vaya todo el trabajo al garete, pues ningún equipo quiere arriesgar. Está claro que los de la general que se juegan algo a largo plazo no se la querían jugar en este final. En Caravaca fue diferente porque la organización tuvo algunos problemas con el barro”, explica Valls.

Preguntado sobre si los equipos y los ciclistas están tomando demasiado peso sobre las organizaciones, el alicantino responde: “Puede ser que sí, pero debe ser así. La seguridad tiene que ser lo principal, está avanzando en este deporte y de hecho tiene que avanzar. En cada etapa ha habido además días en los que parecía que no iba a haber batalla pero sí que la ha habido”. Valls, además, hace referencia a la gran pelea que hay en el ciclismo moderno: “Los ciclistas quieren competir dentro de una seguridad y pensando en que hay mucho trabajo detrás. Creo que estamos viendo una competitividad en cada etapa que hace mucho que no veíamos, así que por un día que el pelotón se lo tome más tranquilo, el público lo tiene que entender. No se puede estar los 21 días al 100%”.

El asunto de la retirada

Ahora Rafa Valls está en el otro lado del ciclismo, ese que le hace ser director deportivo en lugar de dar pedales. “Estoy aprendiendo nuevas tareas y nuevos trabajos, sobre todo de logística. Cosas que no aprecias cuando eres ciclista, porque no te das cuenta de todo el trabajo que hay detrás”, cuenta sobre sus nuevas funciones dentro del Jayco AlUla.

En 2021 decidió retirarse y el Giro d'Italia fue su última grande aquel año, pero ahora confiesa que la adaptación a su novedoso rol está siendo aceptable: “Lo llevo bien. Me cuesta la preparación de ir a las carreras, preparar las etapas, ver todos los recorridos... Pero una vez en carrera, te sientes dentro del pelotón y se me pasa volando. Sobre todo es un poco la preparación, la logística y coordinar personal, porque es lo nuevo”.

Fotografía: Sprint Cycling

En el Jayco AlUla hay varios corredores veteranos que se acercan incluso a los cuarenta años que, más pronto que tarde, tendrán que tomar la misma decisión que tomó Valls hace un par de años. Gente como De Marchi, Stybar o Luka Mezgec ya tienen mucha experiencia, y alguno de ellos ya le ha preguntado sobre cómo es dar el paso: “Algunos preguntan. Yo les digo que tengo menos dolor de piernas que ellos, pero que quizás la cabeza me duele más que a él”, bromea.

“Es cierto que tenemos gente con mucha experiencia, pero también tenemos la gran parte del equipo con corredores muy jovencitos. Intentamos mezclar gente con mucha experiencia con otros más jóvenes para que vayan aprendiendo de gente como ellos, que son profesionales al 100%”, cuenta Valls sobre la confección del equipo.

Además, el alicantino tiene una escuela de ciclismo donde forma a jóvenes valores de entre 4 y 14 años y con la que se siente muy realizado: “Este es el tercer año desde que la creamos. Tenemos unos 26 o 27 niños que corren por toda la provincia de Alicante y también salimos a veces a Valencia. Es gratificante ver que se ilusionan con el ciclismo. Al final, cuando yo termino mi temporada con el equipo, me pongo con la escuela para coordinar ropas, licencias y todo este tipo de cosas, pero tengo mucha ayuda de mi hermano y de varios amigos”, finaliza.

Imagen de cabecera: Sprint Cycling

 

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