Milán-Sanremo e Il Lombardia: los Monumentos que faltan en el ciclismo femenino

Con la incorporación en 2020 de la París-Roubaix, el ciclismo profesional femenino ampliaba su calendario de clásicas y, ante la espectacularidad de sus tres ediciones, es lógico preguntarse: ¿por qué no se había hecho antes? La cuestión deja en evidencia a los organizadores de los otros Monumentos, la Milán-Sanremo e Il Lombardia. ¿Por qué no tienen edición femenina todavía?

Marta Cavalli ya ha ganado en el Poggio de Sanremo. De hecho, el Poggio fue la primera de las muchas subidas famosas que la escaladora de Cremona ha conseguido domar: Mont Ventoux, Cauberg, Muro de Huy. Fue en marzo de 2017 y la carrera se llamaba Gran Premio di Apertura - Coppa Sanremo in Fiore, nada que pudiera asemejarse a una hipotética Milán-Sanremo femenina. Cavalli marcó la diferencia en el Poggio. "Abordar la subida icónica de la Classicissima te provoca emociones fuertes", diría más tarde.

La italiana subió el Poggio, sí; y ganó en Sanremo, sí. Pero no ganó la Milán-Sanremo, aunque hace años que se habla de ella y de su posible incorporación al calendario profesional femenino. Apodada La Primavera, porque anuncia la llegada del buen tiempo después del invierno, la Sanremo ha alcanzado ya 114 ediciones para los hombres. Tuvo siete para las mujeres, entre 1999 y 2005, y luego desapareció. ¿Volverá algún día? Muchas profesionales lo esperan. Para Annemiek Van Vleuten, una Sanremo no solo debería existir, sino que debería tener al menos 200 kilómetros.

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En el calendario femenino, sin embargo, el fin de semana de Sanremo está ocupado por el Trofeo Binda en Cittiglio. Fundada en 1974, es una de las carreras femeninas con más historia. Se pueden contar con los dedos de las manos las carreras que forman parte del Women's World Tour que tienen sus raíces en el otro siglo —otros dos ejemplos son la Flecha Valona y el GP de Plouay— y solo el Mundial supera las cuarenta y siete ediciones del Binda.

La joven Shirin van Anrooij (Lidl-Trek) se impuso en la edición de 2023 del Trofeo Binda tras un ataque en solitario a 25 km de meta. Es, hasta el momento, su única victoria como ciclista profesional (Foto: F. Ossola)

¿Y por qué, replican algunos, el calendario femenino debería seguir al masculino? Es una crítica sensata: las dos ramas del deporte son diferentes y no tiene sentido juzgar a las mujeres por los estándares establecidos por los hombres. Es bueno que el calendario femenino cree su propia tradición e historia. Pero por otra parte, no cabe duda de que la llegada de carreras como la París-Roubaix femenina ha contribuido a la visibilidad del ciclismo femenino en su conjunto. 

El extenso panorama italiano

Volviendo al contexto italiano, es imposible no darse cuenta de que existe una discrepancia entre el nivel de las ciclistas y la oferta de carreras. Tatiana Guderzo, Giorgia Bronzini, Marta Bastianelli y Elisa Longo Borghini han estado entre las mejores del mundo durante una docena de años consecutivos, y la nueva cosecha de jóvenes corredoras —Cavalli, Guazzini, Persico, Balsamo, Realini— parece igual de talentosa. 

Que estos logros no han ido de la mano de un panorama de carreras de talla mundial es evidente; aparte del Trofeo Binda, el Giro Donne ha tenido una historia larga pero problemática, hasta el punto que perdió su licencia World Tour en 2021. Entonces llegó el Tour de Francia Femenino y, a pesar de ser la primera edición en décadas, hizo que el Giro Donne pareciera una carrera de barrio. La única otra carrera World Tour femenina en suelo italiano es la Strade Bianche, que este año ha alcanzado su décima edición.

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Buscando un renacimiento, el Giro d'Italia Donne será organizado por RCS de 2024 a 2027. Cuando la Federación Italiana de Ciclismo sacó a concurso la organización de la carrera femenina, solo RCS se presentó. Según algunas fuentes, el proceso de selección fue cuidadosamente diseñado para que la carrera acabara en manos de la maquinaria ciclista más poderosa de Italia. Y es que RCS ya organiza el Giro d'Italia masculino, la Strade Bianche, el Giro di Sicilia, el Gran Piemonte, la Milán-Turín, el UAE Tour, la Milán-Sanremo e Il Lombardia.

Annemiek van Vleuten es la última ganadora del Giro Donne. La neerlandesa cosechó hasta cuatro victorias totales y 16 triunfos de etapa en la prueba italiana (Foto: Giro Donne)

¿Ha llegado entonces el momento de que RCS se implique de verdad en el ciclismo femenino? Es una oportunidad, pues tan solo A.S.O. supera la envergadura de la estructura italiana, y a la vez un peligro. Urbano Cairo, empresario, editor y director general de RCS MediaGroup, es bastante conocido (y también objeto de burlas) por ser especialmente cuidadoso con las cuentas de sus propias actividades. En cuanto algo deja de ser rentable, desaparece. Si el Giro d'Italia Donne no generara beneficios a medio o corto plazo, ¿podría evaporarse?

Por otro lado, una carrera que desde hace años parece a punto de brotar del regazo de RCS es precisamente la Milán-Sanremo femenina, aunque parece que las rampas finales del Turchino no entran en los planes. Paolo Bellino, director general de RCS Sport, ha planteado la hipótesis de una salida desde Arenzano, una de las primeras localidades que los hombres encuentran en la costa ligur. Si la Sanremo femenina siguiera la ruta masculina desde Arenzano hasta la línea de meta en Via Roma, serían 132 kilómetros: no es exactamente una distancia "tipo San-remo".

La voz de RCS

"Sarebbe, potrebbe". Cavalli utiliza el condicional porque es la única forma verbal que puede emplear. En febrero de 2022 Bellino predijo la creación de la Sanremo para 2023, pero la realidad es que la carrera todavía no ha nacido. Para ser precisos, debería decirse que no ha regresado. Una Sanremo femenina existió, como hemos comentado anteriormente, entre 1999 y 2005. Se llamaba Primavera Rosa (muchas carreras femeninas en Italia se llaman "lo que sea rosa", un color arcaicamente asociado a la mujer) y en el podio de las distintas ediciones hubo nombres tan nobles como Trixi Worrack e Ina-Yoko Teutenberg. 

Pero si para la Sanremo hay incertidumbre, para el único otro monumento del calendario masculino que aún no tiene homólogo en el femenino no se mueve ni una hoja. Il Lombardía masculino cumplirá este año 118 años. En una entrevista de Gabriele Gentili en Bici.pro, Paolo Bellino pronunció que "[Para una Il Lombardía femenina] habrá que esperar más. No digo que el proyecto esté en un cajón, lo estamos barajando, pero se trata de un evento muy complicado de definir, de montar y de calibrar. Tenemos que proceder paso a paso para que las ideas sean factibles”.

Puesto que hay recursos, ¿falta que las ideas sean factibles? Sería una pena, ya que el ciclismo femenino tiene en Lombardía uno de sus bastiones y en las dos ciudades típicas de llegada de la carrera masculina, Como y Bérgamo, el Giro Donne ha pasado con éxito varias veces en los últimos años. La sexta etapa de 2022, por ejemplo, presentaba un circuito similar al final en Bérgamo con la subida a San Pantaleone, el famoso paso bajo Porta San Giuliano, Boccola y la llegada tras el descenso de la Città Alta. 

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El recorrido de un hipotético Il Lombardia femenino, en definitiva, podría ser distinto respecto el masculino, conservando al menos los lugares de salida y llegada y los puntos más característicos para hacer reconocible la carrera. Pero también podría ser el mismo o, por qué no, una carrera totalmente diferente. Se podría pensar en un Monumento para velocistas: en las provincias de Cremona, Mantua y Lodi, Lombardía puede ser muy llana. Se podría alternar un año en llano con un año con final en subida, quizás en esa Valtellina frecuentada a menudo por las donne del Giro.

En un contexto de crecimiento general y entusiasmo generalizado, algunas noticias sobre el ciclismo femenino suenan desalentadoras y anacrónicas. En Italia llamó la atención el anuncio del Club Ciclistico Canturino 1902 —empresa que apoya a RCS en la preparación de la Lombardía masculina— de organizar un Il Lombardia femenino. En un artículo de febrero de 2022 en el sitio de noticias ciclistas italiano más conocido, Tuttobiciweb, se afirmaba que la primera Lombardía femenina iba a tener "la salida en Cantù y la llegada en la plaza Cavour de Como, un par de horas antes que la carrera masculina". No se supo nada más de esta carrera. Y, por supuesto, nunca se llegó a celebrar.

No es obligatorio que nazca una Sanremo y una Lombardía femenina. En ninguna parte está escrito que los cinco Monumentos masculinos deban convertirse en los cinco Monumentos femeninos. Pero el día que existan deben ser de alto nivel, porque el ciclismo femenino actual ha elevado mucho su exigencia y sería mucho más ventajoso para Sanremo y Lombardía (y RCS) entrar en esa liga. Por supuesto, y volviendo a utilizar el condicional de Cavalli, si se decidiera de una vez por todas, "sarebbe bello".

*Puedes leer el texto completo en el número 38 de la revista VOLATA

Foto de cabecera: Thomas Maheux / A.S.O.

 

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