Tour de Francia 2023 - previa etapa 1: Bilbao se viste de amarillo

Las calles, la gente, el ambiente, la decoración… todo está preparado en Bilbao para el Grand Départ del Tour de Francia 2023 desde la capital de Bizkaia. La ciudad se ha volcado y el color amarillo inundará cada rincón para recibir a la ronda gala por primera vez en la historia, aunque Bilbao ya atesora una amplia relación con La Vuelta superando las cuarenta llegadas. El estreno de la ciudad portuaria como sede del Tour tendrá el aliciente de tratarse de una jornada selectiva, repleta de cotas, con un desenlace abierto y en la que el espectáculo estará garantizado en la batalla por endosarse el primer maillot amarillo de la 110ª edición. Será complicado que al último kilómetro, en ligera pendiente ascendente, llegue un grupo compacto que supere la veintena de unidades.

Recorrido de la 1ª etapa: Bilbao - Bilbao (182 km)

La primera jornada del Tour de Francia 2023 no será una etapa plácida en la que los velocistas se jueguen la disputa del primer maillot amarillo. Se trata de un día inaugural cargado de dureza a través de un terreno plagado de pequeñas cotas. Nada más salir de Bilbao los ciclistas afrontarán el primer puerto puntuable de la ronda gala, la cota de Laukiz (2,2 km al 6,9%). Este primer tramo será muy exigente si no existe conformidad a la hora de confeccionar la fuga. Una situación que podría estabilizarse a lo largo del terreno costero, más suave, protagonista en los siguientes kilómetros hasta San Juan de Gaztelugatxe.

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Este lugar, reconocido por ser uno de los escenarios de la serie Juego de Tronos, acumula porcentajes superiores al 11% en sus dos kilómetros finales y será la puerta de entrada a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, que acompañará a los corredores durante la parte central de la etapa. Al mismo tiempo será la zona más llevadera de toda la jornada, con la única dificultad, no puntuable, del Puerto de Nabarniz. Tras el segundo paso por Gernika, la ruta se adentra en el tramo decisivo de la etapa con el explosivo encadenado Morga, Vivero, Pike dentro de los últimos 40 kilómetros. La primera ascensión (4%) servirá para ir posicionando al pelotón antes del plato fuerte.

Será a partir del Alto del Vivero cuando la etapa entre en una fase de tensión y exigencia máxima. Se trata de una ascensión bastante irregular que en su tramo inicial acumula más de 900 metros con una media cercana al 12% y máximas de hasta el 16%. A partir de ese punto se entrelazan rampas en torno al 7%-8% con nuevos picos del 14% hasta la cima. El último escollo de la jornada, la cota de Pike-Bidea, será decisivo, pues se corona a falta de 10 kilómetros para la línea de meta. 

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Esta explosiva ascensión de 2 km al 10%, con máximas que llegan hasta el 20%, podría ser el punto indiciado para que algún ciclista trate de lograr una pequeña ventaja y lanzarse al descenso que conduce a las calles de Bilbao. Para darle todavía más picante, la organización del Tour ha incluido un último kilómetro con una pendiente media del 5,4% camino del Parque Etxberria, por lo que el primer maillot amarrillo de la 110ª edición de la ronda gala está muy abierto.

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Favoritos

Una jornada con estas características permite pensar en una estilo de corredor versátil para conseguir el primer triunfo de etapa del Tour de 2023 y, por tanto, enfundarse el primer maillot amarillo. La gran mayoría de los ciclistas han coincidido en establecer que será un día duro, con capacidad para romper el pelotón y que se disputará entre no más de una veintena de corredores. Esa reflexión acota el abanico de aspirantes a la victoria y pone el punto de mira entre las grandes estrellas del pelotón. De esta manera, parece que un ciclista como Mathieu van der Poel (Alpecin-Deceuninck) podría ser uno de los principales candidatos. La jornada se le adecúa a la perfección, se ha preparado a conciencia tras una primavera exitosa y, al igual que hiciera en 2021 —y en el 2022 en el Giro— podría arrancar la ronda gala vistiendo el amarillo.

No será una tarea sencilla de lograr, pues su principal enemigo deportivo, Wout van Aert (Jumbo-Visma), se posiciona con opciones de seguir ampliando su idilio particular con el Tour de Francia. Quizá no se trata del recorrido ideal para el ciclista belga, por la explosividad de algunas cotas, pero si puede intervenir en la parte final se convertirá en un corredor decisivo. Ya sea para sus propias opciones o por las de su compañero y líder Jonas Vingegaard, al que tampoco se puede eliminar de la ecuación. 

Fotografía: Charly López - A.S.O.

La etapa obliga a los aspirantes a la general a estar atentos, por lo que junto al danés, un insaciable Tadej Pogačar (UAE Team Emirates) será un candidato claro. Final en cuesta, dureza acumulada, ascensiones explosivas… el esloveno se siente como pez en el agua en una jornada con estos ingredientes. Será un buen test para medir cómo se ha recuperado tras la lesión de muñeca que sufrió durante la Lieja-Bastoña-Lieja.

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Si existe cierta vigilancia entre las grandes figuras, algunos especialistas secundarios podrían tener una oportunidad de luchar por el triunfo de etapa, como Thomas Pidcock (INEOS Grenadiers), Simon Yates (Team Jayco-AlUla), Alex Aranburu (Movistar Team), Michael Woods y Nick Schultz (Israel-Premier Tech), Biniam Girmay (Intermarché-Circus-Wanty), Pello Bilbao y Fred Wright (Bahrain-Victorious), Julian Alaphilippe (Soudal-Quick Step), Magnus Cort Nielsen (EF Education-Easy Post) o Benoît Cosnefroy (AG2R Citroën), entre otros.