La Vuelta 2023: Madrid, el día del látigo

¿Realmente la última etapa de La Vuelta es un paseo? Hablamos con José Manuel Díaz Gallego (Burgos BH), José Herrada (Cofidis) y Jon Barrenetxea (Caja Rural) que nos confirman, que no, que el tradicional circuito de Madrid es duro y se puede pasar mal.

Llegar a Madrid. Ese es el momento con el que todo ciclista que arranca La Vuelta sueña con vivir después de veintiún días de puro sufrimiento en los que habrá tenido que esquivar caídas, subidas imposibles, ritmos vertiginosos y otras innumerables circunstancias. Finalizar una gran vuelta es un ejercicio de supervivencia en el que hasta el último día todo son obstáculos.

Se suele decir que ese último día por las calles de Madrid, al igual que sucede en el Tour con el paso por los Campos Elíseos, es poco menos que un paseo. Es una jornada de fiesta, eso es cierto, de celebraciones por haber conseguido superar tantas adversidades, pero hay muchos ciclistas que se encargan de desmontar ese mito que dice que el último día no se compite. No todo es un paseo triunfal como parece por televisión, sino que hay corredores que hasta el último metro de la competición están pegados al sufrimiento.

VOLATA habla con tres ciclistas que confirman la dureza también del último día de competición en La Vuelta. José Manuel Díaz Gallego, del Burgos BH, y José Herrada, del Cofidis, bien saben ya en sus propias carnes lo que es sufrir por las calles de Madrid, mientras que Jon Barrenetxea, del Caja Rural - Seguros RGA, que será debutante en este aspecto, ya está también advertido de que lo puede pasar mal por el circuito de la capital.

En este sentido, Díaz Gallego, que ya el año pasado vivió la experiencia de completar por primera vez La Vuelta, recuerda los cambios de ritmo constantes que se hacen por las céntricas calles de Madrid en la lucha por la victoria de etapa. “Sí, es verdad que es un día más exigente podríamos decir de lo que piensa la gente, así que sí, ese día hay látigo”, confiesa el ciclista del Burgos BH.

El ciclista de Jaén, protagonista durante esta Vuelta 2023 al colarse en varias fugas, es consciente de que la gente llega muy fatigada al último día y que habrá gente que incluso se descuelgue del grupo para no experimentar la tortura de ir a rueda de los más rápidos: “Si te descuelgas ya no lo pasas tan mal, pero el tema es estar ahí al filo de la navaja”, sonríe. Eso sí, antes de tomar la salida en la etapa vigésimoprimera confirma que la última jornada se hará mucho más fácil que el paso por Guadarrama.

Alguien bastante más curtido aún en este tipo de batallas es José Herrada. El ciclista de Cofidis completará su decimoquinta grande y su novena Vuelta en una carrera deportiva muy longeva —que tendrá su punto y final en esta temporada—, pero también tiene respeto por ese último día que se vivirá por las calles de Madrid, algo que él ya conoce a la perfección.

“La verdad es que el circuito, aunque parece fácil siendo el último día, cuando entras allí se hace un tapón grande cuando llegas a la parte de arriba de la Gran vía. El látigo es fuerte y sigue hasta Atocha. Hay poco respiro la verdad”, dice con una sonrisa en la boca, confirmando que el último día por las calles de Madrid en realidad tiene muy poco de paseo.

José Manuel Díaz Gallego (Burgos BH) en la escapada durante la octava etapa de La Vuelta 2022 que le valió el premio a la combatividad (Foto: Charly López)

Además, José Herrada apunta que el ritmo no solo es alto en las últimas vueltas al circuito, esas en las que ya se juega el triunfo de etapa al sprint, sino que desde que se entra a las calles de la capital ya todo se vuelve loco: “Desde la primera vuelta la gente ya ve que la posición es importante, así que o estás muy delante o se hace duro”, dice el de Cofidis, a la vez que confiesa que tiene “muchas ganas de desconectar”.

El debutante

El que va a experimentar por primera vez lo que es sufrir por las calles de Madrid es Jon Barrenetxea. El ciclista del Caja Rural completará su primera Vuelta, un debut que no olvidará jamás, aunque confiesa que está llegando realmente fatigado a esta última semana de competición. No es para menos cuando el cuerpo no está tan acostumbrado a estos esfuerzos tan prolongados.

“Llevamos toda la semana con mucha fatiga”, dice antes de la última etapa, aunque asume que todo el pelotón está igual y que “habrá que ser cabezón” para dejarse ver en competición hasta el último día.

Jon Barrenetxea, en el centro, en el transcurso de la etapa con final en Lekunberri (Foto: Caja Rural)

Barrenetxea ya está advertido de que lo que se vivirá en la etapa vigesimoprimera no será plácido si quiere entrar con el grupo de los mejores, aunque quizás puede pagar esa inexperiencia: “Está claro que no te puedes relajar ni el último día. Lo de Madrid no lo he vivido todavía, pero supongo que será muy duro también. Al final es un ‘arranca y para’ todo el rato, así que espero estar un poco activo”.

Él sabe que la victoria de etapa se jugará al sprint pero no se esconde cuando dice que “siempre se puede rascar algo”, incluso en este tipo de jornadas en la que el guión parece predeterminado. Ya avisa, por lo tanto, de sus intenciones de lucirse al menos por las calles de Madrid.

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