Copa del Mundo de ciclocross Benidorm 2024: el hombro marcó la diferencia

La película de la segunda edición de la Copa del Mundo de ciclocross de Benidorm. Igualdad, espectáculo, caídas, golpes, un sillín desintegrado y cerveza, mucha cerveza. Fem van Empel y Wout van Aert conquistan la capital turística de la Costa Blanca.

Que cualquier mínimo detalle, por insignificante que parezca, puede tener el suficiente peso como para convertirse en el motivo que incline la balanza en una carrera de ciclocross es una reflexión lógicamente intrascendente para los aficionados a esta modalidad. Sin embargo, en Benidorm, en el submundo del ciclocross, el diccionario imaginario añadió una nueva acepción a la palabra “hombro”, que ha dejado de tener únicamente un significado referido a la anatomía para convertirse de forma fugaz en un elemento ciclista decisivo.

Las tonalidades amarillas y negras del Jumbo Visma-Lease a bike colorearon la jornada en la segunda edición de la Copa del Mundo de ciclocross en Benidorm. La campeona del Mundo Fem van Empel, en la prueba femenina, y Wout van Aert, en la masculina, han cosechado dos apretadas victorias ante los más de 16.000 personas que volvieron a abarrotar el circuito enclavado entre los parques de Foietes y El Moralet. Quizá esa esperada igualdad en ambas categorías fue una de las grandes novedades en esta temporada de ciclocross. Pero una caída inoportuna lo convirtió en un simple espejismo.

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El murmullo del público en ebullición y la expectación por saber de qué manera se resolvería el interesante (y habitual) mano a mano entre Puck Pieterse y Van Empel se mantuvo hasta la penúltima curva. Pero el in crescendo que caldeaba el ambiente en la primera batalla ajustada de este invierno entre Mathieu van der Poel y Van Aert —con dos invitados de lujo como Tom Pidcock y Michaël Vanthourenhout— se desinfló cuando el reconocible maillot arcoíris desapareció del tiro de cámara al salir del foso de arena.

El neerlandés midió mal y golpeó su hombro derecho de forma brusca con una farola a falta de vuelta y media. “Pensaba que la protección sería más blanda, pero no lo era. En el momento que estaba en el suelo supe que se había acabado”, reconocía a los micrófonos de la UCI. El concepto hombro se transformaba así en el hilo conductor del relato de la jornada. Tan solo una hora antes, la carrera femenina se había acabado diciendo tras un ligero, pero definitivo, toque de hombros en el momento en el que Van Empel trataba de situarse en cabeza frente a Pieterse antes de la recta de meta.

En la carrera masculina no hubo esprint, pero sí un desenlace tenso. Con Van der Poel fuera de juego, Van Aert abrió el gas suficiente para dejar atrás a Vanthourenhout (2º) y Thibau Nys (3º) y quedarse en solitario durante la travesía por el bosque de El Moralet. Aún así, cuando el belga llegó a la sección de los tablones un “error garrafal” estuvo a punto de condicionar su victoria tras un resbalón. “No quería correr el riesgo de saltar las tablas sobre la bici, pero quise hacerlo  demasiado rápido corriendo y al caer rompí el sillín. Apenas conseguí hacer los últimos 100 metros”, explicaba Van Aert en el podio.

En esta película de nombres ilustres, dos de los grandes actores de reparto fueron Ceylin del Camen Alvarado y Felipe Orts. La neerlandesa mostró una actitud tenaz y por momentos hasta pudo mantener el ritmo a las dos grandes dominadoras de la disciplina para conquistar de forma matemática la clasificación de la Copa del Mundo. Por su parte, el campeón de España volvió a ser el héroe local e hizo enloquecer al público con una actuación brillante para auparse a la octava posición. “Hemos logrado que todo el mundo flipe”, decía en sus perfiles de redes sociales. Y tanto que lo hemos hecho todos y todas.

 

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