Anna van der Breggen: "Es posible hacer un Tour de Francia femenino de tres semanas"

En el pasado evento de Rouleur Live, la ciclista neerlandesa aportó algunas verdades reveladoras sobre las carreras femeninas por etapas y compartió sus pensamientos sobre el futuro del deporte.

La inauguración de la París-Roubaix femenina, que despertó una gran atención mediática esta temporada, y el anuncio del Tour de Francia Femmes avec Zwift en 2022 han marcado el panorama del ciclismo femenino de forma radical. Estos grandes eventos han provocado un crecimiento sin precedentes del interés por este deporte, tanto por parte de los aficionados como de los patrocinadores, y ha generado la oportunidad de que las ciclistas compitan, por fin, en estas carreras tan emblemáticas. Sin duda, se trata de un paso bienvenido e importante hacia la paridad.

Sin embargo, cuando se anunció el recorrido del Tour de Francia Femenino, la marcada diferencia de distancia entre la prueba masculina y la femenina provocó ciertas discrepancias en un sector del ciclismo que exigía una mayor igualdad entre ambas carreras. Mientras que la masculina durará los habituales veintiún días, la femenina se desarrollará en tan solo en ocho jornadas. "Es posible hacer un Tour de Francia de tres semanas, la cuestión está en la voluntad, en si queremos hacerlo”, respondió de manera contundente la tricampeona del mundo Anna van der Breggen cuando se le preguntó por su visión sobre este tema en el evento Rouleur Live a principios de noviembre.

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Luego matizó sus palabras: “Si así fuera, entonces sería un cambio tan grande que todos los esfuerzos se centrarían en el Tour de Francia para la segunda parte de la temporada y en estos momentos el ciclismo femenino no está estructurado para soportarlo, nuestros equipos son más pequeños". El WorldTour femenino se compone de solo nueve equipos que oscilan entre las quince corredoras cada uno, mientras que el WorldTour masculino cuenta con diecinueve equipos que, en algunos casos, alcanzan cifras superiores a la treintena de ciclistas.

La neerlandesa fue franca a la hora de mostrar su postura y expresó que, a día de hoy, se hace complicado poder exigir a los equipos ese esfuerzo. Van der Breggen aboga por una evolución mucho más paulatina que permita crear una base sólida cimentada en varios aspectos: "Tal vez en el futuro, cuando los equipos crezcan y haya más poder económico porque hay más retransmisiones en directo por televisión, entonces podría ser posible, pero por ahora, ocho días es factible compaginándolo con el resto del calendario".

La neerladesa también señaló la importancia de recordar lo mucho que ha avanzado la organización de las carreras femeninas por etapas desde que ella dio el salto al profesionalismo en la temporada 2012. Se refirió al Giro de Italia Donne, que ha sido la mayor carrera de varios días del calendario femenino desde su creación en 1988. "Es una organización de carreras realmente pequeña y la edad media de los que lo hacen posible ronda los setenta años”, destacó Van der Breggen.

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Además, reconoció que se trata de un factor que implica que no siempre esté bien organizada, ya que en ocasiones les costaba identificar dónde estaban los esprints intermedios o no sabían exactamente el kilometraje de las etapas hasta que lo escuchaban en la comunicación interna una vez iniciada la jornada. "Hubo un etapa en la que había 20 km más de los esperados y en el pelotón nos preguntábamos dónde estaba la meta. Las ciclistas más regazadas se perdieron por el camino porque las enviaron en la dirección equivocada”, explicó la neerlandesa ante un público atónito, acostumbrado a ver carreras masculinas con un alto nivel de organización y profesionalidad.

Es difícil imaginar que estos fallos fundamentales no hubiesen tenido eco en la prensa si se hubieran producido en una gran vuelta masculina. Aún así, para Van der Breggen es una anécdota negativa que espera que quede en el pasado: "Ese tipo de historias tienen que ser un ejemplo de mala praxis y no deben volver a ocurrir para que el ciclismo femenino adquiera una dimensión diferente. Situaciones así te hacen ver de dónde venimos y hacía dónde debemos ir en el futuro”.

La actual directora del conjunto SD Worx —equipo del que ha sido corredora hasta este otoño de 2021— también comentó cómo el creciente calendario podría empezar a provocar la necesidad de que las corredoras se especialicen más en determinados tipos de carreras. En el circuito femenino es habitual que las ciclistas que compiten por la victoria en las clásicas de primavera sean también las que optan a los triunfos en carreras como el Giro Donne. Es una hazaña que, salvo grandes excepciones, es muy poco común en el pelotón masculino.

"Quien quiera afrontar el Tour de Francia del año que viene con garantías tiene que asumir un periodo de descanso previo. No puedes hacer la gran mayoría de carreras del calendario montañoso español porque corres el riesgo de regresar muy cansada y eso afectará al rendimiento en la ronda gala", explica. Además, añadía la necesidad de trabajar constantemente para mantenerse al frente de las carreras, ya que el nivel del pelotón ha crecido exponencialmente desde que se incorporó al mundo profesional.

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La propia Anna van der Breggen ha sido parte fundamental en esa feroz competencia que ahora reina en el ciclismo femenino, especialmente durante su rivalidad con su compatriota Annemiek van Vlueten. "Creo que siempre nos hemos hecho mejores la una a la otra. A veces estaba muy reñido, lo que hacía que las carreras fueran muy emocionantes e interesantes. Los medios de comunicación fomentaban la rivalidad entre nosotras, pero en realidad tan solo tratábamos de batirnos mutuamente”, dijo de manera sonriente la neerlandesa.

Ambas hicieron que la selección neerlandesa aumentara, aun más si cabe, su dominio en el panorama femenino durante los Campeonatos del Mundo y los Juegos Olímpicos. Dos figuras que unidas a ciclistas como Marianne Vos —la gran estrella durante más de una década— y Ellen van Dijk, completaban un equipo de Países Bajos que a menudo era imbatible. Sin embargo, en 2021 no todo fue coser y cantar. El conjunto neerlandés fue noticia por su falta de cooperación durante las dos carreras.

La aglomeración de potenciales favoritas, con la consiguiente disputa interna por el liderazgo, y la falta de comunicación, parecieron los motivos principales por los que la selección no pudo hacerse con la medalla de oro en Tokyo ni con el maillot arcoíris en Flandes. "Cuando empecé a correr con la selección nacional, Marianne Vos siempre era la más fuerte. Me encantaba formar parte del equipo y poder trabajar en su favor, incluso ganó algunos títulos Mundiales cuando yo estaba allí”, recuerda.

Con el paso de los años, Van der Breggen fue ganando experiencia y galones para asumir el liderazgo de la selección, al mismo tiempo que apareció con fuerza la figura de Van Vlueten. Esa situación provocó que en muchas ocasiones hubiera desacuerdo y lucharan por sus propios objetivos. "Es cierto que hablábamos antes de las carreras y trazábamos una estrategia hasta el momento decisivo, en el que simplemente la más fuerte sería la que tendría opciones de victoria”, comentó.

Esa táctica obtuvo sus frutos durante tres temporadas consecutivas, entre 2018 y 2020, en las que Van der Breggen, en dos ocasiones, y Van Vleuten se hicieron con el arcoíris de forma consecutiva. Sin embargo, este 2021, tanto en los Juegos Olímpicos como en los Campeonatos del Mundo, hubo una clara falta de entendimiento. "Puedes tener un equipo fuerte, pero si todo el mundo tiene en mente la idea de ganar y compite en solitario por su propio objetivo es muy complicado acabar rematando, como, creo, que se vio en los Mundiales de Bélgica”, concluyó Van der Breggen.

De cara al futuro, la ciclista neerlandesa pasará a desempeñar el papel de directora deportiva del conjunto SD Worx como un activo inestimable para el equipo, compartiendo su riqueza de conocimientos y experiencia con las jóvenes ciclistas emergentes. En referencia al Tour de Francia Femenino de 2022, espera que sea una carrera capaz de dar un nuevo impulso al deporte en su constante evolución: “Se trata de una competición diferente, la más grande, y eso es algo que el ciclismo femenino se merece”.

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