El equipo como refugio - La Mirada Maté

¡Qué calor hemos pasado! En Córdoba no bajamos de los 40 grados. Lo podíamos ver en el termómetro que había en la linea de meta cuando alzábamos la vista… Alguien en Instagram apuntaba los posibles motivos: “¡Hombre, ya lo dice el poema! Córdoba, lejana y sola. ¿Por qué te crees que era la calor?” Cierto, los versos de Federico García Lorca, siempre evocadores. Hace unos días, el aniversario de la muerte del poeta coincidió con la etapa que terminaba en Albacete y me acordé también del “Romance sonámbulo”, que empieza: “Verde que te quiero verde, verde viento verdes ramas, el barco sobre la mar, el caballo en la montaña”.

Sin duda, son unos versos que acompañan muy bien a lo vivido en estas tres últimas etapas en La Vuelta. Hemos pasado mucha calor —mucha— pero rodar rodeado de olivos es sinónimo de correr en Andalucía y delante de mi gente. Eso para mí es algo muy bonito. Muchas de las carreras que he hecho siendo cadete y juvenil, las he hecho entre olivos y el hecho de poder volver a esas carreteras ahora, como profesional, me trae muy buenos recuerdos.

Además, siempre veo gente cercana entre el público, personas a las que vas buscando con la mirada o a las que les reconoces la voz. También mucha gente esperando para sacarte una foto. Eso es lo más bonito que te puede pasar como ciclista: que te reconozcan tu trabajo. Y me da rabia no tener tiempo para pararme con todo el mundo y también como las restricciones a causa del Covid tampoco nos lo ponen fácil para que ciclistas y aficionados podamos estar más cerca. Espero que pronto se terminen estas barreras y podamos disfrutar todos como antes.

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¿He dicho ya que hemos pasado calor?

Menos mal que tras las etapas tenemos el bus para refugiarnos, ducharnos, comer y también reírnos un rato, porque el buen ambiente también forma parte de la recuperación. Hay algunos corredores que, justo llegan a meta, prefieren irse con los coches al hotel para ganar tiempo y empezar antes con el masaje, pero yo prefiero quedarme siempre en el bus. Aquí vamos de lujo. Tenemos de todo y cada uno puede pasar el tiempo como le plazca: uno con el ordenador, el otro con el móvil, otro escuchando música, a uno le da por hacer tonterías o por contar un chiste... Cada loco con su tema. Además, tienes al director haciendo el planning y se aprovechar el tiempo para ir mirando la etapa siguiente. Pasamos buenos ratos que luego, cuando no hay carreras, se echan de menos.

Estos momentos juntos son súperimportantes para hacer grupo, ya que es como nuestro vestuario. Aquí hablamos y, cuando hay malos momentos, los compartimos para apoyarnos. Por eso para mí es tan importante que haya buen ambiente y que haya ese feeling entre nosotros. Somos profesionales y nos pagan para hacer nuestro trabajo, pero sin ese componente sentimental que va más allá de tu propia misión como ciclista es complicado gestionar las dificultades y, además, es lo que hace que luego te dejes la piel en la competición.

He pasado por muchos grupos distintos a lo largo de mi carrera y creo que en el Euskaltel-Euskadi hemos conseguido formar un equipo de personas muy especial. En todos los equipos, cada corredor tiene su rol y su función y hay algunos que tienen un don especial y son capaces de contribuir a que el equipo esté unido y todo fluya. Ese tipo de corredor no tiene precio. En ese sentido, siempre recordaré a Michele Scarponi. Era un genio. Tenía una capacidad increíble para hacer reír. Yo siempre le decía: “tendrías que ser humorista, y no ciclista”. Estoy convencido de que si no hubiera tenido ese trágico final, hubiera acabado en la televisión o algo parecido, porque tenía ese don único.

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Por cierto, en el bus del Euskaltel, ¡hay que estar más atento que en carrera! Como te descuides, alguien te ha gastado una broma o te ha hecho una foto mientras dormías… Con las fatiguitas que pasamos en la carretera, ¡menos mal que podemos reírnos!

* Contenido producido con el apoyo de Ekoi. Descubre más sobre el nuevo modelo de gafas Twenty que está estrenando el equipo Euskatel-Euskadi en esta Vuelta 2021.

Imagen cabecera: Markel Bazanbide