Gran parte de la década anterior en el Tour de Francia supuso una larga y tediosa travesía por el desierto en términos de espectáculo. Se convirtió en una carrera previsible, sometida a mucho control, especialmente por parte del Team SKY, y carente de grandes etapas entre los principales implicados en la clasificación general. Sin embargo, desde 2020 la ronda gala ha empezado a adquirir otra dimensión con la rivalidad entre Jumbo-Visma y Tadej Pogačar, especialmente entre el esloveno y Jonas Vingegaard. De nuevo, ambos ciclistas volverán a batallar mano a mano por lograr el maillot amarrillo en la 110ª edición del Tour.
Este 2023 tan solo han coincidido durante la disputa de la París-Niza, en el mes de marzo. Pogačar consiguió una victoria contundente, aunque en aquel momento el ritmo competitivo de uno y de otro era bien distinto. Vingegaard incluso quedó por detrás de David Gaudu en la clasificación general. Desde entonces, Pogačar osó inmiscuirse en el terreno de los clasicómanos y allí, entre los adoquines y colinas flamencas, añadió a su palmarés el tercer Monumento distinto: el Tour de Flandes. Sin embargo, cuando parecía que nada podía detener su racha en las Ardenas, con sendos triunfos en Amstel y Flecha Valona, una desafortunada caída en Lieja aceleró su despedida de la primavera con fractura de muñeca.
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Ese inesperado paréntesis, a poco más de dos meses de iniciar el Tour de Francia, encendió todas las alarmas y sitúa la figura de Pogačar en una aureola de incertidumbre. Aun así, tardó poco más de una semana en volver a subirse al rodillo tras la operación y después de intensas sesiones de rehabilitación se unió a su equipo en una concentración en altura durante las primeras semanas de junio. Serán las carreteras del Tour las que juzguen si el esloveno está plenamente recuperado, aunque se siente en forma y confiado según declaró en la rueda de prensa previa al inicio de la carrera: “Legs are good”.
La temporada de Vingegaard, por su parte, ha sido más lineal y siguiendo los patrones establecidos. Arrasó en la itzulia, consiguiendo tres victorias de etapa y la general, e hizo lo propio en Dauphiné con parte de los rivales en este Tour de Francia. El ciclista del Jumbo-Visma demostró el año pasado un hecho que parecía prácticamente imposible, batir a Tadej Pogačar de manera contundente tanto en el Glandon como en Hautacam. De nuevo, la capacidad de su equipo para arroparlo en todos los terrenos, con ciclistas como Wout van Aert, Christophe Laporte, Wilco Kelderman o Sep Kuss parece superior con respecto al esloveno. Una situación que en 2022 acabó por decantar la balanza, especialmente en aquella jornada plagada de ataques en el Galibier.
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De esta forma, aunque Pogačar es un alma solitaria, el UAE Team Emirates se ha reforzado de cara a este 2023 con la intención de apoyar a su líder y reducir su número de intervenciones en primera persona. La estructura dirigida por Matxin presenta un equipo con grandes prestaciones, principalmente para las etapas de montaña, con ciclistas como Adam Yates, Marc Soler o Rafal Majka. El duelo está servido y en un recorrido marcadamente montañoso, con tan solo una contrarreloj, la rivalidad entre ambos se llevará a cotas elevadas. Dos ciclistas diferentes, con un carisma y una personalidad distintas, pero con el mismo objetivo: subir a lo más alto del podio en París el próximo 23 de julio. El espectáculo está garantizado.
Vida más allá del Vingegaard vs Pogačar
Todas las miradas apuntan al gran duelo entre el danés y el esloveno, la reedición de la batalla que se vivió en 2022. Sin embargo, en un segundo escalón, y con la intención de infiltrarse en la batalla principal, la nómina de grandes corredores es muy extensa. En este sentido se ha pronunciado Richard Carapaz (EF Education-Easy Post). El ecuatoriano, que finalizó tercero el Tour de 2021 y fue un testigo de lujo de la incipiente rivalidad entre Pogačar y Vingegaard, aspira a ser el tercero en discordia a pesar de una temporada gris por el momento.
El principal contrincante de Carapaz en el Giro 2022, el australiano Jai Hindley (Bora-Hansgrohe), ganador de la maglia rosa, asalta por primera vez la ronda gala. El recorrido montañoso puede beneficiar su estilo como corredor escalador. Algo que también puede extrapolarse a su compatriota Ben O’Connor (AG2R Citroën), quien ya fue cuarto en el Tour de 2021 y este año se puede consolidar en la batalla por el podio. Una condición a la que aspira el francés David Gaudu (Groupama-FDJ), que pretende mejorar su cuarto puesto del año pasado y devolver al país anfitrión al podio desde Bardet en 2017. Otros aspirantes a luchar por las posiciones de honor en el Tour pueden ser: Simon Yates (Team Jayco AlUla), Mattias Skjelmose (Lidl-Trek), Romain Bardet (Team DSM) o Guillaume Martin (Cofidis).
Mikel Landa durante la presentación de equipos (Foto: Charly López - A.S.O.)
La escasez de kilómetros contra el crono favorece las aspiraciones de los ciclistas españoles. Las sensaciones no son excesivamente positivas tras una Dauphiné un tanto decepcionante para Enric Mas (Movistar Team) y Mikel Landa (Bahrain-Victorious), aunque estaban afinando el punto de forma. El ciclista vasco se encuentra muy motivado por el Grand Départ desde Euskadi y pretende llevar el fenómeno del ‘Landismo’ hasta el podio del Tour, que ya rozó en 2017 y 2020.
Por su parte, el balear Enric Mas ilusionó a la afición con un gran final de temporada 2022 batiéndose en duelo con Pogačar en las clásicas italianas, pero este 2023 parece haberse diluido. Tras dos años fuera del top-5, el del Movistar tratará de regresar a las posiciones cabeceras. Por último, el joven Carlos Rodríguez (INEOS Grenadiers), que debuta en el Tour de Francia y se mostró más sólido durante la pasada Dauphiné con un octavo puesto, tendrá el aliciente de comprobar hasta dónde es capaz de llegar en su primera participación, conocer la tensión de la carrera e ir perfilándose como un futuro candidato en los próximos años.
Imagen de cabecera: Charly López - A.S.O.
