“Ahora que lo dices, en la reunión de equipo de esta mañana, hemos comentado que si veía la oportunidad en la etapa de hoy, que lo intentara. Pero, ya no me acordaba... ¡Parece que fue hace un siglo que hicimos esa reunión!”, comenta la alemana Liane Lippert mientras se ríe de su propio olvido cuando se le pregunta si su victoria de hoy, en la segunda etapa del Tour de Francia Femenino, estaba en los planes del Movistar Team. Pues parece que sí. Lippert debió almacenar la misión en algún lugar de su memoria, la puso en stand by para luego activarla automáticamente cuando su instinto vio que era el momento. Y ese momento fue en la meta de Mauriac: una recta de 500 m con el 5,6 % medio de desnivel positivo.
En ese tramo final, Demi Vollering empezó a tirar del grupo principal, ya reducido a unas veinticinco corredoras, para posicionar a Lotte Kopecky en el esprint. Su empuje hizo un pequeño corte en el se quedaron las dos corredoras del SD Worx, Silvia Persico (UAE Team ADQ), Christina Schweinberger (Fenix-Deceuninck) y la alemana del Movistar. Cuando Vollering se apartó para dejar paso a su esprinter, Lippert la avanzó por la izquierda, activó la misión a full gas y pudo mantener la distancia con Kopecky para conseguir la victoria de una forma muy ajustada. La belga entró en segundo lugar arrastrando “algo raro en bici”, como ha declarado: “Luego me he dado cuenta que tenía la rueda trasera pinchada, pero no tenía otra opción que seguir esprintando”, ha afirmado la actual maillot amarillo.
Ha sido un final que bien podría haber sido el de una clásica de primavera: rompepiernas, sin grandes puertos, pero con subidas cortas y explosivas, con carreteras estrechas con muchos virajes y alguna encerrona. Una etapa de acumulación de fatiga en el Macizo Central en la que el pelotón se ha roto en mil pedazos en los primeros kilómetros. “El objetivo de este año es la clasificación general con Annemiek, porque estar todas juntas en el podium del Tour es fantástico, pero si el equipo me puede dar oportunidades como la de hoy, yo ya me siento satisfecha y no me importa tener que volver a trabajar para el equipo a partir de mañana”, ha declarado la actual campeona de Alemania.
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Quizás no se ha acordado de que esta mañana desde la dirección del Movistar le habían dado luz verde para conseguir la victoria, pero su instinto de clasicómana ha funcionado a la perfección. “Soy más explosiva que Annemiek, a la que le van mejor las subidas largas. Me gustaría ser una corredora más de clasificación general, pero mi ambición son las clásicas y ese será mi próximo objetivo”, ha afirmado a la vez que reconoce que su confianza ha ganado puntos: “Esta victoria representa mucho para mí, porque significa que puedo ganar y significa que puedo volver a ganar”.
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