Jonas Vingegaard: su año de despegue

El segundo puesto en el Tour de Francia ha catapultado al ciclista danés de 24 años al estrellato, convirtiéndose en otra alternativa de la brillante nueva generación. En Rouleur Live, Vingegaard explicó cómo afronta la pretemporada, sus inusuales métodos de entrenamiento y el año 2022 que tiene por delante.

La campaña de clásicas italianas, con Il Lombardía como colofón, fueron los últimos días de competición de Jonas Vingegaard en una temporada 2021 que se ha convertido en la de su consagración. Poco más de un mes después, el ciclista danés ya se encuentra inmerso en los preparativos de la pretemporada con la mirada puesta en el año 2022. “Ya estoy de vuelta en la bicicleta; no me gusta tomarme demasiado tiempo libre", detalla en una entrevista que mantuvimos con el danés en Londres a principios de septiembre. 

Estos primeros días de pedaleo tras las vacaciones son una primera toma de contacto que le permite mantener el cuerpo activo y retomar el entrenamiento de manera paulatina: “Si te tomas un descanso más prolongado, los músculos se debilitan y al volver a la actividad física puedes tener más riesgo de sufrir alguna lesión inoportuna. Aún así, es un entrenamiento muy ligero, entre 10 o 15 horas a la semana, antes de comenzar la verdadera pretemporada”, explica el danés.

La figura de Jonas Vingegaard no era muy conocida en el panorama ciclista, salvo pequeños destellos como su actuación en L’Angliru en la Vuelta 2020 apoyando a Primož Roglič. Sin embargo, este curso 2021 se ha convertido en una de las auténticas revelaciones y, del mismo modo, ha supuesto su confirmación como un corredor importante de cara a los próximos años.

Retratos de Véronique Rolland

A pesar de que en 2019, su primera temporada con el conjunto Jumbo-Visma, consiguió una victoria de etapa en el Tour de Polonia, lo cierto es que en 2020 no fue capaz de repetir la hazaña de alzar los brazos. Esta circunstancia cambiaría en los primeros compases de 2021 en el UAE Tour. La ascensión de Jebel Jais, que supera los veinte kilómetros de longitud, fue el escenario escogido por el danés para imponerse con contundencia ante Tadej Pogačar y Adam Yates.

Aquello fue el anticipo de un primer tercio de temporada en el que logró la general de la Semana Coppi e Bartali, más dos etapas, y el segundo puesto en la Vuelta al País Vasco detrás de su compañero de equipo Roglič. Más allá de los resultados, Vingegaard mostraba una gran solidez en todas sus actuaciones y el reconocimiento a su gran rendimiento lo obtuvo al ser incluido en el ocho del equipo Jumbo-Visma para el Tour de Francia. Lo hacía bajo la tutela del esloveno, pero con la premisa de acudir como segundo espada, siempre atento a las circunstancias que le pudieran beneficiar en la clasificación.

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Sin embargo, la responsabilidad llegó antes de tiempo con la caída de Roglič  en la tercera etapa y su posterior marcha de la ronda gala. Era el momento en el que el ciclista danés debía gestionar una situación de presión y, al mismo tiempo, la oportunidad de demostrar que podía estar en la batalla en una carrera de tres semanas. ¿Pero alguien del equipo o el propio Vingegaard podría haber previsto su sensacional rendimiento para terminar subcampeón en su primera participación en el Tour?

"Obviamente sabía que estaba en un muy buen estado forma, y el equipo también era consciente de ello. Antes de que empezara la carrera me dijeron que mis valores en el entrenamiento eran esperanzadores para poder luchar incluso por el podio”, asegura. Aún así, Vingegaard fue prudente, ya que se trataba de su segunda participación en una Gran Vuelta tras la ronda española de 2020: "Una cosa es el entrenamiento y otra la carrera. Estaba en buena forma, pero nunca imaginé ser segundo en mi primer Tour de Francia, así que para mí fue una sensación increíble poder estar en el podio de los Campos Elíseos”. 

Fotografía: Getty Images

La tensión que se vive durante la primera semana del Tour de Francia hace que esos primeros días sean los más complicados de todo el calendario internacional, y mucho más si eres un debutante como Jonas Vingegaard: “Nunca había experimentado situaciones tan estresantes como aquellas, era una agitación constante, lucha por la posición, evitar caídas... Tienes que estar siempre atento, no puedes relajarte ni un ápice porque te quitan la posición o vas al suelo. Es una sensación muy diferente a cualquier otra carrera”.

Esa percepción de agobio y estrés fue para el danés lo más complicado de gestionar durante la disputa del Tour de Francia, incluso más que las ascensiones a puertos tan míticos como el Mont Ventoux —donde consiguió descolgar a Pogačar y su compañero Wout Van Aert se llevó la victoria— y el Col du Tourmalet.

En cierto modo, esta explosión y su puesta en escena como un líder sólido estuvo estrechamente ligado a la mala fortuna de Primož Roglič, que vio truncadas sus opciones de victoria por una aparatosa caída en la tercera etapa camino de Pontivy. El esloveno era el gran capitán del equipo Jumbo-Visma, aunque Vingegaard supo asumir la responsabilidad de su pérdida a la perfección.

“En mis tres años en el equipo, diría que Primož es del ciclista que más he aprendido. Como líder es un diez y me ha enseñado a resolver muchas situaciones en carrera. Evidentemente, dentro del equipo hay ciclistas muy experimentados y he podido ir aunando conocimientos de todos ellos”, subrayó Vingegaard.

Jonas Vingegaard fue tercero en la CRI de Saint-Emilion en la 20ª etapa del Tour de Francia / Fotografía: Team Jumbo-Visma

La polivalencia del ciclista danés es uno de sus puntos fuertes y, del mismo modo, fue uno de los pilares sobre los que se cimentó su podio en el Tour. Estuvo con los mejores en las etapas de montaña, evitó las caídas durante la primera semana y, además, se destapó como un gran contrarrelojista. Estos tres puntos son esenciales para desenvolverte en la lucha por la general en una gran vuelta, ya que el ciclista más completo es finalmente el que consigue el éxito. Aún más teniendo en cuenta que los kilometrajes en la lucha contra el crono son cada vez más escasos y suelen marcas diferencias decisivas entre los aspirantes a la victoria.

Tanto en la contrarreloj de Laval como en la de Saint-Emilion, Vingegaard consiguió la tercera posición. Una situación que sorprende teniendo en cuenta su complexión física. Es habitual que corredores de su estatura y su peso, tan solo 60 kg, pierdan tiempo en esta disciplina. Sin embargo, para el danés es uno de sus puntos fuertes gracias a una técnica muy peculiar: “En realidad, no entreno mucho con la bicicleta de contrarreloj, sino que hago muchos estiramientos. Para mí, este método me funciona muy bien, ya que consigo aumentar mi flexibilidad y eso me permite mantener la postura correcta para una mayor aerodinámica encima de la bicicleta”, desvela. 

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Tras una campaña 2021 que ha rozado la perfección, Jonas Vingegaard ya piensa en la temporada 2022, especialmente en la ronda gala: "Me gustaría volver al Tour de Francia. Todavía no lo hemos hablado [como equipo], pero espero regresar al ocho que disputará la carrera francesa”, concluye. Un deseo que se entiende mucho mejor si atendemos a que el Tour comenzará en Dinamarca la temporada que viene: “Es una oportunidad única de correr en mi país natal disputando esta carrera y sería muy especial para mí”.

Aún sin ninguna confirmación, las intenciones de Vingegaard son claras, aunque más complicado será pronosticar cuál será su función dentro del equipo Jumbo-Visma. La única evidencia es que el danés se ha confirmado como otra alternativa a la brillante generación de ciclistas que ha emergido en los últimos años.

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