Elisabetta Borgia, la psicología deportiva en el Trek-Segafredo

La italiana Elisabetta Borgia se incorpora a la estructura del conjunto Trek-Segafredo de cara a 2022 y se convierte en la primera psicóloga deportiva, tanto en el equipo masculino como el femenino, a nivel WorldTour. ¿Cuáles son sus métodos de trabajo?¿Cómo afecta la salud mental al rendimiento deportivo?

La importancia de proteger la salud mental ha adquirido una gran relevancia en los últimos años, una situación que también se ha visto reflejada en el mundo del deporte en general y del ciclismo, en particular. En las últimas temporadas, varios ciclistas han decidido aparcar de manera temporal o definitiva sus carreras para cuidar su mente y liberarse de la presión.

En 2019 fue Marcel Kittel quien decidió tomarse un descanso profesional como consecuencia de no poder competir al máximo nivel; ni siquiera entrenar. El alemán declaró en aquel momento que reflexionaría sobre sus objetivos y planificaría su futuro con más calma. Sin embargo, tres meses después, Kittel se retiró definitivamente del ciclismo profesional y desde entonces no se arrepiente de la decisión tomada. 

Marcel Kittel (derecha), Peter Kennaugh (centro) y Laura Winter (izquierda) durante el evento Rouleur Live 2021, donde hablaron sobre el peso de la psicología en la carrera deportiva profesional / Fotografía: Sean Hardy.  

El episodio más reciente es el de Tom Dumoulin, que el pasado año 2021, apenas unos días después de su concentración con el Jumbo-Visma en el mes de enero, decidió tomarse un periodo de reflexión porque estaba agotado física y mentalmente. Tras cuatro meses totalmente apartado del ciclismo, reapareció en abril infiltrado como un espectador más durante la disputa de la Amstel Gold Race, en la que se impuso su compañero Wout Van Aert.

El ciclista neerlandés comenzó a insinuar que su vuelta a la competición estaba cada vez más cercana, especialmente con declaraciones en las que afirmaba estar listo para subirse de nuevo a la bicicleta. Esa pausa se convirtió en un bien necesario, ya que tras su reaparición en la Vuelta a Suiza en mayo, ganó la medalla de plata en la prueba de contrarreloj individual de los Juegos Olímpicos de Tokio.

Estos precedentes hacen que recibamos la noticia de la incorporación de una psicóloga deportiva en el conjunto Trek-Segafredo para la temporada 2022, tanto en el equipo femenino como en el masculino, como algo natural. Al fin y al cabo, esta figura, además de proteger la salud mental de los deportistas, es utilizada por muchos equipos como herramienta para fortalecer la mente y aumentar el rendimiento.

Sin embargo, el movimiento de Trek es algo novedoso e inédito en el ciclismo profesional. La persona elegida por el conjunto estadounidense para asumir este cargo es la italiana Elisabetta Borgia, que había trabajado como asesora externa del equipo femenino en temporadas anteriores.

A una necesidad antigua, una respuesta moderna

Elisabetta Borgia junto a Elisa Longo Borghini durante la concentración del Trek-Segafredo en dicembre / Fotografía: Trek-Segafredo.

El hecho de que ahora haya una mayor concienciación sobre el bienestar mental de los deportistas se debe a varios factores, entre ellos una mayor conciencia general y una mayor atención por parte de organismos deportivos, como el Comité Olímpico Internacional (COI), las federaciones y, por supuesto, los equipos. “No creo que en el pasado no fuera necesaria una persona de apoyo, pero era una situación que ni se planteaba", afirma Elisabetta Borgia cuando la entrevistamos.

Uno de los elementos diferenciales es la mayor importancia que le han otorgado las entidades deportivas, enfocando, entre otras cosas, a la presión a la que están sometidos los deportistas de élite. "De hecho, algunas investigaciones del COI nos dicen que los deportistas de alto nivel son las personas que experimentan más problemas psicológicos que la media de los no deportistas de su edad", detalla.

Entre los diversos males de nuestro tiempo —que no hace falta ser un deportista de alto nivel para experimentarlos—están los ataques de ansiedad, los trastornos alimentarios y la depresión. Y además de tener que lidiar con las presiones de la sociedad moderna, los deportistas también tienen que hacer frente al estrés de entornos altamente competitivos. El resultado es una mayor vulnerabilidad a la acumulación de demandas y expectativas.

Apoyando y aconsejando a Elisa Longo Borghini durante la Strade Bianche 2021 / Fotografía: Trek-Segafredo.

Del mismo modo, la realidad en la que vivimos en la actualidad no es la misma que la de hace diez años. En el microcosmos de un equipo ciclista profesional esto se traduce en tener más datos individuales y más áreas a las que prestar atención: ajuste de la bicicleta, tratamientos de fisioterapia y osteopatía, nutrición, entrenamiento, descanso, sueño, cargas de entrenamiento o aerodinámica. "El rendimiento está desglosado en tantas áreas que si no eres capaz de mantener el equilibrio entre esa cantidad de datos te puede generar inseguridad y las variables te puedes desorientar", añade Borgia.

Las obligaciones mediáticas y la exposición diaria en las redes sociales también es un componente que hay que tener en cuenta. Ambas situaciones pueden hacer a los deportistas más susceptibles y vulnerables a los comentarios agresivos y a los fans. "Hoy en día el deportista está conectado hasta diez minutos antes de la carrera, con cobertura y relatos en directo —comenta la psicóloga—, y está en línea un segundo después de que haya terminado. Y ya no basta con ganar, también tiene que ser un personaje y estar siempre presente. Esto convierte a la vida privada en un poco menos privada".

Y es por estas diversas razones por las que Luca Guercilena —director del Trek-Segafredo, retirado del cargo temporalmente para recuperarse de una enfermedad— le propuso a Borgia unirse al equipo de rendimiento junto con los médicos, el entrenador y el nutricionista. Es la primera vez que esto ocurre en cualquier equipo del World Tour.

Ciclocross, psicología y Trek

Borgia junto con la selección italiana de descenso, con la que colabora desde 2019 / Fotografía: cedida por Elisabetta Borgia.

Elisabetta Borgia nació en Cantù, en la provincia de Como (Lombardía), en 1987 y ahora se encuentra afincada en Castell’Arquato, en la provincia de Piacenza (Emilia-Romagna). Compitió durante diecisiete años a alto nivel y vistió el maillot de la selección italiana de ciclismo de montaña y ciclocross, consiguiendo tres títulos nacionales.

La pasión por el componente psicológico de la actividad deportiva ha sido siempre algo que le fascinó y que la impulsó a estudiar psicología. "Ha sido un aspecto en el que, en retrospectiva, debería haber trabajado más. Era una deportista capaz de prepararme para citas importantes, pero en la última parte de mi carrera experimenté uno de esos momentos vulnerabilidad que me llevaron a dejar de competir", expone Borgia.

Sin embargo, la italiana también quiere subrayar que no se trata solo de "debilidades", sino de una realidad que no puede controlar ni cambiar por completo. Esto se debía principalmente a que en las categorías de élite se había encontrado compitiendo contra atletas que entrenaban y competían a tiempo completo, mientras que ella debía compaginar el deporte y los estudios. Ante esta dicotomía Borgia optó por seguir estudiando psicología y se graduó primero en la Universidad Cattolica de Milán (2009 y 2011), y luego en el máster de psicología deportiva SUISM de la Universidad de Turín en 2013.

Elisabetta Borgia con los componentes de la selección italiana de ciclocross / Foto: archivo Elisabetta Borgia.

Después de su doctorado —con una tesis sobre drogadicción y comorbilidad (presencia de otros trastornos psiquiátricos)— la italiana realizó su formación de posgrado en la comunidad terapéutica Casa di Lodesana de la Associazione Gruppo Amici Onlus de Fidenza, en la provincia de Parma. "A día de hoy todavía trabajo en la misma comunidad. Para mí, se trata de una formación continua y me da ideas importantes para mi trabajo en el ámbito del deporte”, explica Elisabetta Borgia.

Además, desde hace ochos años colabora con la Federación Italiana de Ciclismo como profesora en la formación de directores deportivos. Los diferentes proyectos en los que ha participado han continuado en la modalidad del campo a través, con la dirección de cara a Tokio 2020 y, en los dos últimos años, con el equipo nacional de descenso.

El modelo SFERA y TDC

Fotografía: Trek-Segafredo.

Su metodología de trabajo se basa en el modelo SFERA —desarrollado por el psicólogo deportivo Giuseppe Vercelli— que significa Sincronía, Fuerza, Energía, Ritmo y Activación. "Partí de este modelo y luego, con el paso de los años, lo fui adaptando en función de mis experiencias y de los modelos que sigo en la comunidad. Como la TDC (Terapia Dialéctica Conductual), que trabaja a través de la aceptación como elemento fundamental para empezar a cambiar", explica Borgia.

Y aunque históricamente el modelo TDC comenzó como una terapia para ayudar a personas con trastornos graves de la personalidad, esta metodología puede aplicarse a diversos campos, como ha hecho la propia Borgia acercándolo al ámbito deportivo.

Las tres fases de su trabajo

El Trek-Segafredo fue el dominador de la París-Roubaix 2021, con Lizzie Deignan como primera y Elisa Longo Borghini en tercer lugar. Fotografía: CorVos/SWpix

El método de Borgia pretende ser lineal y dar a los ciclistas la oportunidad de eliminar las zonas grises o ambiguas. La primera parte del trabajo es el análisis y el conocimiento de la persona, en el que es importante crear confianza y alianza mutua. En esta fase, también elabora el historial deportivo y psicológico, con el que confecciona un perfil emocional individual. "Es un poco como el carné de identidad, en el que destaco los puntos fuertes y débiles a tener en cuenta, y luego las áreas de vulnerabilidad, que se convierten en los objetivos de mejora", explica con detalle.

Tras la fase de análisis viene la de optimización. Es en este momento en el que se elaboran objetivos a corto, medio y largo plazo (de rendimiento, no dé resultados). Se basan en los diferentes puntos de la temporada de manera única y tienen como objetivo que el ciclista muestre la mejor versión de sí mismo según su planificación.

Partiendo de los objetivos estacionales, el trabajo se desglosa hacia atrás. El proceso hacia los objetivos futuros avanza mediante pequeños incrementos desde el punto de partida. Como señala Borgia, es muy importante ser consciente del nivel en el que uno se encuentra al iniciar el viaje. "Trabajo con algunos ciclistas que me dicen que al comienzo de la temporada están destrozados. Pero me encargo de explicarles que esa situación es buena, significa que se han recuperado para afrontar una nueva temporada", comenta Elisabetta Borgia.

Elisabetta Borgia en su presentación por el conjunto Trek-Segafredo. Fotografía: Trek-Segafredo.

Por último, el trabajo realizado durante la temporada —al principio en el estudio; luego en persona durante los entrenamientos y la competición; pero también a distancia y mediante mensajes antes de las carreras—, utiliza diferentes herramientas de refuerzo.

Entre esos distintos mecanismos, Borgia utiliza principalmente técnicas conductuales tomadas del cognitivismo, pero también un simple diálogo y un poco de teoría pueden ayudar a los deportistas en su camino de aprendizaje. "Cuando se desarrolla un pensamiento negativo lo abordamos con una técnica llamada reestructuración cognitiva, con la que se pretende evitar que el deportista pierda la concentración", explica la psicóloga del conjunto Trek. 

Asimismo, también utiliza técnicas de biorretroalimentación como la coherencia cardiaca para mostrar en tiempo real cómo las emociones y los pensamientos afectan a la frecuencia cardiaca y al sistema nervioso, vinculado al estrés individual (fisiológico y psicológico). Y muestra cómo los ejercicios de respiración pueden ayudar a relajar y recuperar la variabilidad cardíaca adecuada.

Hombres, mujeres y equilibrio funcional

En 2022 Borgia trabajará la psicología tanto del equipo masculino como del femenino. Fotografía: Santini/Trek-Segafredo.

En su experiencia con hombres y mujeres, Borgia señaló que a los primeros les resulta menos difícil encontrar el equilibrio y balancear varios aspectos al mismo tiempo. Las mujeres, en cambio, cuando están realmente centradas son, entre comillas, fundamentalistas, es decir, consiguen alcanzar un nivel de rigor y diligencia que les lleva, en ocasiones, a ir más allá, a estar demasiado centradas y eliminar todo lo demás. A largo plazo, esto también se convierte en una carga.

Un exceso de concentración, de hecho, lleva al individuo a perder energía y corre el riesgo de provocar el agotamiento. Y, como demuestran las decisiones de Kittel y Dumoulin —especialmente a nivel del World Tour—, el riesgo es muy alto para todos y puede evolucionar hacia una depresión clínica.

De hecho, a menudo ocurre que los deportistas que han conseguido grandes resultados a base de un enorme sacrificio son incapaces de repetir al año siguiente, o incluso deciden abandonar. "La mayor dificultad es ayudar a los deportistas a encontrar un equilibrio que sea real y que se pueda llevar a cabo a lo largo del tiempo sin sentirse culpables", añade.Tanto para los profesionales como los aficionados es fundamental encontrar un equilibrio funcional en el enfoque de la práctica deportiva. Fotografía: Luc Claessen/Getty Images. 

Esto es cierto tanto para los profesionales como para los aficionados, sobre todo cuando se comparan los días propios con los de los rivales y amigos. "La sugerencia que daría a los aficionados es que no imiten a los profesionales, sino que tengan en cuenta sus otros compromisos. Si eres un trabajador, te has levantado al amanecer, y has estado todo el día trabajando, no puedes esperar salir a entrenar como lo hace un profesional", concluye.

Puede eso te haga sentir bien en ese momento, pero es una forma de cansarte aún más. Y, a la larga, resulta contraproducente física y psicológicamente.

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