La Vuelta 2023 - crónica octava etapa: El triunvirato de Jumbo-Visma

El esloveno Primož Roglič consigue la victoria en Xorret de Catí y el americano Sepp Kuss es el nuevo líder de la carrera. El liderato en el Jumbo-Visma ya no es doble, ahora también es triple y la diferencia de casi tres minutos por parte del americano lo convierte en una pieza estratégica clave. 

“Al menos tres por el momento, ¿no? Aunque tal vez se apunta alguno más”. Primož Roglič tiraba de ironía en un tono amistoso para responder sobre la cantidad de líderes del equipo Jumbo-Visma en La Vuelta 2023. El esloveno se ha impuesto en el duro Xorret de Catí, su primera victoria en esta edición para sumar un total de once en su trayectoría, pero el nuevo maillot rojo es Sepp Kuss. Al joven Lenny Martínez se le han acabado atragantando las rampas de hasta el 22% del muro alicantino. “Somos un equipo, no importa quién se viste de líder. Tenemos claro nuestro objetivo y tanto Primož como Jonas saben que el más fuerte tendrá nuestro apoyo. Tal vez eso lo veamos en la última semana”, explicaba Kuss en rueda de prensa. Aunque matizaba: “Intentaré mantener el rojo hasta la última etapa”.

El Jumbo es una apisonadora. Todavía más si cabe cuando tienen un día marcado, y Xorret de Catí era una de las etapas señaladas con una cruz por Primož Roglič. Han asumido la responsabilidad de controlar la inquieta escapada, repleta de ataques —hostigados por un primer movimiento de Thomas de Gendt— en el constante terreno montañoso del interior alicantino. Una zona que gran parte del pelotón se conoce (casi) de memoria al tratarse de carreteras habituales en las concentraciones de pretemporada.

Relacionado – Los puertos más duros de La Vuelta 2023
Relacionado – Suscríbete a VOLATA, tu revista de cultura ciclista

Al final, todo ha quedado reducido a un mano a mano en los rampones del Catí y en un esprint entre los favoritos a la general, y en esa faceta Roglič ha vuelto a mostrar su mejor versión. “Ha sido duro eh! Era la primera vez que hacia este puerto y ¡buah!, pero muy contento porque he tenido piernas. El esprint siempre es una lotería y lo he podido hacer”, destacaba el esloveno en meta.

Enric Mas, Jonas Vingegaard, Joao Almeida, Sepp Kuss y Marc Soler, que ahora es segundo en la general, han cedido 2" en el esprint final (Fotografía: Sprint Cycling)Sepp Kuss se viste de líder de una gran vuelta por primera vez en su carrera (Fotografía: Sprint Cycling)

Esa táctica de jugar al despiste con el triunvirato de Jumbo, por ahora no ha sobrepasado a Remco Evenepoel. El belga ha sabido contener a sus rivales de amarillo y negro imponiendo un fuerte ritmo en el Xorret de Catí a base de sensaciones, pues más tarde reconoció que no le funcionó el potenciometro, y con falta de información. “En los últimos kilómetros no escuché nada por la radio y por eso me puse estúpidamente a rueda de Roglič. Sólo quería ser el primero en la última curva, pero no me esforcé por remontar”. Evenepoel, que estaba un tanto desconcertado cuando ha llegado junto a sus auxiliares, se ha tenido que conformar con la segunda posición por delante de un Juan Ayuso que corría de local. “Quería ganar en casa, pero he tenido un día complicado”, admitía algo resignado.

Quizá este año no hemos visto las imágenes de ciclistas retorciéndose como el italiano Fabio Roscioli en 2004 o Rein Täramae incluso echando pie a tierra en 2009, pero el público ha disfrutado del regreso de La Vuelta al Xorret de Catí. A pesar de la amenaza de lluvia, que por suerte se ha quedado en eso, en una simple amenaza, la estrecha carretera ha estado repleta de aficionados. Una peregrinación mochila, silla y nevera en mano para encontrar el mejor sitio que convivía con el reguero de ciclistas que querían recorrer el mismo camino que más tarde harían los profesionales.

Imagen de cabecera: Sprint Cycling

 

Shop now