Y el Muro de Huy se transforma en una fiesta de barrio: Flecha Valona 2023 en imágenes

Repasamos en esta crónica visual la Flecha Valona 2023 y el paso de la carrera por su lugar más reconocible: el Muro de Huy. Un lugar con un popularidad que va más allá de acoger el desenlace de la prueba, pues por un día se convierte en el centro festero de la ciudad belga de Huy.

Las victorias de Demi Vollering y Tadej Pogačar en la Flecha Valona 2023 fueron tan esperadas como el guión habitual en esta carrera. La neerlandesa afrontó una campaña de clásicas brillante —a diferencia de este 2024—, con victorias en Strade Bianche, A través de Flandes, Amstel Gold Race y la propia Flecha Valona, mientras que fue segunda en el Tour de Flandes y la Flecha Brabanzona. Por su parte, el esloveno sumaba por aquel entonces doce victorias en dieciocho días de competición este año y ampliaba un palmarés envidiable.

La estrecha carretera con pendientes por encima del 20% del Muro de Huy volvió a ser el juez decisivo en la 87ª edición masculina, y la 25ª femenina, de la Flecha Valona. Esta ascensión de poco más de un kilómetro es el punto neurálgico de la carrera, con hasta tres pasos por sus rampas desorbitadas. Un punto de reunión anual entre aficionados y ciclistas, con un espíritu diferente a las clásicas de Flandes, pero el mismo ambiente y la misma comunión entre el público y los corredores. Animación, música, patatas fritas, cerveza… Es la versión de las carreras ciclistas de una fiesta de barrio.

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Galería fotográfica

Con los primeros rayos de sol matinales, las ciclistas afrontan por primera vez el Muro de Huy.

El muro es fácilmente reconocible, pues el nombre de la ciudad está pintado durante toda la subida.

Los seguidores de la polaca Kasia Niewiadoma (Canyon/SRAM) fueron de los primeros en llegar.

El Muro de Huy no da tregua, por lo que superarlo en posiciones retrasadas no es una opción factible. Si no que se lo pregunten a la campeona nacional danesa Cecilie Uttrup Ludwig, que tuvo que recuperar terreno a mitad de carrera tras sufrir numerosos contratiempos en el momento más inoportuno. 

La joven ciclista neerlandesa Rosita Reijnhout sube el Muro de manera solitaria.

Este aficionado es Fred Edden, un neerlandés que disfruta todos los años de la Flecha Valona. El público de su Limburgo natal, que llenaron dos autobuses, han convertido en una tradición anual acercarse al Muro de Huy. Es el momento de reencontrarse con viejos conocidos y, al mismo tiempo, ver una gran carrera.

Demi Vollering (SD Worx) marcó el ritmo durante los últimos kilómetros de la prueba femenina y, aunque utilizó una estrategia un tanto extraña, demostró ser la ciclista más poderosa y se alejó poco a poco de sus rivales en los últimos metros del Muro de Huy.

La campeona del mundo Annemiek van Vleuten, sorprendentemente, no está atravesando por su mejor momento de forma en esta temporada de clásicas. Aun así, se esforzó al máximo en el Muro de Huy para mostrar una buena imagen en la que sería su última participación antes de retirarse a finales de año.

La alemana Liane Lippert (izquierda) y la italiana Gaia Realini (derecha) acompañaron a Vollering en el podio tras la carrera femenina. La ciclista neerlandesa está siendo junto con su compañera Lotte Kopecky la gran dominadora de la primavera, con cuatro victorias y dos segundos puestos.

¿Alguien quiere una bratwurst? Es hora de comer en el Muro de Huy.

Sin olvidar las albóndigas con patatas fritas.

Y un vaso de cerveza belga para digerirlo mejor.

El pelotón masculino atravesó por primera vez el Muro unas horas después que el femenino.

Este aficionado del valle del Loira (Francia) ve la carrera en la pantalla gigante ubicada en la línea de meta envuelto en la bandera de la ciudad de Tours.

Entre vuelta y vuelta, los aficionados pueden probar la rueda giratoria, y los ganadores reciben una botella de agua Cofidis.

Los ciclistas entran en los 300 metros finales del Muro de Huy en la segunda vuelta. A medida que avanza el día, la afluencia de público no hace más que aumentar.

Incluso los corredores más rezagados son recibidos entre vítores.

Tadej Pogačar apuró hasta el último instante, controló con frialdad la subida y gestionó su distancia para lanzar el ataque decisivo para encaminarse a su primera victoria en la flecha Valona. 

Una simple mirada hacia atrás bastó para que tanto Pogačar como sus rivales supieran que la carrera ya había terminado.

Para algunos corredores, el Muro de Huy es mucho más que el final de una carrera ciclista.

 

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