Dylan van Baarle: “Hubo cierto resentimiento entre Primož, Jonas y Sepp"

El campeón nacional neerlandés habla de la gestión interna del Jumbo-Visma durante La Vuelta 2023, de su temporada a caballo entre las clásicas y su faceta como gregario, así como de sus ambiciones personales.

El clima y la meteorología londinense no es la más agradable. Si a esa lluvia intermitente, pero constante, y al ambiente sombrío se agrega un tráfico infame a través de las calles de la capital británica, el resultado puede ser agotamiento e impaciencia. Sin embargo, la apariencia de Dylan van Baarle a su llegada a Rouleur Live 2023 no desprendió estos matices. El neerlandés se mostró relajado y estrechando la mano con los asistentes. Se trataba de su primera participación en este evento, pero parecía entusiasmarle el ambiente festivo del recinto. “Me siento más cómodo así que en un ámbito comercial”, comenta sonriendo mientras se sienta en el sofá que preside la sala.

Esta imagen alegre y distendida no es de extrañar si tenemos en cuenta que acaba de terminar su primera temporada con el Jumbo-Visma, un equipo que ha hecho historia esta temporada al ganar las tres Grandes Vueltas con tres ciclistas diferentes en un mismo año. Se trata de una hazaña que ninguna otra estructura había conseguido hasta el momento y que, en cierta manera, Van Baarle, que ha ejercido de gregario de lujo tanto en el Tour de Francia como en La Vuelta, todavía no ha acabado de asimilar por completo. 

"Para ser sincero, creo que aún no nos hemos dado cuenta de la magnitud de lo que significa”, comentó. “Era un objetivo ambicioso a principio de temporada—continuó—, pero cuando además de lograrlo con tres ciclistas distintos, en la última [La Vuelta] copas las tres primeras posiciones es algo súper especial. Me sentí muy orgulloso de ver a los chicos en el podio, e incluso ganamos la clasificación por equipos, así que yo también pude vivir esa sensación de subir al podio de una grande. Poder celebrarlo con todos los compañeros y staff fue bonito y reconfortante”.

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A pesar del magnífico resultado, gran parte de los titulares durante la ronda española apuntaban al controvertido coliderazgo entre Jonas Vingegaard, ganador del Tour, Primož Roglič, vencedor en el Giro, y Sepp Kuss. Los días previos a Madrid, incluso en el podio, el equipo transmitió un buen ambiente interno. Sin embargo, los rumores que situaban al esloveno fuera del Jumbo-Visma se confirmaron con su marcha al BORA-Hansgrohe en busca de un liderazgo en solitario. Quizá no todo fueron palabras bonitas durante las tres semanas en España. De hecho, Van Baarle, que formó parte del equipo en La Vuelta, señaló que no notó ningún ambiente enrarecido ni fricciones hasta que el propio Vingegaard acudió a él para hablar. "Sintió que había cierto resentimiento entre los tres", añadió.

Dylan van Baarle junto a Sepp Kuss y Primož Roglič durante La Vuelta 2023 (Fotografía: Cor Vos)

Todos los integrantes del Jumbo-Visma celebran en el podio de Madrid el hito histórico con un diseño especial por su victorias en Giro, Tour y Vuelta (Fotografía: Unipublic)

Tras la contrariedad generada durante la etapa de L’Angliru, cuando Roglič y Vingegaard descolgaron a Kuss después de varios movimientos sorprendentes por parte del danés en jornadas anteriores, Jumbo-Visma activó unas directrices claras y todos se ciñeron a ellas. La ventaja estratégica del equipo, junto a los mensajes de que el más fuerte ganaría la carrera, se había convertido en una batalla fratricida difícil de contener. A partir de la decimoctava etapa algo cambió: el maillot rojo tenía dueño y era Sepp Kuss.

Esa complicidad de Vingegaard pidiéndole consejo a Van Baarle despierta la sensación de una relación cercana entre ambos: "Todavía no nos invitamos a fiestas de cumpleaños —comenta en tono irónico—, pero me llevo muy bien con Jonas y, por supuesto, después del Tour tenemos una mayor conexión, así que fue natural que me hablara sobre esa inquietud. En mi primera concentración con el equipo durante la pretemporada compartí habitación con él y eso nos ayudó a estrechar lazos. Con suerte, el año que viene estaré en su fiesta de cumpleaños”.

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Aunque el Tour y la Vuelta de 2023 han sido las primeras carreras de tres semanas del neerlandés vistiendo los colores Jumbo-Visma, la ronda española fue la decimocuarta Gran Vuelta para el corredor de treinta y un años a lo largo de su carrera. Y lo ha hecho formando parte de las estructuras dominantes del momento, pues Van Baarle también estuvo en el Team Sky, posterior Ineos Grenadiers, desde 2018 hasta 2022 tras sus inicios en Rabobank y su paso por Cannondale. De hecho, fue integrante del equipo cuando el colombiano Egan Bernal se hizo con el triunfo en el Tour de 2019. “Ambos exploran la posibilidad de aumentar el rendimiento en cualquier aspecto, por mínima que sea la ganancia, pero gran parte del éxito en Jumbo tiene mucho que ver con la nutrición y el coaching alimenticio", señaló.

Esas son las principales diferencias que apunta Van Baarle de sus experiencias entre la estructura neerlandesa y el equipo británico, e incluso considera que le ha ayudado a dar un paso adelante en grandes vueltas. “Sientes que te recuperas mejor etapa a etapa. No he tenido ningún mal día durante el Tour o la Vuelta y en gran medida se debe a una mejor alimentación encima de la bicicleta, cuando estás en el hotel o gracias al apoyo y consejos del equipo durante las épocas de entrenamiento. Por desgracia, este año no he podido experimentar si esta dinámica también es positiva en las clásicas, pero es plenamente efectiva durante veintiún días de competición”, destacó.

Las clásicas, su terreno

Más allá de su faceta como excelente rodador y gregario, Van Baarle se ha consolidado como uno de los principales corredores durante la temporada de clásicas. Y ese fue uno de los motivos para su fichaje por el Jumbo-Visma, aunque en este primer año no ha acompañado la fortuna. En su estreno con el maillot negro y amarillo consiguió la victoria en solitario en la Omloop Het Nieuwsblad. Sin embargo, una enfermedad le apartó de los cotas adoquinadas del Tour de Flandes (2º en 2022) y cuando se disponía a defender su título de la París-Roubaix, sufrió una dura caída en el bosque de Arenberg que le provocó una fractura en la mano y el hombro, además de múltiples laceraciones en la cara. "Estaba decepcionado", mencionó mientras reflexionaba sobre su campaña de clásicas.

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El año que viene Van Baarle volverá a ser una de las figuras clave del equipo en las clásicas, centrándose en unos Monumentos que se le siguen resistiendo a Jumbo-Visma desde las victorias de Wout van Aert (Milán-Sanremo) y Primož Roglič (Lieja-Bastoña-Lieja) en 2020. El belga volvió a quedarse a las puertas del triunfo este 2023 tanto en la Classicissima como en Flandes y Roubaix, pero a pesar de exhibirse como bloque en las carreras de preparación ninguno de los ciclistas de negro y amarillo fue protagonista decisivo en las citas señaladas. En este sentido, Van Baarle puede ser fundamental para romper el dominio que parecen haber establecido Mathieu van der Poel y Tadej Pogačar.

La duda, en este caso, es saber si Van Baarle podrá hacer florecer sus propias ambiciones compartiendo equipo con un ciclista como Van Aert. “Wout es un corredor especial y está un paso por delante de mí en cuanto a su capacidad para seguir a los mejores en las subidas, pero nos retroalimentamos. Él me necesita para ganar esas carreras, y yo también le necesito a él. Nos hacemos más fuertes el uno al otro, y encima también contamos con Christophe [Laporte] y Tiesji Benoot. Creo que como bloque somos muy potentes para jugar nuestras propias bazas, pero es evidente que Wout está un paso por delante de nosotros en el momento clave”, concluyó.

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