La chicane de la discordia divide al pelotón antes de París-Roubaix: “Esto no va a acabar bien”

El defensor de la corona adoquinada, Mathieu van der Poel, argumenta que la modificación del recorrido no es la solución ideal para reducir el caos de Arenberg. Sin embargo, otros compañeros en el pelotón coinciden que se trata de un paso positivo hacia una carrera más segura.

El ambiente previo a París-Roubaix estuvo protagonizado por el Bosque de Arenberg. Y no fue precisamente por la leyenda de esta larga recta de 2.300 metros situada a 95 kilómetros del velódromo André Petrieux. El rumor latente sobre una modificación para reducir la velocidad a entrada de este tramo se oficializó el miércoles en una decisión aplaudida por unos y puesta en cuarentena por otros. La fórmula de una chicane que origina dos curvas estrechas con efecto embudo genera que la colocación pase a ser un ingrediente crucial. Precisamente, ese es el aspecto que genera un mayor escepticismo.

El objetivo de añadir esta variante antes del sector de Arenberg busca que los corredores lleguen a los adoquines a menor velocidad y enfilados, lo que, en teoría, podría provocar menos caídas. Se trata de una modificación del recorrido que los organizadores de la París-Roubaix aceptaron a petición del sindicato de ciclistas CPA (Cyclistes Professionnels Associés), después de que en las últimas ediciones se produjeran varias lesiones graves en los famosos adoquines abiertos que convierten a Arenberg en una “trinchera”.

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Aunque el presidente de la CPA, Adam Hansen, ha confirmado que la mayoría de los corredores con los que ha hablado están de acuerdo con el cambio de recorrido, no se trata de una postura unánime en el conjunto del pelotón. Ciclistas como Mathieu van der Poel mostró su descontento en redes sociales y ha compartido su preocupación sobre si la chicane es la fórmula adecuada buscando una mayor seguridad en este tramo.

El vigente campeón de la París-Roubaix declaró a los periodistas el viernes que "una chicane no es el camino a seguir" para reducir la probabilidad de caídas. El neerlandés argumentó que, en su lugar, más de 150 ciclistas “se verán obligados a frenar a 60 km/h en una vía férrea y hacer un giro de 180 grados. No va a acabar bien". El campeón del mundo reconoció que es necesario hacer cambios para que el Arenberg sea menos traicionero, pero fue claro en su opinión defendiendo que las modificaciones para la edición de 2024 no tendrían un impacto significativo a la hora de reducir la posibilidad de incidentes.

"Es bueno probar algo diferente. Sin duda, es una de las secciones más peligrosas que hacemos en todo el año, yo tampoco me siento muy cómodo entrando a tanta velocidad en pelotón, así que es positivo que intenten pensar en opciones que permitan una mayor seguridad. Pero introducir modificaciones [porque sí] no siempre es la forma de trabajar", señaló Van der Poel. 

Cuando se le preguntó sobre sugerencias para que la carrera fuera más segura, el corredor neerlandés explicó que la aproximación a Arenberg por la carretera de la derecha, en lugar de por la larga recta tradicional, ya supondría una diferencia notable. Van der Poel añadió que había hablado con Adam Hansen sobre otras opciones más interesantes para el recorrido de Roubaix previo al primer tramo de cinco estrellas en próximas ediciones.

Image: ASO/Pauline Ballet

"Las chicanes, en mi opinión, son más peligrosas. Si vas en 20ª posición no pasa nada, pero después de la posición cinco o diez, la gente se queda parada y pierde medio minuto", comentó Van der Poel. "No creo que sea el camino a seguir, pero si la mayoría de los corredores y directores deportivos piensan que es mejor, yo les seguiré. Los corredores son el principal problema, pero yo también me uno a la fiesta. Si quieres ganar, tienes que estar ahí".

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Otro de los principales favoritos para este domingo, como es Mads Pedersen, se mostró más abierto sobre la chicane, pero el corredor danés del Lidl-Trek admitió que no tenía la sensación de que todo el pelotón hubiera sido debidamente consultado sobre el cambio. "Tomaron la decisión preguntando sólo a unos pocos corredores, no a todos. Ahora que está ahí hay que asumirlo, no se puede cambiar de ninguna manera", destacó.

"No tengo ni idea [de si hará que la carrera sea más segura]. Es una curva como cualquier otra de la carrera —continuó— y todos tenemos frenos en la bici, pero también queremos ser los primeros en entrar en Arenberg. Puede que nos caigamos, puede que no. Veremos lo peligrosa que es después de la carrera para sacar conclusiones sobre si mejora o empeora la situación. Hasta entonces, son tan solo especulaciones sin certezas”.

Fotografía: Zac Williams / SWPix

Mientras Pedersen lamentaba la falta de comunicación con todo el pelotón en torno al cambio de recorrido, ciclistas como Fred Wright (Bahrain-Victorious) o Kasper Asgreen (Soudal-Quick Step) sostenían que sí que se había consultado adecuadamente a los corredores y apreciaban la iniciativa de la CPA.

"Creo que a veces la gente piensa que las curvas son peligrosas, pero los tramos más técnicos son más seguros. Por ejemplo, en el País Vasco, hubo caídas cuando más amplía era la carretera porque hay más espacio", subrayó el campeón nacional británico. "De todos modos —prosiguió—, el domingo no me estrellaré a 60 km/h sobre adoquines como el año pasado, así que estoy contento. Es posible que la solución que han encontrado no sea la mejor, pero se preguntó a todos los equipos si les gustaría que la aproximación a Arenberg fuera más lenta y estuvimos de acuerdo. Es bueno que ahora tengamos más poder para hacer que las carreras sean más seguras".

Parece que la mayoría de los corredores aceptan que la chicane no garantiza que no se produzcan caídas durante la lucha por la posición en la aproximación al tramo. Sin embargo, el consenso general es que las caídas sobre asfalto siempre serán favorables a las graves consecuencias ocasionadas por los adoquines afilados del Bosque de Arenberg. 

En esta línea, el danés Kasper Asgreen insistió en que se trataba de una necesidad buscar una fórmula diferente: "Me parece bien que haya tomado esta iniciativa. En los últimos años la entrada a Arenberg se ha hecho cada vez más rápida y siempre se produce alguna caída muy dura en los primeros cientos de metros, así que había que actuar. ¿Es la solución perfecta? No lo sé, pero al menos será una edición diferente en este aspecto. Veremos el domingo lo bien que funciona, o si tenemos que buscar formas de mejorarlo. En cualquier caso, la velocidad será menor. Espero que pasemos sin ninguna caída".

Foto de cabecera: Alex Whitehead/SWpix

 

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