Con una mezcla de excitación y curiosidad, nos citamos en las pistas de la Sierra de Guadarrama, en la zona norte de la Comunidad de Madrid, para descubrir y probar la que será una de las novedades más importantes del catálogo de Canyon para este 2021: la nueva Grizl.
Nacida como evolución del modelo Grail, esta nueva bicicleta para gravel ha llegado para marcar un antes y un después en el roster de la constructora de Koblenz. Con un aire claramente más aventurero y todo terreno, la Grizl responde también a las nuevas tendencias del mundo del gravel y apuesta por una montura versión 5.0.
Tal y pudimos comprobar con el modelo CF SL8, equipada con Shimano GRX 800, las prestaciones de la bicicleta permiten afrontar casi cualquier reto ciclista casi sin mirar en el mapa las características del terreno previamente. Es una compañera excelente tanto para las aventuras sin limitaciones, como para los que necesitan una bici que les permita imitar la estabilidad en la carretera y lanzarse a hacer largas tiradas sobre cualquier tipo de superficie. Es la nueva generación hard gravel.
El poder de los pequeños detalles
Una de las novedades que ofrece la Grizl es un paso de rueda más generoso que el de su antecesora, lo que permite montar cubiertas de hasta 50 mm ampliando así la versatilidad de la experiencia. De serie, viene equipada con las Shwalbe G-One de 45 mm, un auténtico bestseller gravelero.
Aunque mantiene las medidas de la Grail (1037 mm en talla M) —no así como el controvertido manillar doble—, la distancia entre ejes es mayor que los modelos de ciclocross o endurance de la marca alemana, lo que permite también ganar en estabilidad y sensación de crucero. A ello también contribuye que la Grizl vaya equipada con un manillar de carretera ancho y con poco drop, y que las medidas convivan en armonía con una potencia más corta (80mm para la talla M), lo que contribuye, además, a tener un control más preciso sobre la bici.
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Imágenes: © Roo Fowler
Esa misma estabilidad la encontramos en la geometría, ya que los ingenieros de Grizl han descartado la polivalencia del cuadro para los dos tamaños de rueda que se usan en gravel y han apostado para que cada medida tenga el balance adecuado: las tallas 2XS y XS montan ruedas de 650B, y el resto de tallas, las de 700C.
Imagen: © Roo Fowler
En cuanto al cuadro, de carbono CF SL, es realmente ligero (950 gr en talla M), y su geometría es comodísima, tanto por sus medidas y por los ángulos del cuadro. Viene preparado para montar una tija de sillín telescópica, pero uno de los highlights de esta nueva Grizl es que trae de serie una tija VCLS, formada por dos piezas de carbono verticales que permiten su flexión. La sensación de amortiguación es absoluta y nos encantó. Un detalle más que la convierte en una bici muy fiable y muy noble en terrenos técnicos.
Imagen: © Roo Fowler
Con respecto a la ruedas y la frenada, la Grizl equipa disco de 160 mm en la rueda delantera y 140 mm en la trasera. Otro aspecto interesante es que las ruedas DT Swiss vienen con cierres de palanca, lo que evita el uso de llaves allen para el desmontaje de la rueda (lo que puede ser una ventaja y un alivio en algunas ocasiones).
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Más aventura
Este nuevo modelo para gravel de Canyon ha nacido para romper los límites de las pistas y nos invita a aventurarnos por las sendas menos transitadas sin miedo a los imprevistos del terreno. La Grizl será una perfecta aliada para futuros bikepackers y graveleros de mente abierta. De hecho, está preparada para montar portabultos en horquilla y tubo superior y con la posibilidad de añadir hasta 3 portabidones. Además, la firma alemana ha iniciado una colaboración con Apidura para comercializar su propia línea de bolsas de bikepacking.
De la Grizl se comercializarán 7 versiones, equipadas todas ellas con los diferentes niveles de Shimano GRX y el nuevo Campagnolo Ekar.
Los precios de venta van de los 1.999 € a los 2.699 €, para los modelos Grizl CF SL, y entre 4.499 € y 4.599 €, para la Grizl CF SLX, el tope de gama.
Más información y venta en www.canyon.com.
* Muchas gracias a el hotel CicloLodge El Nevero que nos acogió en sus instalaciones en Lozoya, en plena Sierra de Guadarrama, para testear la nueva Grizl en las rápidas pistas de la Sierra de Madrid.
