Annemiek, por patas y corazón

La neerlandesa del Movistar ha ganado con total justicia el Tour de Francia Femmes by Zwift tras imponerse en las dos etapas más duras

El Tour del retorno ya es historia y parece que ha vuelto para quedarse. Porque aunque ha dejado por el camino algunos errores a corregir, también es cierto que los motivos de alegría son muchos más. Sin ir más lejos, la cuestión principal ha quedado resuelta sin discusión: las mejores ha estado en la carrera, han brillado y la han disputado. El Tour del retorno ya será para siempre más el Tour de Vos y Van Vleuten.

Si nos remitimos a una lectura global de la carrera, Annemiek van Vleuten ha sido la dominadora total. A pesar de empezar enferma y sobrellevar como pudo las primeras jornadas, la neerlandesa del Movistar ha aparecido en los momentos decisivos, ha tomado el mando de la carrera y ha ganado fiel a su estilo: atacando de lejos y machacando a sus rivales. 

En la etapa reina, con final en Le Markstein, y con tres puertos de primera, atacó a 62 kilómetros de meta para dejar a una Demi Vollering que quizá se cebó demasiado en seguir su rueda. A esas alturas de etapa y de competición, el SD Worx, el equipo más fuerte, ya llegaba tarde. No compitió como equipo, no trazó la táctica acertada y no aisló a Van Vleuten cuando tocaba. Annemiek, en cambio, a su bola. Ganó también en la Super Blanche de Belles Filles, en la jornada final, ya luciendo el maillot amarillo.

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La neerlandesa del Movistar Team, Annemiek van Vleuten, en los metros finales de la ascensión a la Super Planche des Belles Filles (Imagen: A.S.O. / Fabien Boukla)

Este ha sido el Tour de las campeonas. Si en la parte final dominó el escenario Van Vleuten, antes que ella, el protagonismo lo concentró Marianne Vos. Ya fue podio en 2009 cuando tenía veintidós años, y ahora que su carrera deportiva se mueve en constante equilibrio por los problemas físicos, ha sabido llegar en sus mejores condiciones posibles al Tour. Ha ganado dos etapas y ha lucido el amarillo tanto como ha podido. Su imagen, centrando la atención de los medios y haciendo más grande el ciclismo femenino, es la mejor forma de dignificar la carrera, el Tour, y su propia carrera, la más grande de la historia. Luchó por el Tour recogiendo firmas cuando pocas creían que podría ser posible y ahora, además, se lleva el maillot verde.

Arriba: Mariane Vos luciendo el maillot de líder (imagen: A.S.O./ Thomas Maheux)
Abajo: Uttrup Ludwig consiguiendo la victoria en la tercera etapa del Tour de France Femmes avec Zwfif (imagen: Iván Arribas)

Del resto, Lorena Wiebes ha impresionado al mundo con la potencia de sus esprints, Katia Niewiadoma con su perseverancia, Persico y Longo Borghini con su tozudez, y Uttrup Ludwig por un esprint final en un repecho al estilo clásica, además de su sonrisa, claro, pero también con sus lágrimas. Mavi García ha brillado más por pundonor que por resultados, muy lastimada por unas caídas que han dejado fuera de combate demasiado pronto también a Marta Cavalli. Si nos aferramos a unas estadísticas que dicen mucho más que los simples números, ha sido el Tour de las neerlandesas: seis de ocho etapas. Solo Ludwig y Reusser han irrumpido en medio de los dobletes de Wiebes, Vos y Van Vleuten.

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Arriba: Mavi Garcia, que consiguió subir al pòdium como la corredora más combativa en la última etapa (imagen: A.S.O./Thomas Maheux)
Abajo: el pelotón liderado por Elen van Dijk en uno de los tramos de sterrato de la tercera etapa (imagen: Getty)

El Tour nos ha dejado una etapa reina demasiado reina, un sterrato demasiado sterrato, kilómetros finales demasiado finales por lo peligrosos y mal señalizados y, por el contrario, escasez de coches de equipo en carrera con uno solo por escuadra. Detalles a corregir para mejorar una carrera destinada a ser muy grande y que obligará a las otras a evolucionar. Empieza una nueva era en la que todos ganamos. París, punto de inicio.

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