Análisis de las plantillas de los World Team 2024 (II parte)

Análisis de las plantillas de los World Team 2024 (II parte)

Con el inicio del nuevo año, el comienzo de la temporada al acecho y la inmensa mayoría de fichajes realizados, continuamos con la segunda entrega de la serie de tres artículos que analizan las plantillas de los dieciocho equipos World Team.

Texto: Borja Barbesà

Hacemos un repaso de las incorporaciones, las bajas, un apartado especial con los jóvenes candidatos a llamar a las puertas del éxito y un repaso a los nombres de más responsabilidades equipo, con sus cometidos y expectativas de cara a este 2024. Aquí van las siguientes seis escuadras que configuran esta segunda entrega: Decathlon AG2R La Mondiale, EF Education-EasyPost, Lidl-Trek, Movistar Team, Team DSM-Firmenich Postnl y Soudal-Quick Step.

En estos enlaces puedes recuperar la primera y la tercera parte de esta serie: 

Decathlon AG2R La Mondiale

Altas: Bruno Armirail (Groupama-FDJ), Sam Bennett (BORA - hansgrohe), Dries De Bondt (Alpecin-Deceuninck), Sander De Pestel (Team Flanders-Baloise), Victor Lafay (Cofidis), Gianluca Pollefliet (Lotto DSTNY Development Team).

Bajas: Marc Sarreau (Groupama-FDJ), Clément Venturini (Arkéa-B&B Hotels), Lawrence Naesen y Antoine Raugel (aún sin equipo conocido en el momento de cerrar este artículo), Mikaël Cherel, Michael Schär y Greg Van Avermaet (se retiran).

Al final el paso de Citroën por la estructura ha acabado siendo más bien breve y sin el impacto esperado. Ahora llega Decathlon como patrocinador principal para impulsar un nuevo capítulo en el que ya no aparecerá Van Avermaet; el belga ha puesto fin a diecisiete temporadas de profesional. Si bien su peso deportivo, sobre todo este último año, ya no era tan capital, es normal que se haya intentado incorporar nuevos nombres de cierto espesor.

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En este sentido, sobresalen dos altas, las de Lafay y Bennett. El primero protagonizó una de las imágenes del año cuando fue el único capaz de seguir a Vingegaard y Pogacar en Pike Bidea, en la etapa inaugural del pasado Tour. Al día siguiente, ganó en San Sebastián, burlando un grupo seleccionado con lo mejor del pelotón. El francés había demostrado ya disfrutar de días aislados a un gran rendimiento (véase la Tirreno-Adriatico de 2022), pero esas prestaciones fueron en la carrera más mediática del año. El reto que tiene ante sí es repetir estos picos y, a poder ser, mostrar algo más de consistencia en sus apariciones, ya que por ahora es habitual que tenga bastantes jornadas anónimas.

Por su parte, Bennett llega para intentar reflotar su puntería como velocista en un nuevo entorno. Aunque es tentador pensar que sus mejores años ya han pasado, eso no implica que no pueda ser de utilidad y cosechar alguna victoria puntual. Armirail y De Bondt llegan para apuntalar la serie media de la plantilla. Soy moderadamente optimista con ambos: al primero, contrarrelojista y rodador peleón, le puede venir bien un cambio de aires que le aporte nuevas maneras de usar sus recursos, y al segundo, la libertad que gozará en las clásicas y en escapadas en las vueltas por etapas debe dar alguna que otra alegría al equipo.

En cuanto a las bajas más destacables, se deja de contar con la velocidad de Sarreau y Venturini pero para llenar su hueco ya se ha contratado a Bennett, y como apuesta de futuro, sin mucho que perder, al joven belga Pollefliet.

Talento emergente

En 2023 el corredor que dió el mayor paso al frente fue Felix Gall. Ya no era un crío —en breve cumplirá los 26—, pero demostró que tenía mayor margen de mejora de lo algunos le imaginábamos. Este año vuelve a ser difícil acertar quién puede protagonizar la sorpresa agradable en este sentido, aunque sea con algo menos de intensidad.

La generación que ha subido al primer equipo las dos últimas campañas no es de las más ilusionantes que se le recuerdan a la estructura de Vincent Lavenu. De momento los Retailleau, Lapeira, Tronchon o el pequeño de los Paret-Peintre no han demostrado mucho más que combatividad. Pero puesto a destacar un nombre dentro de esta camada me quedaría con Pierre Gautherat, un chaval que en su primera temporada con los mayores al menos se ha dejado ver en el top10 de alguna clásica de cierto nivel como Le Samyn o la Heistse Pijl, entre otras.

¿Cómo pinta el 2024?

O’Connor, Gall y Cosnefroy, junto los recién llegados Lafay y Bennett son los que ponen rostro a las principales fotos promocionales del equipo, sin olvidar a Aurelien Paret-Peintre y a un ya algo veterano Naesen, quien parece que está reconvertiéndose a un rol más ayudante.

Los primeros mencionados, el australiano y el austriaco, son las referencias claras del equipo para las generales. O’Connor parece con ganas de regresar al Giro, pero es probable que ambos acaben coincidiendo igualmente en el Tour. Una buena general y alguna victoria de etapa son los objetivos razonables, ya sea con un corredor o el otro. Gall está lastrado por sus pobres prestaciones contra el reloj, pero su rendimiento escalador, quién sabe si todavía con margen de mejora, es una de las principales esperanzas del equipo.

Cosnefroy, por su parte, es un corredor que no ha acabado de explotar como parecía algún año atrás, cuando algunos incluso lo veían como un sucesor de Alaphilippe. Típico puncheur francés, capaz de ganar o andar cerca de ello en distintas clásicas colineras del World Tour, curiosamente no ha sido capaz de tener éxito como cazaetapas en vueltas de cierta enjundia. Esta temporada está obligado a volver a la senda ganadora tras un 2023 bastante decepcionante. Ni que sea a entregar unos resultados como los que ha tenido, por ejemplo, un compañero suyo como Dorian Godon, en teoría con menos cartel pero últimamente más exitoso en el terreno quebrado que se adapta a ambos. 

EF Education-EasyPost

Altas: Markel Beloki (MMR Cycling Academy), Rui Costa (Intermarché-Circus-Wanty), Lukas Nerurkar (Trinity Racing), Darren Rafferty (Hagens Berman Axeon), Jack Rootkin-Gray (Saint Piran), Archie Ryan (Jumbo-Visma Development Team), Harry Sweeny (Lotto DSTNY), Yuhi Todome y Michael Valgren (EF Education-Nippo Development Team), Jardi Van der Lee (Willebrord Wil Vooruit).

Bajas: Jonathan Caicedo y Diego Camargo (Forte Petrolike-Androni Giocattoli), Magnus Cort (Uno-X Mobility), Mark Padun (Corratec), Julius Van den Berg (Team dsm-firmenich PostNL), Odd Christian Eiking, Merhawi Kudus, Tom Scully y Lukasz Wisniowski (aún sin equipo conocido en el momento de cerrar este artículo), Jens Keukeleire (se retira).

Bastante movimiento, como suele ser habitual en la estructura de Jonathan Vaughters. A excepción de Cort, se deshacen de corredores mayoritariamente amortizados o sin acabar de cuajar —pienso en Camargo y sobre todo en ese misterio llamado Padun–, y rejuvenecen la plantilla con un puñado de jóvenes interesantes.

De la órbita británica llega Nerurkar, hijo de maratoniano anglo-indio y de perfil escalador al igual que Rafferty, vencedor en Aosta y segundo en el Giro Next Gen. También Ryan, producto de la cantera del Jumbo-Visma, sin espacio por ahora en el primer equipo amarillo, así que ha optado por enrolarse en una escuadra donde tendrá más oportunidades a corto y medio plazo; y Rootkin-Gray, al que muchos le tomamos la matrícula en el pasado Mundial sub23, donde rozó la medalla y derrochó pundonor. Van der Lee, Todome y Markel Beloki, el más joven de la plantilla, completan el bloque de futuro.

El retorno al primer equipo de Valgren, tras una temporada en el filial para volver a recuperar nivel tras la gravísima caída de 2022, y el todoterreno Sweeny, un tipo batallador y aún con bastante carrera por delante añaden fondo de armario a una plantilla que ha querido contar con un veterano con instinto como poquísimos: Costa cuenta ya con 37 años pero viene de realizar una gran campaña y corriendo por libre es capaz de entregar resultados —y los codiciados puntos UCI— desde el minuto uno.

Talento emergente

Las cuatro jóvenes incorporaciones mencionadas en primera instancia atesoran potencial como para no quitarles ojo. Quizás los dos irlandeses, Rafferty y Ryan, parecen los más trabajados para ofrecer rendimiento más inmediato. Pero ojo con Nerurkar, que en la pasada edición de O Gran Camiño, una carrera bastante dura y completa, ya consiguió holgadamente el top10 final con solo 19 años. De entre los corredores jóvenes —aunque no tanto como los mencionados hasta ahora— que ya figuraban en la plantilla, cabe esperar nuevos pasos adelante de los Piccolo, Quinn, Van den Berg y el ya consolidado como semiestrella Healy.

¿Cómo pinta el 2024?

Richard Carapaz se mantiene como nombre más destacado de la plantilla aunque en 2023, con mala racha de lesiones y caídas, no fuera quien sacó mejores resultados. Los motivos para conservar este estatus son el crédito conseguido en años anteriores y una recta final de temporada esperanzadora, consiguiendo un lugar entre los diez primeros en las cinco pruebas de un día italianas en las que tomó parte, todas ellas con excelente participación. Le tocará de nuevo volver al Tour, con ganas de resarcirse tras la desgraciada caída que le mandó al hospital en la primera etapa. Antes podrá probarse y amasar resultados prometedores en algunas de las vueltas de primavera más prestigiosas.

Ben Healy, la gran revelación del equipo —y tal vez de todo el pelotón— en 2023 afrontará este año de modo muy distinto, pues ya no cuenta con el factor sorpresa. Ahora todo el mundo le tiene tomada la matrícula, pero al final, en el terreno que es su especialidad, las clásicas repletas de colinas y las etapas tortuosas de vueltas aptas para la fuga, se acaban imponiendo las piernas y el don de la oportunidad, dos cualidades que ha mostrado atesorar a bolsillos llenos ya antes de cumplir los 23. A esa edad, además, sería insensato negarle margen de mejora, quién sabe si también para probarse en las generales.

Más allá de esos dos nombres que considero los más vistosos, como de costumbre se trata de una plantilla con abundantes corredores que podríamos considerar de gama media, pero con capacidad para en los mejores días formar parte de la élite del pelotón. Powless y Bettiol son quizás los dos mejores ejemplos de ello, ambos con amplitud de registro, capaces de pelear en Flandes y en etapas de todo pelaje en las mejores vueltas por etapas, además de outsiders peligrosísimos en pruebas tipo Mundial o Juegos Olímpicos.   

Lidl-Trek

Altas: Andrea Bagioli y Tim Declercq (Spudal-Quick Step), Simone Consonni (Cofidis), Fabio Felline (Astana Qazaqstan Team), Tao Geoghegan Hart (INEOS Grenadiers), Ryan Gibbons (UAE Team Emirates), Patrick Konrad (Bora-hansgrohe), Jonathan Milan (Bahrain Victorious), Sam Oomen (Jumbo-Visma), Carlos Verona (Movistar Team).

Bajas: Jon Aberasturi (Euskaltel-Euskadi), Filippo Baroncini (UAE Team Emirates), Marc Brustenga (Equipo Kern Pharma), Kenny Elissonde (Cofidis), Markus Hoelgaard (Uno-X Mobility), Emils Leipìns (Team dsm-firmenich PostNL), Antonio Tiberi (Bahrain Victorious), Antwan Tolhoek (Sabgal-Anicolor), Amanuel Gebreigzabhier y Asbjorn Hellemose (aún sin equipo conocido en el momento de cerrar este artículo), Tony Gallopin (se retira).

No hay duda que la entrada de Lidl a mediados de 2023 ha supuesto un gran espaldarazo para la estructura a nivel presupuestario y de ambición y así se nota en cómo se han movido en esta ventana de mercado. A excepción de los jóvenes italianos Tiberi y Baroncini (el primero, de hecho, ya ejecutó su marcha a mediados de temporada), dejan el equipo corredores modestos o cuya etapa ha llegado a su fin de manera orgánica. Por el contrario, llega una abundante serie media, o media-alta en algunos casos, que eleva el nivel y profundidad de la plantilla de un modo inequívoco.

Geoghegan Hart sufrió el pasado mayo una grave caída justo cuando parecía haber alcanzado su mejor nivel desde 2020. Durante la convalecencia se supo que cambiaba de equipo. El éxito de su recuperación por ahora deja un pequeño porcentaje de incógnita, pero si todo sale bien es una incorporación muy valiosa, hasta el punto que ya ha sido designado como el hombre que llevará el equipo al Tour de Francia para sacar un buen puesto en la general. Un escalón por debajo, pero capacitados de sobra para acompañar o complementar el desempeño de los mejores escaladores del equipo, llegan corredores como Konrad, Verona o Oomen. Experimentados pero aún con años por delante, su nivel cubre de sobra las marchas de corredores de un perfil parecido como Elissonde, Gebreigzhabier y Tolhoek.

Pero es que hay bastantes más novedades de espesor, las que podemos agrupar bajo el conjunto de bloque italiano: Bagioli y Milan, con 24 y 23 años respectivamente, son ciclistas a un paso de la primerísima línea, cada uno en su campo, el primero como puncheur y clasicómano y el segundo como sprinter, contrarrelojista y probablemente pedrusquero. Además, también llega Consonni, velocista que tanto puede operar de mentor y lanzador de Milan como buscarse sus oportunidades en tramos del calendario algo más modestos.

El tractor Declercq, Felline y Gibbons, todos ellos contrastados hombres de equipo, completan el bloque de caras nuevas.

Talento emergente

Ya hemos tildado Bagioli y Milan de corredores con perfil ascendente, pero en la plantilla no están solos ni mucho menos en esta categoría. El nivel de Skjelmose en 2023 ya hace que se le quede algo pequeña la etiqueta de “talento emergente”, pero solo cuenta con 23 años y juzgar que su jerarquía en el pelotón no va a seguir subiendo sería pecar de prudencia. Junto a ellos, los tres corredores más jóvenes de la plantilla, todos ellos con potencial: Simmons, cuyos resultados aún no se equiparan a su presencia en carrera; Vacek, que va dejando destellos propios de un talento imperfecto, con aristas por pulir; y Nys, que tras la campaña de ciclocross hará una pausa y a partir de abril se centrará en la ruta, disciplina en la que promete dar bastantes alegrías gracias a su velocidad tanto en llano como en terreno de cotas.

¿Cómo pinta el 2024?

Los resultados que se llevarán a balance el próximo otoño deberán estar en correspondencia al salto en inversión y aspiraciones. Así que no valdrá lo conseguido en 2023, que fue un año notable pero en relación a una plantilla que ahora se ha mejorado.

Los buenos nuevos fichajes están capacitados para aportar bastante, pero son especialmente adecuados porque sus perfiles son bastante complementarios a los mejores hombres con los que ya contaba el equipo. En grandes vueltas, si Hart tiene el Tour como misión, el Giro será para Ciccone y la Vuelta para Skjelmose. Además, todos ellos deben ser importantes en las mejores vueltas de una semana y probablemente en clásicas tipo Ardenas junto con Bagioli. En las clásicas del norte, Pedersen, cuya regularidad ha devenido altísima, seguirá siendo la referencia, junto con Stuyven. Además, los recién llegados Milan y Declercq serán piezas valiosas para apuntalar el bloque.

En definitiva, una plantilla que debería ser de las cuatro o cinco más potentes, con recursos para jugar un papel destacado tanto en generales de vueltas, como en triunfos parciales, como en pruebas de un día distinto pelaje.

Movistar Team

Altas: Jon Barrenetxea (Caja Rural-Seguros RGA), Carlos Canal (Euskaltel-Euskadi), Rémi Cavagna (Soudal-Quick Step), Davide Cimolai (Movistar), Davide Formolo (UAE Team Emirates), Lorenzo Milesi (Team DSM), Manlio Moro (Zalf Euromobil Fior), Nairo Quintana (sin equipo en 2023), Javier Romo (Astana Qazaqstan Team), Pelayo Sánchez (Burgos-BH).

Bajas: Juri Hollman (Alpecin-Deceuninck), Gorka Izagirre (Cofidis), Matteo Jorgenson (Team Visma-Lease a Bike), Max Kanter (Astana Qazaqstan Team), Óscar Rodríguez (INEOS Grenadiers), Carlos Verona (Lidl-Trek), Abner Gónzalez (aún sin equipo conocido en el momento de cerrar este artículo), Imanol Erviti, Lluís Mas y José Joaquín Rojas (se retiran).

Hay ocasiones que el fuera de campo es casi tan o más importante que lo que aparece en pantalla. Algo así ocurre cuando se observa la lista de refuerzos y despedidas de la escuadra telefónica. Un nombre que no aparece es relevante en la historia y no es otro que el de Carlos Rodríguez, que tenía firmado un preacuerdo para incorporarse en 2024. Con ese fichaje principal, poco menos que un nombre alrededor del cual construir un nuevo proyecto deportivo, se trabajó durante toda la primera mitad de 2023. Hasta que llegó el verano. Entonces el equipo en el que militaba Rodríguez, INEOS Grenadiers, vio prioritaria su renovación y conservó el corredor de Almuñécar a cambio de una indemnización a Movistar. Estos se quedaban con un cheque, sí, pero sin el ciclista.

Conociendo este contexto, habiéndose truncado la principal incorporación, hay que valorar la ventana de traspasos de Movistar como bastante positiva. Han perdido a Jorgenson, su mejor corredor en puntos UCI la pasada campaña, pero eso era algo que ya sabían desde la pasada primavera cuando llegó el Jumbo de Vingegaard y Van Aert con una oferta inigualable. Así, un poco como hormiguitas, la dirección del equipo azul ha ido armando pieza a pieza una nueva plantilla con dos ciclistas contrastados como Formolo y Cavagna, que apuntalan lo que podríamos llamar segunda línea. También con un puñado de ciclistas jóvenes, la mayoría españoles, que como mínimo regeneran la ilusión y bajan la media de edad tras la retirada de veteranos como Erviti y Rojas. Quizás no saldrá ningún crack mundial entre los Romo, Canal, Barrenetxea, Pelayo Sánchez, Milesi o Moro, o sí, pero seguro que la gran mayoría demuestran cuanto menos ser merecedores de un puesto en una plantilla World Team.

Como guinda de última hora, el sorprendente, o no tanto, retorno de Quintana. Su rendimiento tras un año parado es objeto de especulación y pendulea del “nunca más será el que fue” al “quien tuvo retuvo y eso le valdrá para ser el segundo o tercer mejor ciclista del equipo”. Veremos.

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Talento emergente

La media docena de ciclistas menores de 25 años que incorpora el equipo supone que las miradas se fijen en ellos si buscamos al ciclista revelación de la próxima temporada. Se hace difícil discernir quién de ellos ofrecerá mejor rendimiento ya en el corto plazo, pero me inclinaría por Romo y Sánchez. Milesi, flamante campeón del mundo de contrarreloj en categoría sub23, debe ratificar su potencial en la cabra, pero fuera de ella todavía ha mostrado poquito. Canal también es un ciclista con futuro, pero quizás al principio cuente con el pequeño hándicap de tener en la plantilla a corredores de un perfil parecido, como Aranburu o Serrano. Por último, no dejo de mencionar a Iván Romeo, quien debutó en profesionales la pasada campaña dejando un notable sabor de boca fogueándose con solo 19 años en un calendario que incluía unas cuantas carreras de enjundia.

¿Cómo pinta el 2024?

Un año más con buena parte de la responsabilidad de brillar en las mejores carreras para Enric Mas. 2023 fue algo desalentador, sobre todo por la caída en la primera etapa del Tour de Francia que le mandó para casa. Pero el resto del calendario tampoco vimos al que seguramente es el mejor Mas, el de finales de 2022. De nuevo, a pelear las generales de Tour y Vuelta ante unos cuantos rivales que a día de hoy parecen un punto o más por encima. Un top5 en Francia y un podio en la Vuelta ya sería una previsión bastante optimista.

En el apartado de vueltas por etapas, además de lo que pueda aportar Quintana (al que le ahorran volver al Tour y enfocan a Giro y Vuelta), cabe esperar buenas actuaciones de Einer Rubio. Finalmente el año pasado logró anotarse una etapa en el Giro y este año tendrá la misión de repetir y, a poder ser, entrar en el top10 de la general.

También para Italia mandarán al otro colombiano ilustre del equipo, Fernando Gaviria. Con tres o cuatro compañeros a su servicio, entre ellos el veterano recién incorporado Cimolai, está a su alcance una victoria al sprint. Victorias que el resto del año también debe anotarse, por poco que suba un pelín la puntería de 2023, con dos victorias y siete podios.

Sin Jorgenson que, además de alguna vuelta de una semana, también sacó con nota sus breves incursiones en terreno flandrien, mayor peso si cabe deben cobrar corredores como Aranburu, Cortina y la gran alegría de la pasada campaña: Oier Lazkano. El alavés tuvo la temporada de su explosión con 23 años, sin llegar a dar la campanada en plazas muy importantes, pero con un magnífico segundo puesto en Dwars door Vlaanderen y victorias en el campeonato de España, Boucles de la Mayenne o una etapa de la Vuelta a Burgos. Y, por encima de todo, una impronta de trotón, generoso e incansable, que le hace conectar con el público y postularse ahora mismo como el corredor del equipo que uno diría como futurible ganador de etapa en el Tour, a la altura de lo conseguido dentro de esta estructura con Lastras, Chente y Flecha.

Team DSM-Firmenich Postnl 

Altas: Warren Barguil (Team Arkéa Samsic), Fabio Jakobsen (Soudal-Quick Step), Gijs Leemreize y Timo Roosen (Jumbo-Visma), Emils Liepins (Trek-Segafredo), Julius Van den Berg (EF Education-EasyPost), Frank Van Den Broeck (ABLOC CT), Bram Welten (Groupama-FDJ), Patrick Eddy y Enzo Leijnse (Development Team DSM).

Bajas: Marco Brenner, Alberto Dainese, Marius Mayrhofer y Florian Stork (Tudor Pro Cycling Team), Jonas Iversby Hvideberg y Andreas Leknessund (Uno-X Mobility), Lorenzo Milesi (Movistar), Frederik Rodenberg (Team CO:PLAY-Giant Store), Henri Vandenabeele y Harm Vanhoucke (Lotto Dstny), Sam Welsford (BORA-hansgrohe), Leon Heinschke (aún sin equipo conocido en el momento de cerrar este artículo).

Ya no sorprende que el DSM pierda cada año muchos corredores —a menudo jóvenes, a menudo destacados, a menudo antes de fin de contrato—, pero quizás algo más que hasta cuatro de ellos vayan a parar de una tacada al mismo equipo. Brenner, Dainese, Mayrhofer y Stork este año correrán en el Tudor, a día de hoy un equipo de una categoría inferior. Un ejemplo significativo de la política de bajas de este equipo, que parece tener siempre abierta la puerta de salida y no solamente para corredores emergentes que atraen el interés y la chequera de estructuras más poderosas.

Así, un año más, se debe recomponer buena parte de la plantilla. Se van los dos sprinters principales, Welsford y Dainese, y a cambio se han hecho con los servicios de un Jakobsen que no gozó de suerte en 2023. De hombres para vueltas y generales, pierden a Leknessund, Vanhoucke, Brenner y Vandenabeele. Los reemplazan sobre todo con Barguil, que vuelve a la estructura en la que consiguió sus mayores éxitos, pero también Leemreize, que sale de un Jumbo donde no hay espacio para todos y puede ser un refuerzo interesante si confirma lo que empezó a apuntar en el Giro de 2022.

Talento emergente

Lo más destacado de este equipo, en un sentido positivo, es la capacidad que tiene para captar talento joven y desarrollarlo, al menos en una primera fase. Luego ya hemos comentado que es probable que ambas partes, escuadra y ciclista, terminen su relación a no muy largo plazo. Pero esto no quita que sea un entorno propicio para observar corredores prometedores. Ahora hace un año, en este mismo apartado, destaqué los nombres de los británicos Onley y Poole y ambos, sobre todo el segundo, han demostrado que efectivamente había potencial en ellos. Siguen siendo muy jóvenes pero ya hay expectativas que vayan ocupando un rol importante en el equipo en las vueltas por etapas.

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Los velocistas han tenido tradicionalmente en la estructura de Iwan Spekenbrink un buen entorno para crecer, así que hay que tener en el punto de mira los jóvenes bólidos de la plantilla. Tres nombres en este ámbito, quizás por orden de expectativas: el danés Tobias Lund Andresen, el checo Pavel Bittner y el neerlandés Casper Van Uden, éste último de quien ya esperaba un poquito más en 2023.

Para cerrar este bloque, Vermaerke y Dinham son dos corredores algo menos bisoños, pero aún en fase de crecimiento. Este pasado año han mostrado detalles que invitan a un optimismo moderado.

¿Cómo pinta el 2024?

Los mencionados Barguil y Jakobsen se unen a Bardet como los ciclistas referencia del equipo a corto plazo. La dupla de franceses ya no parece estar en el pico de sus carreras, pero con 33 y 32 años y el rendimiento ofrecido recientemente tampoco parecen haber entrado en una decadencia acusada. Etapas en grandes vueltas, quizás un top10 en alguna general y puestos y puntos en clásicas con dureza orográfica suenan a objetivos razonables.

El velocista neerlandés, por su parte, debe sobreponerse a un 2023 falto de puntería y fortuna en los grandes escenarios (una sola victoria en el World Tour, en Tirreno). Ganar en el Tour está sobradamente a su alcance si recupera su mejor versión. Seguro que el equipo pondrá medios y compañeros para que eso suceda.

Además de esperar que alguno de los corredores jóvenes antes mencionados dé un salto adelante en resultados, no quiero dejar de nombrar a Degenkolb. Con 35 años es evidente que su rol en el equipo es muy próximo a eso que se le suele llamar capitán de ruta, mentor, elemento aglutinador, etcétera, pero sigue teniendo ciclismo de primera en las piernas. Este 2023 su campaña de clásicas del norte fue muy digna, aportando puntos a una escuadra necesitada de ellos. Y siempre nos quedará pensar qué hubiera sucedido en Roubaix sin esa desgraciada caída a falta de 16km cuando rodaba en el grupo puntero. Ojalá recupere la ilusión y las piernas en 2024 para volver a ser protagonista.

Soudal-Quick Step

Altas: Ayco Bastiaens (Alpecin-Deceuninck Development Team), Gil Gelders, William Junior Lecerf, Warre Vangheluwe y Jordi Warlop (Soudal-Quick Step Devo Team), Antoine Huby (Vendée U), Luke Lamperti y Paul Magnier (Trinity Racing), Mikel Landa (Bahrain Victorious),  Gianni Moscon (Astana Qazaqstan Team).

Bajas: Andrea Bagioli y Tim Declercq (Lidl-Trek), Davide Ballerini y Michael Morkov (Astana Qazaqstan Team), Rémi Cavagna (Movistar Team), Dries Devenyns (se retira, pasa al staff técnico), Fabio Jakobsen (Team dsm-firmenich PostNL), Mauro Schmid (Team Jayco-Alula), Florian Sénéchal (Arkéa-B&B Hotels), Jannik Steimle (Q36.5 Pro Cycling Team), Stan Van Tricht (Alpecin-Deceuninck), Ethan Vernon (Israel-Premier Tech).

Rumores de fusión, de absorción por parte de Jumbo (la terminología variaba según la fuente y la hora del día) y al final, nada de nada, el equipo sigue igual, manteniendo sus dos patrocinadores principales. Eso sí, con la lista de altas y bajas en la mano se intuye un pequeño ajuste presupuestario: Lefevere ha tenido que recurrir a fichajes económicos, a excepción del de Landa, mientras no son pocos los ciclistas con nóminas considerables que dejan la plantilla. Así, el único fichaje importante, el del alavés, va encaminado a que Evenepoel afronte, esta vez sí, el Tour de Francia con un equipo con ciertas cualidades escaladoras a su alrededor. Aun así, la temporada es larga y seguramente Landa tendrá más de una vuelta por etapas para correr con libertad.

Tal vez de primeras el nombre de Moscon sorprende como incorporación —sus últimas temporadas en Astana han sido muy anónimas—, pero pocos o ningún entorno como el de este equipo para intentar que el italiano recupere las buenas piernas y el chip mental necesario.

En una plantilla históricamente destinada a las victorias parciales y a los sprints, sorprende la marcha de Jakobsen y Vernon sin que eso signifique la llegada de ningún velocista de primer o ni siquiera segundo nivel. El estadounidense Lamperti es una apuesta de futuro y lo más parecido a un plan B en relación a Merlier. Otra opción, Warlop, el año pasado en el filial a pesar de contar ya con 27 años, es un tipo rápido y con experiencia en clásicas norteñas pero no parece tener el nivel para pelear victorias en el WT.

El bloque que podríamos llamar flandrien también se ha debilitado, pues el refuerzo de Moscon parece muy poca cosa para contrarrestar las ausencias de Sénéchal, Ballerini y Declercq. Además, en terrenos contiguos, las bajas de Schmid, Cavagna o Bagioli se van a notar con toda seguridad, puesto que llegan corredores jóvenes prometedores como Lecerf, Huby o Gelders, pero ninguno parece listo para entregar resultados notables a corto plazo.

Talento emergente

Nos llevamos los tres últimos ciclistas mencionados a este apartado para ampliar un poco lo que se puede esperar de ellos. William Junior Lecerf es el que se ha ganado por ahora un mayor prestigio, sustentado en la victoria en la versión sub23 de Il Lombardia o un quinto puesto en la general del pasado Tour de l’Avenir. Escalador menudo, adaptado también a clásicas tipo Ardenas, promete ser a medio plazo algo así como el sucesor de Bagioli y probablemente con más recorrido en generales. Por ahora un escalón por debajo se sitúan Antoine Huby y Gil Gelders. El primero es de un perfil parecido, pero menos brillante en la montaña y en general con resultados un pelín más discretos en sub23; Gelders, por su parte, algo más espigado, apunta a todoterreno que si no llega a desarrollar ninguna especialidad notable como mínimo puede ser un útil hombre de equipo.

Por último, hacer mención a Van Wilder. Va a cumplir 24 años y hoy en día parece que esa ya no es una edad para que se le destaque la juventud. Pero caramba, es un ciclista con unas grandes condiciones y tiene margen de sobras para subir peldaños en su empeño de centrarse en las vueltas por etapas. En el Giro pasado, tras el abandono de Evenepoel, tuvo libertad y fue remontando puestos en la general para acabar anotándose una 12ª posición. Una cifra que quizás no dice mucho pero que a buen seguro le sirvió para calibrar sus opciones futuras. Veremos si este año acude al Tour de escudero de Evenepoel o se le plantea un calendario alternativo donde correr con libertad.  

¿Cómo pinta el 2024?

Por lo ya explicado en los párrafos anteriores, el equipo afronta esta próxima temporada con menos amplitud de recursos, con una plantilla menos profunda. Un equipo que tradicionalmente ha usado la superioridad numérica, ya sea para imponerse en clásicas o para dominar los últimos kilómetros de las etapas llanas y situar así en cabeza a su sprinter, posee este año otra estructura mucho más vertical.

Además de Landa, cuatro líderes claros, cada uno con una parcela de actuación bastante definida: Evenepoel, con el Tour, los Juegos Olímpicos y el Mundial como grandes objetivos; Asgreen, en las clásicas del norte, con Lampaert de escudero y segunda opción; Merlier, en los sprints; y luego, Alaphilippe, quien deberá aprovechar cualquier oportunidad para recuperar sensaciones, sumar victorias y ser considerado una alternativa a Evenepoel cuando coincidan y no un simple peón más a su servicio.

Esta estructura a menudo ha liderado (o ha estado cerca) el ranking de victorias anuales. Con los mimbres actuales, esto parece un objetivo muy complicado de replicar en 2024, así que lo que calibrará el éxito de su campaña será en buena medida lo que consiga Evenepoel en el Tour de Francia, corredor y carrera para los que el equipo se ha ido reconvirtiendo paulatinamente en los últimos años.

Imagen de cabecera: Getty

 

Texto: Borja Barbesà

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