Considerado por muchos como uno de los mejores corredores de carreras de un día de la historia, Roger de Vlaeminck fue uno de los ciclistas que supo compaginar como pocos la temporada de ciclocross en invierno con la de carretera y con un calendario extensísimo. No en vano, ha pasado a la historia como Monsieur Roubaix por su cuatro victorias en El infierno del Norte, la carrera que sirve de eslabón entre las dos modalidades ciclistas.
De Vlaeminck vivió la bici desde muy joven en casa. Su hermano mayor, Eric, se proclamó Campeón del Mundo de ciclocross con veintiún años, el primero de los siete triunfos que consiguió en la prueba. Era 1966 y se disputó en Beasain, la pequeña villa guipuzcoana colindante con Ordizia, feudo del ciclocross vasco. Era fácil imaginar el ambiente ciclista en casa de los Vlaeminck, una familia dedicada también al comercio itinerante. De ahí el otro sobrenombre de Roger, el gitano.
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Poco tardaría el menor de los Vlaeminck en superar al hermano Eric. En 1968 consiguió ser Campeón del Mundo de ciclocross aficionado y con veintidós años ganó la primera carrera profesional que disputaba. Nada más y nada menos que la Omloop Het Volk, la tradicional apertura del calendario belga. Pocas semanas después fue segundo en la Milán Sanremo, tras su compatriota Eddy Merkx, con el que tuvo una rivalidad histórica en las carreras de un día, pero al que jamás pudo hacer sombra en las competiciones por etapas.
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En este nuevo capítulo de nuestra serie de Relatos Sonoros recuperamos el artículo Roger Vlaeminck, el Gitano y Monsieur Roubaix, de Sergio Palomonte, publicado en el número 9 de VOLATA, dedicado al ciclocross y las disciplinas off-road.
VOLATA Radio es un podcast presentado por Pau Mitjans