Pachamama: rutas gravel con la madre naturaleza en el corazón

Desde Orbea se proponen aunar rutas y aventuras que tienen lugar en todo el mundo a través de un proyecto con el gravel como nexo de unión. Nos dejamos inspirar por la expedición de Elkano y el peregrinaje del camino Ignaciano

Pachamama es un estado de ánimo, es un sentimiento que se logra al abrazar la madre naturaleza y conectarla con un sentido intrépido de la aventura. El nexo de unión de estos elementos es el gravel, que permite que esa exploración sobre dos ruedas fluya guiada por la curiosidad y el deseo de descubrir un mundo en armonía con su parte más esencial y salvaje.

Pachamama también se trata de un proyecto en el que la marca Orbea pretende aglutinar diversas aventuras y rutas, como la que hace referencia a la primera vuelta al mundo protagonizada por Elkano. En ella, se explora esta conexión espiritual con la Tierra y, al mismo tiempo, se indaga en el espíritu aventurero del explorador vasco del siglo XVI, Juan Sebastián Elkano

Pachamama: “La primera vuelta al Mundo”

El punto de partida comienza con el redescubrimiento de lo más cercano: antes de emprender una aventura internacional, hay que aprender a apreciar que ésta puede estar a la vuelta de la esquina, a través de las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Sin duda, este espíritu de exploración ha sido clave para la cultura vasca.

Elena Bris y Jon Munitxa, dos entusiastas del gravel, son los embajadores perfectos para dejarse inspirar por las aventuras de Elkano. A través de pistas de gravel, Jon y Elena visitan el pueblo de Getaria, una pequeña villa guipuzcoana de pescadores, donde el explorador vasco nació en 1487. Conocer la relación simbiótica que los pueblos del País Vasco han mantenido con el mar desde hace siglos es uno de los factores más importantes en esta búsqueda para conseguir ese Pachamama. Una mejor armonía entre el ser humano y la madre naturaleza, a través de esta disciplina off-road.

Relacionado – Aventura pirenaica: subida al refugio de Port d'Urets

500 años de exploración

Sigue Pachamama en Instagram

Elena y Jon navegan por la escarpada campiña vasca a lomos de la Terra M20 1X con un cuadro de carbono OMP. Evidentemente, mucho más ligeros que sus predecesores históricos, pues en 1519, Elkano y Fernando Magallanes partieron de España hacia Filipinas con una tripulación de 239 hombres y cinco barcos, entre los que figuraba la nave Victoria, en la que viajaba el explorador vasco.

Inicialmente, la expedición fue diseñada y acordada con las autoridades españolas con finalidad comercial. El objetivo era abrir una ruta hacia las islas de las Especias, conocidas actualmente como las Islas Molucas, en Indonesia. Sin embargo, Elkano tenía otros planes y presionó a Magallanes para que convirtiera en una misión que consiguiera dar la vuelta al mundo por primera vez.

La tripulación sufrió penurias insoportables, motines, brotes de enfermedades, tormentas y un escaso suministro de alimentos y provisiones. Prueba de las duras condiciones es que, tras más de tres años de navegación, solamente el propio Elkano y 18 miembros más de la expedición original llegaron a Sanlúcar de Barrameda. El único barco que sobrevivió a la travesía fue el Victoria.

Relacionado – De la Costs Brava a Vallter 2000: redescubrir lo cercano

Ese inquebrantable sentido de la aventura de Elkano, que se puede deducir y recuperar gracias a toda la documentación conservada de la época, es una característica sobre las que se basa la esencia del Pachamama. En este caso, pensada para que inspire a todos los que se animen a darle a los pedales.

De la navegación extrema a las pistas de tierra

Sigue Pachamama en Instagram

Aunque el hilo narrativo sobre Elkano gira alrededor de la exploración marítima y su exitosa navegación alrededor del mundo, ahora la historia se reinterpreta a la perfección en el siglo XXI, y sobre tierra firme. Tanto Elena Bris como Jon Munitxa cuentan con un currículum aventuro muy destacado, con rutas en alguno de los lugares más recónditos del mundo. 

Por lo que respecta a Elena, nunca ha concebido el ciclismo como un deporte competitivo. Comenta que es una enamorada del camino menos transitado y afirma que "las pistas de gravel son mi lugar favorito en el mundo". Claramente, es una abonada al estilo de vida Pachamama, recorriendo miles de kilómetros en lugares remotos como Taiwán, Laponia, Madagascar y también en rincones de América Latina.

Por su lado, Jon sí que tiene una mayor experiencia en el mundo de la competición, pero aún conserva el amor por lo desconocido: “he hecho numerosas carreras en estas mismas zonas del País Vasco, pero gracias a esta experiencia he descubierto lugares que no sabía que estaban allí o que no me había podido detener para disfrutarlos con calma”.

La simbiosis Pachamama y el gravel

Un principio fundamental de Pachamama, y quizás el más importante, es el deseo íntimo de querer explorar lo desconocido. No es un estado de ánimo que se mueva por la competitividad, ni por seguir rutas previamente trazadas. Pachamama consiste en ir más lejos en lugar de ir más rápido. Se trata de hacer evolucionar la relación habitual entre el ciclista y la bicicleta. 

Relacionado – Guadarrama, geología del gravel

El gran catalizador para todo ello es el gravel. Desde Orbea, creen firmemente que esta disciplina permite al explorador más obstinado conseguir llegar a donde muchos otros no pueden. El gravel te abre a nuevos territorios, nuevas experiencias, es una firme invitación a conectar con el misterio y la magia de la naturaleza.

Cuando aceptamos que aún no conocemos todo de la Madre Tierra, si dejamos que el gravel y las pistas de tierra nos transporten a destinos desconocidos, si nos dejamos inspirar por esa misma inquietud que impulsó a los exploradores vascos, entonces podemos estar con conexión con el espíritu de Pachamama.

Pachamama: “Forjado en la soledad”

Ahora echemos la vista 500 años atrás y dejémonos transportar a través de una ruta originalmente abierta para los peregrinos. La historia titulada Forjado en la soledad se centra en este mismo recorrido, solo que esta vez se han sustituido las túnicas y las sandalias por lycra y neumáticos con tacos

Para este viaje, el ciclista profesional del equipo Euskaltel-Euskadi, Luis Ángel Maté, abraza su lado más cercano al espíritu Pachamama. La ruta se llama el Camino Ignaciano, nombrada así en honor a San Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús. Cubre 681 km de montañas pintorescas, tanto zonas desérticas y áridas, como llanuras verdes, especialmente cuando comienza a serpentear a lo largo del río Ebro.

Partiendo del pequeño pueblo de Loyola, la ruta tiene un total de 7.061 m de desnivel positivo acumulado, llegando a los 1.223 m de altitud máxima. Tras atravesar el País Vasco, Maté se adentra en las hermosas y exuberantes regiones de Navarra, La Rioja y Aragón antes de llegar a la ciudad catalana de Manresa, el punto final de la peregrinación original de San Ignacio. En este caso, se trata de un camino muy diferente en el que Luis Ángel Maté rinde homenaje al paisaje y al medio que le permite recorrerlo: la bicicleta de gravel. 

Relacionado – Una vuelta a casa distinta — La mirada Maté
Relacionado – Un Veleta al año por prescripción médica — La mirada Maté

Compañeras sobre tierra

La Terra M20i Team es la bicicleta elegida para este viaje de introspección. Cuenta con un cuadro y horquilla de carbono OMP y grupo para gravel de gama alta de Shimano, el GRX RX8. Los frenos y los cambios pertenecen al grupo Shimano GRX RX810. Como es de esperar de cualquier bicicleta de gravel que ofrezca las más altas garantías, los discos de freno infunden el nivel de confianza necesario para dejarse llevar por completo.

Intentar emular los viajes de Elkano o de San Ignacio de Loyola requiere disponer de un material que ofrezca grandes prestaciones para la resistencia, la estabilidad y, lo que es más importante, la durabilidad. La Terra cumple con todos estos requisitos.

Sigue Pachamama en Instagram

Por su lado, la M20 1X monta neumáticos Pirelli Cinturato Gravel H tyres, sinónimo de fiabilidad en el mundo gravel. Sus 40 mm son suficientes para que Elena y Jon aborden con fiabilidad todos los senderos y pistas.

En un mercado cada vez más saturado de bicicletas de gravel, la Terra destaca con luz propia. Construida con el espíritu de Pachamama y Elkano en mente, la bicicleta está imbuida de una propensión inherente que lleva a los ciclistas a la aventura.

Las próximas aventuras en Pachamama

Próximamente, esta serie creada por Orbea propondrá rutas y aventuras que tienen lugar en todo el mundo, desde Europa hasta los EE. UU, y más allá. La intención es inspirar e informar tanto a los entusiastas del gravel como de los viajes.

Estad atentos a los nuevos episodios sobre América —Lágrimas de felicidad: sin límite— y Berlín —Gravel Collective—. Pero esto no termina aquí: al igual que Elkano hace varios siglos, la Terra continuará explorando el mundo, transportando a viajeros aventureros a descubrir sus límites y enfrentarse a lo desconocido.

Sigue Pachamama en Instagram

Shop now