París-Roubaix 2022: previa, recorrido y favoritos
El aroma de los adoquines y los caminos empedrados se mantendrá en el ambiente hasta el próximo domingo 17 de abril, cuando se dispute la 119ª edición de la París-Roubaix. Las elecciones presidenciales francesas han provocado el cambio en el calendario entre la Amstel Gold Race y el Infierno del Norte. Sin embargo, la inusual fecha de la temporada 2021 —celebrándose en plena época otoñal— ha provocado que en un periodo de tan solo seis meses volvamos a ver a los ciclistas surcar los complicados tramos de pavé del norte de Francia.
Una carrera basada en la tradición y con muy pocas variaciones a lo largo de la historia, facilitando que todo el mundo relacionado con el panorama ciclista tenga el itinerario dibujado mentalmente. Una prueba con una personalidad muy definida, con elementos tan significativos como Trouée d'Arenberg, Mons-en-Pévèle, Carrefour de l'Abre, el velódromo de Roubaix… y el mítico adoquín que se le otorga al ganador. Un trofeo que espera un nuevo dueño tras más de 55 kilómetros de tramos dispersos de pavé abierto y, en muchos casos, complicados de transitar.
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Recorrido
Perfil de la París-Roubaix 2022
La 119ª edición de la París-Roubaix arranca con unos primeros 100 kilómetros sin dificultades adoquinadas. Una ruta camino del departamento del Norte, inmerso en la región de Hauts-de-France, que comienza en Compiègne —una ciudad que acoge la salida de la carrera desde 1960— y que se despliega hasta Cambrai, la puerta de entrada hacia el pavé. Este tramo es el habitual en el que se forma la fuga antes de acceder al verdadero Infierno del Norte.
El recorrido de 2022 es muy similar al de la temporada anterior, tan solo se han introducido unas ligeras variaciones durante los primeros tramos de adoquines. Por tanto, se mantienen los 30 sectores del año pasado, siendo el de Troisville à Ichy, a poco más de 160 kilómetros para la línea de meta, el primero de ellos con una longitud de 2.200 metros. En esta primera fase, los ciclistas irán entrando en contacto con el pavé a través de una sucesión de tramos de dos y tres estrellas, así como los de de Quiévy à Saint-Phyton y el de D’Havelluy à Wallers, que llegan hasta las cuatro estrellas de dificultad con 3.700 metros y 2.500 m de longitud, respectivamente.
Esta zona sirve de anticipo a la llegada del icónico, y siempre respetado, Trouée d'Arenberg a falta de 95 kilómetros para Roubaix, el primero de los tres sectores de cinco estrellas de la carrera. Un tramo de 2.300 metros sobre un adoquín difícil de transitar, donde los ciclistas sufren los estragos de los botes constantes y la complejidad para controlar la bicicleta, y que se abre paso a través de una enorme recta resguardada por los árboles situados a los costados junto al ferviente público animando sin descanso.
Gianni Moscon movió la carrera atravesando el sector de Arenberg en 2021 / Fotografía: París-Roubaix
Precisamente, el bosque de Arenberg da comienzo a la fase más exigente y decisiva de la carrera. A partir de ese punto se concentra la mayor parte de los sectores adoquinados más duros de París-Roubaix como Hornaing à Wandignies (3.700 m) o Auchy à Bersée (2.700 m), que dan paso al segundo tramo de cinco estrellas: Mons-en-Pévèle (3.000 metros). Tras una consecución de caminos empedrados durante los siguientes 25 kilómetros, la carrera se adentra en su fase definitiva con el encadenado adoquinado que forman Champin-en-Pévèle, Carrefour de l'Abre, el último de cinco estrellas, y Gruson.
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Esta zona arranca a 20 kilómetros para la línea de meta y concluye a falta de 13,8 km después de más de 5.000 metros adoquinados de forma casi consecutiva. Históricamente, este tramo suele tener una relevancia clave en el resultado final, pues es el lugar donde se producen los últimos movimientos sobre un pavé en mal estado, con curvas cerradas y en los que la fatiga es más que evidente. El velódromo André-Pétrieux de Roubaix, que acoge el final del Infierno del Norte desde la edición de 1945, salvo entre 1986 y 1988, será el encargado de decretar al nuevo rey de los adoquines tras 257 kilómetros estratégicos, en los que el desgaste y la colocación serán elementos decisivos.
Sectores de pavé
30 |
Troisville à Inchy (160,9 km a meta) |
2.200 m / 3 estrellas |
29 |
Viesly à Quiévy (154,4 km) |
1.800 m / 3 estrellas |
28 |
Quiévy à Saint-Python (151,8 km) |
3.700 m / 4 estrellas |
27 |
Saint-Python (147,1 km) |
1.500 m / 2 estrellas |
26 |
Vertain à Saint-Martin-sur-Écaillon (139,3 km) |
2.300 m / 3 estrellas |
25 | Haussy (133,5 km) | 800 m / 2 estrellas |
24 |
Saulzoir à Verchain-Maugré (126,6 km) |
1.200 m / 2 estrellas |
23 | Verchain-Maugré a Quérénaing (122,3 km) | 1.600 m / 3 estrellas |
22 | Quérénaing à Maing (119,6 km) | 2.500 m / 3 estrellas |
21 | Maing à Monchaux-sur-Écaillon (116,5 km) | 1.600 m / 3 estrellas |
20 | D'Havelluy à Wallers (103,5 km) | 2.500 m / 4 estrellas |
19 | Trouée d'Arenberg (95,3 km) | 2.300 m / 5 estrellas |
18 | Wallers à Hélesmes (89,3 km) | 1.600 m / 3 estrellas |
17 | Hornaing à Wandignies (82,5 km) | 3.700 m / 4 estrellas |
16 | Warlaing à Brillon (75 km) | 2.400 m / 3 estrellas |
15 |
Tylloy à Sars-et-Rosières (71,6 km) |
2.400 m / 4 estrellas |
14 | Beuvry à Orchies (65,2 km) | 1.400 m / 3 estrellas |
13 | Orchies (60,2 km) | 1.700 m / 3 estrellas |
12 | Auchy à Bersée (54,1 km) | 2.700 m / 4 estrellas |
11 | Mons-en-Pévèle (48,6 km) | 3.000 m / 5 estrellas |
10 | Mérignies à Avelin (42,6 km) | 700 m / 2 estrellas |
9 | Pont-Thibault à Ennevelin (39,2 km) | 1.400 m / 3 estrellas |
8 | Templeuve (33,8 km) | 1.100 m / 2 estrellas |
7 | Cysoing à Bourghelles (26,9 km) | 1.300 m / 3 estrellas |
6 | Bourghelles à Wannehain (24,4 km) | 1.100 m / 3 estrellas |
5 | Champin-en-Pévèle (19,9 km) | 1.800 m / 4 estrellas |
4 | Carrefour de l'Arbre (17,2 km) | 2.100 m / 5 estrellas |
3 | Gruson (14,9 km) | 1.100 m / 2 estrellas |
2 | Willems à Hem (8,2 km) | 1.400 m / 3 estrellas |
1 | Roubaix (1,4 km) | 300 m / 1 estrella |
Favoritos
Lograr la victoria en el Tour de Flandes y la París-Roubaix es una hazaña compleja, hacerlo en la misma temporada es un hecho que tan solo ocho ciclistas han logrado a lo largo de la historia. Y Mathieu van der Poel quiere ser el noveno que se una a ese selecto grupo dominador de las clásicas adoquinadas, con nombres como Rik van Looy, Roger de Vlaeminck, Tom Bonnen o Fabian Cancellara. El neerlandés rozó el triunfo, acabando tercero, en la agonizante edición de octubre de 2021, pasada por agua y cubierta de barro.
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Su principal rival, a priori, será el belga Wout van Aert. Ambos trasladarán su brillante duelo en ciclocross —que no hemos podido disfrutar este año— sobre los complicados tramos de pavé del norte de Francia. No pudo disputar ‘De Ronde’ cuando se presumía como uno de los principales candidatos, por lo que tratará de redimirse en el velódromo de Roubaix. Se trata de un ciclista con potencia, capacidad rodadora, manejo de la bicicleta y poderío en la llegada, elementos inherentes al carácter de la París-Roubaix. Junto a él, el Jumbo-Visma también contará con la presencia de un Christophe Laporte que concluyó sexto, batiendo en el esprint al propio Van Aert, la temporada pasada.
Fotografía: París-Roubaix
Precisamente, la gran sensación en 2021 fue el jovencísimo Florian Vermeersch, que deslumbró con una brillante actuación. El ciclista de Lotto-Soudal se infiltró en los grupos cabeceros y, posteriormente, fue capaz de continuar la cabalgada de Van der Poel y Colbrelli. Por un momento, soñó con la victoria en el velódromo de Roubaix, pero el italiano le rebasó en los metros finales. Asegurar que esta temporada volverá a ser protagonista en una carrera tan imprevisible es una osadía, pero demostró que tiene los mimbres para negociar los sectores adoquinados. En el equipo belga tampoco hay que descartar a un Victor Campenaerts que ha dejado una buena sensación durante la semana flamenca.
El bloque del Quick Step-Alpha Vinyl no se encuentra en su mejor momento. Están teniendo una temporada relativamente gris, sin grandes actuaciones durante las clásicas flamencas y muy alejados de sus número de victorias habituales. Y no solo centrándonos en la vertiente resultadista, pues las sensaciones que transmiten en carrera distan mucho de su potencial tradicional.
Aún así, Roubaix sigue siendo uno de los territorios predilectos para la estructura de Patrick Lefevere, con tres victorias y seis podios en la última década. Para tratar de doblegar los malos resultados Kasper Asgreen parece el más indicado, aunque el equipo belga también cuenta con Yves Lampaert, tercero en 2019, el veterno Zdenek Stybar, dos veces segundo en 2015 y 2017, o el francés Florian Senechal.
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El Bahrain-Victorious tendrá la sensible baja de Sonny Colbrelli, que se encuentra recuperándose del ataque al corazón que sufrió durante la primera etapa de la Volta. El italiano tendría que defender la corona lograda la temporada anterior, que dejó imágenes de un Colbrelli extenuado sobre el césped del velódromo de Roubaix, casi indistinguible por el barro y gritando de alegría. Sin el italiano, Matej Mohorič ha asumido el liderato del equipo en la temporada primaveral y en un terreno como el de la París-Roubaix no hay que descartarlo, capaz de manejarse sobre adoquines y con gran potencia rodadora. Al igual que Fred Wright.
Fotografía: Getty
La participación española se reduce al equipo Movistar, con Iván García Cortina a la cabeza. Anticiparse, filtrarse en cortes, moverse en situaciones poco probables que provoquen un pequeño hueco… en definitiva, aprovechar su condición de ‘outsider’. Por saber jugar estas cartas pasa la oportunidad del asturiano de estar en la batalla por posiciones importantes. Y ya lo ha demostrado en el Tour de Flandes con una actitud valiente y combativa. Roubaix es su sueño, como dijo en una conversación que mantuvimos en nuestro podcast, y en una carrera tan imprevisible como el ‘Infierno del Norte’, el ímpetu es tan importante como los movimientos tácticos o la colocación.
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El potencial del conjunto Ineos-Grenadiers comienza en Dylan van Baarle, segundo en el Tour de Flandes. Es cierto que desde su primera participación en 2014 su mejor resultado es el 16º puesto cosechado en 2016, pero el pavé es uno de sus puntos fuertes. Una condición que también parece poseer el joven Ben Turner, dentro de la nueva hornada de clasicomanos en el equipo británico junto Magnus Sheffield, flamante ganador de la Flecha Brabanzona. También estará Filippo Ganna, al que será interesante conocer si a su potencia rodadora, esencial en Roubaix, añade un buen manejo de los adoquines.
Fotografía: Groupama-FDJ
El que sin duda ha protagonizado esa ampliación de sus capacidades es el suizo Stefan Küng. El año pasado dio un paso adelante en este tipo de carreras, pero en esta temporada ha confirmado que quiere seguir los paso de su compatriota Fabian Cancellara. Llegar a los números del “Expreso de Berna” es prácticamente una utopía, pero fue quinto en Flandes, tercero en Harelbeke y sexto en A través de Flandes. Unos resultados que legitiman al ciclista del Groupama-FDJ como uno de los principales aspirantes en Roubaix si tenemos en cuenta que se trata de uno de los mejores rodadores del pelotón en la actualidad.
También habrá que estar pendientes de otros ciclistas especialistas en los adoquines como Nils Polit (Bora-Hansgrohe), segundo en 2019, el siempre combativo dúo Greg van Avermaet y Olivier Naesen (AG2R-Citroën), Anthony Turgis (Total Energies), Jonas Rutsch (EF Education), o el campeón del mundo en 2019 Mads Pedersen (Trek-Segafredo).