Mi vuelta de la Vuelta - La Mirada Maté

Ha terminado La Vuelta pero me siguen quedando ganas de pedalear, esta vez para ir a mi ritmo y volver a casa en bici, de Santiago de Compostela a Marbella.

Cuando leáis este último artículo sobre mi experiencia en La Vuelta a España, estaré montado de nuevo mi bici camino a casa a Marbella. Sí, tras haber recorrido más 3.417 km en la que ha sido mi décima Vuelta a España, todavía tengo ganas de más y me he montado otra fuga entre Santiago de Compostela y Marbella de casi 1.000 km. Pero los voy a recorrer de otro modo, sin prisas, al ritmo que me pida el cuerpo y a lo largo de seis día en una aventura de bikepacking tranquilo. La he llamado La vuelta de la Vuelta.

Será mi periodo de descompresión en el que tendré tiempo para tomar perspectiva de muchas cosas, tanto para no pensar en nada como para pensar en muchas de las cosas conseguidas estos días.

Seguramente se me dibujará de nuevo una gran sonrisa en la cara al recordar todo lo que hemos vivido estas tres semanas con el Euskaltel-Euskadi, el que ha sido mi nuevo equipo este 2021. El haber vivido su regreso a una gran competición por etapas de la máxima categoría ha sido una de las cosas más bonitas que me ha pasado en mi carrera. Ayer, durante la crono de Santiago de Compostela, me recordaba el director Jorge Azanza que en esta Vuelta había sido el primero del equipo en salir en la crono de Burgos y el último en hacerlo en la crono de Santiago, así que he inaugurado y he cerrado la Vuelta por parte del equipo naranja. 

Relacionado – Celebrando 200 etapas en La Vuelta - La mirada Maté

Al final no hemos logrado la victoria de etapa que tanto ansiábamos —Mikel Bizkarra nos hizo soñar durante unos minutos en la penúltima jornada con final en Mos. Castro de Herville—, pero haber estado en la posición de batallar por ello es muy importante para un equipo como el nuestro. Hemos dado mucha guerra y hemos estado en casi todas la escapadas, que es lo que buscábamos. También estamos muy agradecidos por la cantidad ingentes de muestras de cariño que hemos recibido durante todo el recorrido de parte de los aficionados y yo, además, he sumado mi mi etapa 207 en la Vuelta. Así que, ¿qué queréis que os diga? Que estoy muy, muy, muy contento.

También sonreiré al visualizar de nuevo el abrazo que nos dimos todos los miembros del equipo, corredores, técnicos, mecánicos, al final la carrera. Como también el momento de reencontrarme con mi familia después de tantos días sin vernos y al acordarme de las cosas que me decía mi hijo el grande por el pinganillo a través de la radio del coche durante la crono de Santiago. ¡Se lo pasó en grande!



Y tampoco podré olvidarme de momentos excepcionales vividos, como las etapas por Andalucí, la subida la Gamoniteiru, o cuando vi a Miguel Ángel López pararse en seco al lado de la carretera en la penúltima jornada. Me pregunté: “qué raro, ¿qué estará pasando? ¿Tendrá algún problema físico”. Luego, a poco de entrar en meta, Juanpe López se me acercó y me dijo: “Oye, que se ha bajado de la bici” ¡No me lo podía creer!

Cada uno tenemos una cabeza muy distinta y a veces te hace hacer cosas impensables, pero, si os digo la verdad, este tipo de polémicas, a mi me gustan porque alimentan esa narrativa tan especial que siempre ha tenido el ciclismo y eso ayuda al fomento de nuestro deporte (¿Os acordáis de un tal Bahamontes?).

Relacionado – Muchas carreras dentro de una misma carrera - La mirada Maté
Relacionado – Porvenir frente a realidad, por Laura Meseguer

Mientras pedaleo hacia el sur, mi mente irá jugando con todos estos recuerdos...

Cuando vi que La Vuelta terminaba en Santiago de Compostela me rondó inmediatamente por la cabeza hacer una aventura de este tipo, inspirándome en lo que significa el Camino de Santiago para el mundo del cicloturismo. Creo que ya lo he dicho muchas veces, pero el ciclismo para mí es más de un deporte o que mi trabajo, es una forma de entender la vida y también de saber quién soy.

© Antonio Ortiz

Me parecía una oportunidad única para poder disfrutar de la bici de una manera diferente a la competición, al estrés, a los frenazos, a las caídas, de pensar en los vatios... Simplemente, quería coger mi bici e irme a casa sin utilizar ni el avión ni el coche, con mis propios medios, por estar en armonía conmigo y con el entorno. Es un viaje precioso en el que intervienen muchos elementos y que necesitaba hacer para romper con ese bucle en el que entras tras tres semanas de competición. Eso sí, he prometido que llegaré el sábado al mediodía para pegarme un bañito en la playa y comer en casa.

Podéis seguir mi aventura en La vuelta de La Vuelta en Komoot. 

* Contenido producido con el apoyo de Ekoi. Descubre más sobre el nuevo modelo de gafas Twenty que ha estrenado el equipo Euskatel-Euskadi en esta Vuelta 2021.

Shop now