La etapa decimocuarta estaba marcada y ha sido de nuevo una jornada trepidante en la que no han dejado de suceder cosas desde los primeros minutos. Ha empezado con una enorme montonera cuando solo habían transcurrido cinco kilómetros y ha terminado con la victoria en Morzine de Carlos Rodríguez, el granadino del equipo INEOS. ¿Qué ha pasado en los 146 km de entremedias? Una película de acción, una partida vibrante al ProCycling Manager en la que un secundario se ha llevado el gato al agua. “Ha sido el más listo de la clase y hay que felicitarle”. Así comentaba Joxean Matxin, manager del UAE Team Emirates, la victoria de este debutante en el Tour con cara de circunstancias.
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Que esta etapa la ganara Rodríguez —recordemos, corredor aún sub23—, no estaba ni en los planes del UAE ni del Jumbo Visma, que han vuelo a escenificar una batalla sin tregua en este primer contacto con los Alpes. Si en la etapa del Grand Colombier, fue el equipo de los Emiratos el que tomó la iniciativa, hoy ha sido el turno del Jumbo. El conjunto neerlandés no ha dejado nada en la recámara y ha impuesto un ritmo infernal durante los seis puertos del día. Esto ha provocado que la fuga del día no haya podido pasar del 1’20’’ por desesperación de corredores como Giulio Ciccone, que han luchado en vano contra el tsunami amarillo y negro que venía por detrás y que terminaría engulléndolos.
La ola iba haciendo destrozos a su paso y reduciendo el grupo principal en efectivos para poner a prueba a Pogačar y el UAE, que aguantaba con entereza. Sin embargo, en la lucha entre las dos escuadras, había corredores que se han ido ganando a pulso tener una entrada en primera fila para el espectáculo y también para jugar en la partida. Ahí estaban algunos hombres del top 10, como Pello Bilbao, Jai Hindley y Carlos Rodríguez, que resistían como podían.
Sería en el último puerto del día, el Col de Joux Plane (HC), en el que Jumbo terminaría de hacer la selección final para que, a poco más de tres km para coronar, empezaran los ataques definitivos entre Vingegaard y Pogačar. Empezó este último con uno de sus particulares acelerones, desmontando en un plis plas toda la táctica de los neerlandeses. Sin embargo, la gran cantidad de gente en las cuentas y la concentración de motos formó un tapón que cortó las alas al esloveno. Esto hizo que pasaran a jugar al gato y al ratón, al estilo surplace de la pista, hasta casi coronar el puerto, lo que facilitó que Rodríguez, que venía por detrás con Adam Yates, enlazara. En ese instante, el granadino lanzó el ataque definitivo para ganar en el descenso a Morzine. “Cuando me quedé en el Col de Ramaz, ni me imaginaba que terminaría recuperando y ganando la etapa —comentó el del INEOS en meta, que también se coloca tercero de la general—. Yo solo quería hacer la etapa lo mejor posible. Y... ¿Vingegaar y Pogačar? Parece que van jugando a un videojuego y que a ellos no les duele las piernas. Pero seguiremos luchando para aguantarles lo máximo”.
