Los muros más populares del Tour de Flandes

Un repaso a las características y la historia de alguna de las cotas adoquinadas que marcan la identidad del Tour de Flandes. ¿En qué muur o tramo de pavé te colocarías?

Son muchos los pequeños detalles que convierten al Tour de Flandes en una carrera especial. Pero si una de ellas es la más llamativa (al menos la más representativa en la retransmisión televisiva) es la gran cantidad de aficionados que se agolpan en los puntos más calientes para animar acaloradamente a los ciclistas a su paso por las cotas y los tramos adoquinados. El espectáculo de las banderas flamencas ondeando, los cánticos incansables, el olor a patatas fritas y las agitadas fan zones añaden un componente único a una prueba que ya es un espectáculo en sí misma.

El Tour de Flandes aglutina todos los elementos que definen la cultura ciclista de la región flamenca: muros, adoquines y pasión popular. Además, esta región belga es un territorio que ha sabido cuidar y proteger los caminos empedrados que forman parte del relato de su historia. Un compromiso que va más allá de la propia competición, con iniciativas que promueven el turismo flandrien con el mejor altavoz: las clásicas de primavera. 

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El Tour de Flandes no se entiende sin sus muurs, pero es que las cotas flamencas tampoco se entienden sin la existencia de 'De Ronde'. Una simbiosis extraordinaria con un arraigo que más allá de lo puramente deportivo. Es por eso que hemos seleccionado seis de los muros más populares de la historia, para celebrar la cultura ciclista por todo lo alto. ¿Cuál es tu ubicación preferida?

Molenberg

Durante mucha ediciones, el Molenberg fue el primer punto decisivo del Tour de Flandes. El mal estado de los adoquines y su gran estrechamiento provocaba grandes destrozos en el pelotón. Era una ascensión de poco más de 400 metros y una pendiente media del 7%, pero el posicionamiento era vital para mantener opciones de estar en el grupo cabecero.

97Th Tour Of Flanders 2013 Greipel Andre (Ger)/ Molenberg, Brugge - Oudenaarde (Fotografía: Getty Images

Su capacidad determinante podía dictaminar la sentencia de cualquier ciclista que no estuviese colocado entre los quince primeros. Se incluyó por primera vez en 1983 y, al igual que muchos de los muros cercanos a Ninove, fue perdiendo protagonismo desde el año 2012. Aún así, sigue siendo parte del recorrido con asiduidad, aunque lejos de la meta, para seguir recordando su identidad

Koppenberg

La rampa más temida. Impresiona observar la icónica instantánea desde el punto más bajo y cómo el camino empedrado dibuja una sinuosa línea recta adentrándose en el bosque. Un muro con un historia intermitente en el Tour de Flandes desde su primera inclusión en 1976 después de que Walter Godefroot —doble ganador de la prueba en 1968 (sin Koppenberg) y 1978 (con Koppenberg)— lo descubriera unos años antes sin desvelar su ubicación exacta. 

Julian Alaphillipe riding the Tour of FlandersJulian Alaphilippe a su paso por el Koppenberg en 2021 (Fotografía: Getty Images)

Las necesarias labores de mantenimiento alejaron sus 600 metros al 11,6% de pendiente media, y un tramo que llega al 22%, entre 1987 y 2002 por razones de seguridad después de que un coche de la organización arrollara al danés Jesper Skibby. Desde el año 2022 también forma parte del recorrido de la carrera femenina.

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Taaienberg

Fijo en el recorrido desde el año 1974 —a excepción de los trabajos de rehabilitación de 1993— el Taaienberg es uno de los grandes muros del Tour de Flandes. Sus poco más de 500 metros de longitud aguardan rampas cercanas al 16% y sus adoquines albergan la memoria de grandes ataques. Esta colina respira el vivo ambiente flamenco y cuyo reconocimiento creció vinculado a la figura de Tom Bonnen. El belga se adueñó de su dureza con sucesivos ataques tanto en Omloop Het Nieuwsblad y E3 Harelbeke como en De Ronde, llegando a transformar su nombre de forma espontánea a 'Bonnenberg' entre los aficionados. De hecho, desde este año una estatua en lo alto de la colina homenajea las piernas del tres veces ganador del Tour de Flandes.

Tom Boonen ataca en el Taaienberg en E3 Harelbeke 2005 (Fotografía: Het Nieuwsblad)

Oude Kwaremont

Hasta en sesenta y ocho ocasiones se ha ascendido en las cuarenta y ocho ediciones en las que el Oude Kwaremont ha formado parte del Tour de Flandes desde 1974. Se incluyó en sustitución de la antigua carretera que subía la colina (en realidad llamada Kluisberg) que, tras su completo asfaltado en 1965 cubriendo los adoquines, perdió su personalidad. En paralelo a este antiguo recorrido transcurren los 2.200 metros del Oude Kwaremont.

No se trata del muro más duro, pues cuenta con una media del 4,8%, y máximas del 11%, pero sus 1.500 m sobre un estrecho camino adoquinado son el elemento diferencial. Desde el año 2012 es, además, el centro neurálgico sobre el que se basa gran parte del recorrido con tres pasos en cada edición del Tour de Flandes.

Katarzyna Niewiadoma (Canyon-SRAM) y Arlenis Sierra (Movistar Team) afrontan el Kwaremont en el Tour de Flandes 2022 (Fotografía: Getty Images)

Paterberg

El Paterberg es el fiel reflejo de la conexión y la importancia de De Ronde con la cultura ciclista y su arraigo social con la región de Flandes. Dice la leyenda popular que un agricultor local, deseoso de que la carrera transcurriese por su campo, fue el encargado de la construcción de esta colina adoquinada de 360 metros de longitud y una pendiente media cercana al 13%.

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Ha formado parte del Tour de Flandes desde 1986, aunque su notoriedad creció a partir de 2012, cuando pasó a ser el último muro y, por tanto, el juez definitivo. La mirada perdida y las caras de extenuación —y concentración— de los ciclistas tras más de 250 km se suceden a partes iguales antes de afrontar el característico giro a la izquierda en su cima camino de los kilómetros finales hasta Oudenaarde.

Muur-Kapelmuur: mención de honor

En la última década, tras el cambio de la llegada a la localidad de Oudernaarde en 2012, el Kapelmuur ha ido perdiendo paulatinamente su protagonismo, aunque la esencia de su misticismo se mantiene intacta en carreras como Omloop. Una cota histórica, incluida por primera vez en 1950, y que desde 1981 hasta el año 2011 fue una ascensión venerada con la icónica capilla en su cima y la espectacularidad de ese último giro circular bordeando un cerro abarrotado de público.

Annemiek van Vleuten supera el Kapelmuur camino de su victoria en Omloop en 2022 (Fotografía: Sprint Cycling)

Para los más militantes, eliminar del recorrido el Muur van Geraardsbergen fue un sacrilegio, aunque se recuperó en las ediciones de 2017, 2018 y 2019, pero muy lejos de la meta. Ha sido testigo de grandes ataques a lo largo de su longeva trayectoria, como el de Fabian Cancellara en 2010, camino de su primera victoria en De Ronde, soltando al ídolo local Tom Bonnen, ataviado con el maillot de campeón belga.

Imagen de cabecera: Tom Schlegel

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